Atentado en el aeropuerto de Kabul

El martes 31 de agosto es la fecha límite acordada entre el régimen talibán y la administración Biden para retirar a sus militares, sus diplomáticos y civiles en conjunto con personas afganas que decidan abandonar el país para no vivir con las reglas y normas impuestas por los talibán.

Por eso, mientras las tropas norteamericanas continuaban la retirada luego de 20 años de invasión, el aeropuerto internacional de Kabul se estremeció luego de al menos cuatro explosiones que ya causaron más de 60 muertos y unos ciento cuarenta heridos. Varios países occidentales habían advertido amenazas de un inminente atentado y todavía se siguen esperando nuevos ataques.

Los primeros dos atentados fueron en la zona del aeropuerto donde entre las bajas se encontraban al menos 10 soldados yanquis. Luego, otras dos explosiones en el hotel Baron, en las cercanías de esa terminal aérea, donde se encontraban otros diplomáticos y refugiados afganos que esperaban su pronta evacuación en manos del gobierno británico.

El ISIS-Khorasan o ISIS-K (filial afgana del grupo yihadista) se adjudicó el atentado. Lo concreto a esta hora es que un grupo de hombres armados se introdujo en el aeropuerto y dos suicidas cargados de explosivos se inmolaron en medio de una fila de personas que esperaba ser evacuada.

El gobierno talibán lamentó y condenó el hecho a través de la cuenta de twitter de su vocero, Zabihullah Mujahid pero aseguró que los ataques “tuvieron lugar en una zona donde la seguridad todavía está en manos de las fuerzas estadounidenses”. Se desentendió de responsabilidades ya que los talibán tienen sus propios problemas lidiando con grupos opositores en el valle de Panjshir y Baghlan.

Más allá de los datos y la información ya confirmada, la incertidumbre reina en Kabul nuevamente. ¿Fue efecitvamente el ISIS-K quien cometió los atentados? ¿Por qué? ¿Contra quien son estos atentados? ¿Contra los que evacuan, contra los talibán, contra los dos?, ¿Podría haber nuevas agresiones? ¿Se concretará finalmente la retirada para el 31 de agosto? 

Hace tiempo que no se escuchaba nada de ningún ataque terrorista del grupo fundamentalista islámico de orígen sirio, pero de militancia internacional (en especial en muchos de los países de la región). Si estos atentados efectivamente fueron perpetrados por esta fuerza, estaríamos frente a una reaparición del ISIS que se imaginaba derrotada desde la asunción de Donald Trump. 

Al igual que Al Qaedda y otras organizaciones islámicas, el ISIS tiene sus orígenes en mercenarios y asesinos a sueldo que contrataban, armaban y formaban desde el Pentagono las autoridades norteamericanas para luchar contra sus enemigos en Medio Oriente sin exponer a sus propias tropas. “Ha sido un grupo que reclutan mercenarios para determinados objetivos políticos, y que muchas veces tienen que ver con los de las potencias específicamente occidentales”, le contó a Notas Alejandra Loucau, periodista especializada en Medio Oriente y en la política exterior norteamericana.

El caso de Al Qaedda en Afganistán fue más conocido porque se trató de grupos fundamentalistas, liderados por Osama Bin Laden, que colaboraron con occidente en la expulsión de comunistas y socialistas soviéticos en la década del 90 y que luego fueron los responsables del atentado a las Torres Gemelas en 2001 que sirvió de excusa para la invasión de la administracion Bush a las tierras afganas.

Por su parte, el ISIS nace en Siria para frenar el avance del partido Baaz, considerado como “populista” y antidemocrático por las fuerzas estadounidenses. Sin embargo, terminaron convirtiéndose en una de las principales amenazas para la vida y la sociedad occidental. 

“Recordemos que su disolución, no completa pero casi total, coincidió con el ingreso de Trump como presidente, y volvió ahora cuando vuelven los demócratas. No digo que hace una relación directa, pero en parte sí. Creo que hay que ver qué está atrás de este ISIS”, explicó Loucau. Por eso cuesta entender la motivación que habrían tenido en este caso. Nuestra colega sostiene: “es difícil saber, porque no es como el movimiento talibán, que es netamente afgano, que tiene una cierta tradición en el país. No como ISIS que ha funcionado como una especie de fusible para intereses que exceden el grupo como tal. Creo que cuando actúen las potencias occidentales, Estados Unidos sobre todo, nos vamos a dar cuenta para qué sirvió”.

“La otra opción (dice Alejandra) es que sea un grupo de combatientes que vio una oportunidad para, por ejemplo, tratar de negociar una porción de poder, una porción de territorio, que quiera hacer leña del árbol caído” y agrega “Es más realista esa opción, y menos especulativa.” 

Otros especialistas en la región aseguran que una de las posibles razones puede ser un mensaje a los jeques de Qatar, Pakistán y Arabia Saudí que fueron de los primero países en reconocer al nuevo gobierno talibán. Si bien estos tres países mantienen un gobierno religioso y leyes acordes al islam, también son tres potencias petroleras y gasíferas que mantienen vínculos, negocios y bases militares occidentales, consideradas “enemigas” para el ISIS.

En este sentido, las amenazas se mantienen al punto de creer que se espera un ataque múltiple no solo en el aeropuerto de Kabul sino también en otras ciudades. «Para los que cometieron este ataque, no perdonaremos, no olvidaremos, los cazaremos y los haremos pagar. Defenderé a mi gente y nuestros intereses con toda la fuerza que tengo» dijo Joe Biden en conferencia de prensa. Ratificó su decisión de abandonar Afganistán y de hacerlo a fin de mes «era tiempo de terminar una guerra de 20 años» aclaró.