El Mundo

23 julio, 2021

“En Cuba hay un pueblo revolucionario que demanda mejorar nuestro socialismo”

Alcides Carranza, periodista y educador popular cubano, aporta una mirada crítica sobre las protestas que estallaron el pasado 11 de julio. Las consecuencias que genera el bloqueo estadounidense pero también deficiencias internas que llevaron a un escenario muy complicado.

Santiago Mayor

@SantiMayor

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Hace dos semanas Cuba fue foco de las noticias internacionales por las manifestaciones antigubernamentales que tuvieron su epicentro en la ciudad de San Antonio de los Baños. Tras dos días intensos, parecen haberse aplacado. Sin embargo Alcides Carranza, desde la ciudad de Bayamo, asegura que hay una “tensa calma” y no descarta que resurjan.

En esta entrevista el integrante del Centro Memorial Martin Luther King y de la Coordinación del Frente de Comunicación de ALBA Movimientos repasa las causas que llevaron a este escenario actual donde, sin duda, tiene un peso fundamental el bloqueo impuesto por EE.UU. y la agudización de la crisis económica que provoca la pandemia de coronavirus. No obstante asegura que existen problemas internos, de la propia Revolución Cubana, que deben ser corregidos y mejorados sin aceptar la intervención externa. 

– Uno de los principales ejes que según los medios de comunicación motivaron las protestas es el desabastecimiento y los cortes de electricidad. Antes de las protestas ¿Cómo era un día en la vida cotidiana en Cuba? ¿Cuánto hay de verdad en estos señalamientos?

– Hubo un detonador para las protestas del 11 de julio y fue la agudización de los cortes eléctricos tras la salida por rotura, mantenimientos planificados, y otras razones de varias fuentes generadoras. Y si no hay entrega de energía, hay que hacer cortes de consumo. Pero los “apagones” como le llamamos en Cuba son una suerte de trauma de toda la vida, y lo peor que se recuerda de la fuerte crisis de los 90.

Pero a esto se suman a una serie de elementos que marcan la vida cotidiana: una crisis continuada de 30 años que impacta en todos los órdenes y genera otras muchas crisis; el bloqueo de los EE.UU. que ha sido recrudecido cada vez más y de manera más despiadada; la crisis económica mundial que ya venía agudizada; la pandemia de la COVID 19 y toda la crisis que ello conlleva al paralizar buena parte de la economía, priorizar recursos para atender esta emergencia, el desarrollo de las vacunas que demanda mucha inversión. Y todo que trae aparejado. 

Además se añaden años de intentos y estrategias económicas y de gestión institucional, política, gubernamental, no del todo acertadas para navegar en medio de tantos obstáculos sin dar los resultados necesarios. La fatiga pandémica, el agotamiento y el estrés por toda esa situación; y la injerencia de los Estados Unidos y el financiamiento de la subversión interna al extremo de llegar ese fatídico domingo a acciones directas, coordinadas, en las principales ciudades del país, es la última etapa que describe el manual de Golpe Blando.

Toda esta situación agudizó el desabastecimiento de todo lo básico: alimentación, medicina, servicio de salud, educación, todo lo que debe ser incluído en la Canasta Básica. Quitar a un pueblo como el cubano los sitios de fiesta, de celebración, los espacios deportivos y culturales, sin dudas tiene un impacto colateral muy fuerte.

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Crédito: Ramon Espinosa / AP

La mayoría del pueblo cubano experimenta una reconfiguración de lo que puede ser un cotidiano en cualquier nación, incluyendo las más pobres cuando se refiere a la media de la población. Y digo media de población refiriéndome a aquella que sea capaz de sostener un empleo que le permita al menos, aunque con limitaciones, acceso a las cosas básicas; pues el pueblo cubano ha reconfigurado su esquema cotidiano, lo ha simplificado tanto, en esa lucha para superar las limitaciones que ya forman parte consustancial con la vida, y que mirándolo desde fuera podría parecer heroico (de hecho lo es), pero no se puede quedar una mirada en el romanticismo de la resistencia cuando es la vida de generaciones de lo que se habla. 

Es un cotidiano muy complejo en tiempos “normales”. Y lo del último año y medio desde la pandemia, y mucho más en medio de esta situación de lanzar el paquetazo de cambios económicos conocido como “Tarea Ordenamiento”, sin dudas fue a peor en los últimos seis meses. Pero mucho a peor en todos los sentidos, al extremo que no sería capaz de decir que la crisis de los 90 fue peor que ahora, pues era otro contexto, otro pueblo, otras motivaciones, otra capacidad de resistencia, otros liderazgos.

– ¿Cómo influye el bloqueo y la pandemia en esta situación? ¿Más allá de esto, podría el gobierno hacer algo más para tratar de solucionarlo?

– El Bloqueo es real, muy real, hasta niveles que solo el pueblo cubano es capaz de superar en tanto tiempo por los efectos extremos que ocasiona, con una especie de capacidad de resistencia, y de innovación que son tremendas. El Bloqueo limita y complejiza todo e imposibilita otro tanto. La pandemia agudiza en grado superlativo sus efectos, y de todo lo que comentaba en la pregunta anterior.

¿Podría el Gobierno hacer algo más para tratar de solucionarlo? Sí, definitivamente sí. Salirse de la “zona de confort” en donde el Bloqueo es el culpable de todo, y ya sabiendo y asumiendo su existencia e impacto real, poner en función el pensamiento y la acción colectivas, la capacidad de innovación del pueblo cubano, la voluntad de la mayoría de construir Revolución y Socialismo, y aplicar en la práctica y con coherencia las políticas públicas que se han aprobado (perfectibles en muchos aspectos, pero que quedan en letra muerta en buena medida). Adoptar una resolución radical para eliminar la burocracia extrema, los obstáculos de una institucionalidad que se pierde entre el deber ser y normativas que lejos de ayudar complican más todo y en todo sentido. Una mejor selección de personas a los puestos de dirección para que sean capaces de interpretar lo que debe hacerse y hacerlo con prestancia, desatar las fuerzas productivas desde las lógicas socialistas (que las hay y con ejemplos buenos en el mundo) respecto a la gestión cooperativa, economía popular y solidaria, el desarrollo local y comunitario (el verdadero, no el pretendido desde el discurso), el fortalecimiento de la Empresa Socialista. Sin negar la inversión extranjera, e incluso la combinación con el sector privado. 

Lo que sucede es que las otras alternativas que apuntan a la mayoría del pueblo no son las estimuladas, otras no debidamente estimuladas, otras innecesariamente retardadas, mientras que avanza de forma acelerada un sector privado en expansión que en lo personal me desagrada. No solo por su esencia política antagónica con la lógica socialista (aunque se comprende la necesidad de convivencia), sino porque el grueso del capital proviene de los mismos 30 años de crisis para el pueblo. Una pirámide social y económica invertida, de beneficio para una minoría que saltó a la gestión privada desmarcandose en todo sentido de lo que es el concepto conocido hasta ese momento de pueblo, sumando capital de fuentes externas, inyectado informalmente a lo interno del país, y generando una brecha entre el pueblo trabajador.

Estos 30 años, más las políticas actuales, siguen favoreciendo a ese sector que cada vez acumula más capital y reinvierte dentro y hasta fuera de Cuba; sumando una concentración en el Estado del resto de las acciones económicas, y dejando a la mayoría popular el depender de salarios públicos, otros de una empresa socialista muy deprimida, otros asalariados de un sector privado que como es lógico su principal motivación es acumular y expandirse y no el compromiso social y la contribución a las mayorías populares.

Sumar a esto un verticalismo y centralismo del poder y la gestión institucional, una muy deficiente participación y control popular que completan un panorama de inmovilismo, indiferencia, que no ayudan en una proyección y acciones prácticas para salir a flote en medio de la crisis.

– Desde el gobierno cubano se hizo una diferenciación en las protestas entre ciudadanos con reclamos legítimos y personas que buscaban solo generar disturbios ¿consideras que esto es así? ¿existen canales para que quienes tienen demandas sinceras puedan expresarlas?

– El propio presidente Miguel Diaz-Canel reconoció que había varios sectores entre las protestas. Grupos mercenarios pagados desde los EE.UU., es conocido y operan abiertamente; otros que fueron llamados, estimulados, con ofertas de dinero y otras prebendas para que se sumaran, hubo llamadas, video llamadas, que se pueden verificar; otro sector delincuencial que vió en esa situación un momento favorable para sumarse a “algo” y fueron según evidencias la principal fuente de inicio de actos violentos, saqueos, vandalismo de varios tipos a niveles nunca vistos en Cuba… pero se reconoce otro sector que se sumó, por decirlo, por “efecto moda”, y si, un sector con reclamos legítimos en el orden de lo expresado anteriormente.

El modelo cubano diseñó mecanismos, canales de tramitar estos descontentos, esos reclamos. Pero en honor a la verdad, quedan atrapados en su inmensa mayoría en esa deficiente gestión institucional, la burocracia, la indolencia de funcionarios, y también una lenta, débil capacidad de respuesta gubernamental y política para cambiar el estado de las cosas. Con lo que o te silencias tus inquietudes, o las expresas en lugares o momentos que no encuentran la debida receptividad, o vas acumulando, acumulando, hasta que algo hace que estalle. 

Hay también mucho temor a represalias o que te obstaculicen por pensar o reclamar desde una visión o postura diferente, y esto no es bueno. No ayuda que la diversidad (incluso la comprometida con la Revolución y el Socialismo) pueda hacer aportes, o ser contrapartida necesaria de lo que existe.

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El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel en las protestas de San Antonio de los Baños el 11 de julio ed 2021

– Más allá de tu opinión personal ¿Qué percepción tienes de lo que le pasa al resto de la población? ¿Qué mirada tienen tus vecinos, amigos, tus compañeros de trabajo respecto a la situación económica y sanitaria?

– Por razones profesionales me muevo en múltiples espacios y grupos poblacionales. Es un sentimiento generalizado, con sus cosas más o cosas menos, pero el criterio que te expreso coincide en sus esencias con el criterio de la mayoría. Un pueblo revolucionario, patriota, que apuesta por la Revolución y el Socialismo, solidario, internacionalista, que no acepta anexionismo, ni intervención, ni injerencia, que condena el bloqueo y la violencia de todas las partes. Pero a la vez, tampoco concuerda con los males que nos aquejan, que arrastramos, y que también demanda cambios para mejorar nuestro socialismo. 

Esto lo he visto en estos últimos días en varios espacios de debate con artistas e intelectuales en mi ciudad. Es común citar parte o por completo el concepto de Revolución de Fidel. A mi juicio, leerlo, interiorizarlo, y llevarlo a la práctica con coherencia, es un magnífico camino para emprender.

– Por último, en agosto de 1994 se dio un episodio que tú debes conocer llamado el “Maleconazo”, quizás la manifestación antigubernamental más importante en Cuba desde el triunfo de la revolución ¿se puede comparar aquel episodio con lo que está pasando en la actualidad?

– Viví el “maleconazo”, justo llegaba a La Habana desde mi ciudad de Bayamo al oriente de la isla, luego de graduarme de periodismo para comenzar a trabajar como reportero de la Emisora Nacional Radio Rebelde. No se puede comparar, sin dudas, lo sucedido este 11 de julio es mucho peor, mucho. Tal vez lo más notorio de agosto de 1994 es la salida de Fidel, desarmado, con poca escolta, acompañado de otros dirigentes y de pueblo igual desarmado, a enfrentar a quienes se manifestaban y vandalizaban. Evidentemente con el enfrentamiento policial a quienes vandalizaban. Pero ahora fue mayor y en las principales ciudades del país, en otro contexto, y otra forma de enfrentarlo, a la que no está acostumbrado el pueblo cubano.

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

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