El Mundo

29 junio, 2021

Murió Orlando Borrego Díaz, el asesor de la Revolución

En la madrugada del 26 de junio, el COVID-2019 se llevó otro de esos revolucionarios imprescindibles de América Latina. Doctor en Ciencias Económicas, ex combatiente de la guerrilla cubana, ex ministro, profesor y asesor político tanto en Cuba como en la República Boliviariana de Venezuela. Colaborador del Che, Fidel, Chávez y Maduro. Orlando Borrego Díaz, debería ser considerado «El asesor de la revolución».

Hernán Aisenberg

@Cherno07

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Nació en 1936 en Holguín, ciudad natal de Fidel Castro, cercana de la zona rural y ganadera cubana. Borrego se inició como militante antes de la revolución y a los 22 años ya era parte de la Columna 8 “Ciro Redondo”, dirigida por el comandante Che Guevara y su amigo Camilo Cienfuegos.

Con la conquista de La Habana y el inicio de la revolución, Orlando fue elegido por el Che para ser jefe de la Junta Económica Militar del Regimiento de La Cabaña (base militar a cargo del Comandante argentino) y allí inició una vida al servicio de la gestión de la revolución, especialmente en áreas económicas y productivas. El mayor miedo que tenían algunos revolucionarios era no poder hacerse cargo de todas las funciones de gestión del Estado de un día para el otro.

“Una madrugada Fidel nos pidió al Che y a mi que lo acomapañáramos a las viviendas universitarias. Despertó a los estudiantes de los últimos años para que asuman al otro día los cargos vacantes. Los anteriores eran empresarios que llegaron a esos cargos con intereses que no eran los del pueblo y la nación”, contó Orlando a este cronista en La Habana en enero del 2017.

“Una madrugada Fidel nos pidió al Che y a mi que lo acomapañaramos a las viviendas universitarias. Despertó a los estudiantes de los últimos años para que asuman al otro día los cargos vacantes. Los anteriores eran empresarios que llegaron a esos cargos con intereses que no eran los del pueblo y la nación”

Se licenció en Economía en la Universidad de La Habana en el año 1973 y a esa altura ya tenía casi 15 años de gestión. Subsecretario de Industrias Básicas, viceministro primero del Ministerio de Industria y minisitro de la Industria Azucarera hasta el año 1968. 

Sin el Comandante Eterno en la isla, Orlando heredó la obsesión por resolver la autonomía económica revolucionaria para garantizar la soberanía política de una isla asediada por el bloqueo de sus vecinos imperialistas. Cuba no se caracteriza por grandes posibilidades productivas por fuera de la caña de azúcar, el tabaco y el café. 

Por eso asumió la titánica tarea de compartir con el mundo las ideas del que fuera el principal referente económico de la Revolución Cubana. Recopilar toda la bibliografía guevariana, la que estaba publicada y la que no. Tenía la ventaja de conocer muchos de esos textos de primera mano y haber colaborado con varios. En 1965 escribió su primer libro El desarrollo de la Industria Azucarera

Por su relación con el Comandante, siempre tuvo un acercamiento a la política argentina. Hizo grandes amistades entre los referentes guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros exiliados en Cuba en los años más oscuros de nuestro país. Desde Santucho hasta los hermanos Vaca Narvaja, siempre se interiorizó con el peronismo para conocer los debates de nuestro campo popular, pero siempre se hizo cargo de sus ideas socialistas. “Vaca Narvaja siempre me respetó a pesar de no ser peronista. Fuimos grandes amigos por años”, decía.

Por su relación con el Comandante, siempre tuvo un acercamiento a la política argentina. Hizo grandes amistades entre los referentes guerrilleros del ERP y Montoneros exiliados en Cuba en los años más oscuros de nuestro país.

En 1980 terminó el Doctorado en Ciencias Económicas en el Instituto de Economía y Matemática de la Academia de Ciencias de la URSS y volvió a Cuba para continuar asesorando a la gestión sin abandonar su lugar en la academia. Empezó a colaborar con la Cátedra Che Guevara en la Universdad de La Habana y continuó la publicación de textos aun inéditos del legendario revolucionario. “El Che era el único que pensaba en clave económica. Cuando él ya no estuvo todo se hizo más complicado”, decía. 

En el libro Che: el camino del fuego (2001), Borrego hace referencia a El Socialismo y el hombre en Cuba, en el cual el Guerrillero Heroico hace la siguiente confesión: «Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo que el revolucionario verdadero esta guiado por grandes sentimientos de amor», los mismos que llevaron a Borrego a escribir sus recuerdos sobre el Che «antes que la edad» le jugara «una mala pasada».

Su última tarea ministerial ya en el siglo XXI fue en el Ministerio de Transporte de Cuba, pero el propio Fidel le solicitó a Borrego Díaz que se hiciera cargo de las misiones cubanas en los primeros años de la Revolución Boliviariana. Particularlmente el economista estuvo a cargo de tareas en Barinas, el estado natal de Hugo Chávez gobernado particularmente por Adán Chávez Frías, el hermano del Comandante. 

En 2006 estuvo visitando a sus amigos argentinos y aprovechó para reunirse con el entonces Presidente Néstor Kirchner. Aun sin venir como visitante oficial del gobierno de Cuba, fue recibido en Casa Rosada por ser “el escriba del Che”. “No estaban tan interesados en mi llegada, pero si pudimos conversar de política y especialmente acerca de Ernesto”, comentó Orlando hace algunos años.

Cerca de cumplir 80 años en 2014 se jubiló oficialmente de tareas ministeriales, pero nunca dejó de estar al servicio de la revolución en América Latina. A pedido de Nicolás Maduro, sucesor de Chávez, volvió a la República Bolivariana de Venezuela para tareas de carácter académico.

Por suerte pudo culminar sus últimas obras, los siete tomos que recopilan todos los escritos, cartas, discursos y documentos oficiales de Guevara en su rol de funcionario del gobierno revolucionario. Ya no se trata de teoría ni épica ni moral revolucionaria como los textos más conocidos del Che, sino específicamente de sus acciones como líder y funcionario de una revolución en curso que sigue vigente hasta el día de hoy.

En la noche del 25 de junio y madrugada del 26, el COVID-19 se llevó a un señor de 85 años que supo asesorar a los revolucionarios latinoamericanos más importantes del siglo XX y XXI, uno de los últimos sobrevivientes de aquella gesta heroica cubana que sigue iluminando a toda la militancia continental y mundial. Compañero Orlando Borrego Díaz: ¡Hasta la victoria, siempre! 

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