El Mundo

8 abril, 2021

Segunda ola de coronavirus: situación crítica en el Cono Sur

Con una acumulación de más de 57 millones de casos confirmados y 800 mil decesos, se trata de la región más afectada por el avance del virus. Aquellos países que meses atrás eran tomados como ejemplo por su gestión sanitaria de la pandemia, hoy están al borde del colapso.

Argentina alcanzó su récord de contagios diarios de coronavirus por tercer día consecutivo, con un registro de más de 23 mil casos. Sin embargo, la llegada de la segunda ola no es una novedad en relación a la situación que atraviesan el resto de los países del continente. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), América del Sur es la región más afectada por la pandemia, con Chile, Brasil y Argentina a la cabeza de los países con mayor tasa de infectados por cada millón de habitantes. Uruguay, por su parte, en las últimas semanas registró la curva más alta de contagios.

«En áreas de Bolivia y Colombia, los casos se duplicaron en la última semana y cuatro países del Cono Sur vieron una aceleración de las infecciones de Covid-19, con transmisión comunitaria ininterrumpida en las últimas semanas», explicó Carissa Etienne, directora de la OPS en una conferencia de prensa virtual.

Alberto Fernández anunció el miércoles por la noche qué medidas restrictivas comenzarán a regir desde el viernes a las 00:00 horas; entre ellas, la limitación de la circulación entre la medianoche y las 6 de la mañana, el uso exclusivo del transporte público para trabajadores esenciales y la suspensión de las actividades sociales en domicilios particulares, entre otras. ¿Cuál es la situación en los países hermanos más afectados y qué medidas tomaron sus gobiernos?

Uruguay

La República Oriental era uno de los países modelo en materia de gestión sanitaria meses atrás. Sin embargo, en siete semanas los casos aumentaron en un 500%, aunque el 22,3% de la población ya haya recibido la vacuna. Con una tasa de mortalidad de 9,79 personas por millón de habitantes, se convirtió en el segundo país de América del Sur con mayor cantidad de fallecidos después de Brasil.

En un principio, el presidente neoliberal Luis Lacalle Pou mantuvo una postura de no controlar el avance de la pandemia y apelar a las responsabilidades individuales de cuidados. Sin embargo, este miércoles tomó la decisión de extender hasta fines de abril las medidas vigentes contra el Covid-19, como la suspensión de clases presenciales y espectáculos públicos, resistiendo las presiones de varios sectores de imponer restricciones más severas y negándose a aplicar un toque de queda. 

Chile

Este es otro de los países con los peores índices sanitarios de América del Sur. Con la ocupación hospitalaria al 95% y cifras récord de contagios debido a la expansión de las nuevas, Chile atraviesa el peor momento de la pandemia a pesar de haber inmunizado al 35% de su población (aunque en las últimas horas se dio a conocer que la vacuna de Sinovac, la que se aplica en todo el país, tiene solamente un 3% de eficacia en su primera dosis).

Desde el último lunes, el 83% de la población chilena se encuentra en un estricto confinamiento domiciliario. Entre ellas la ciudad capitalina, Santiago de Chile, donde viven unas 7 millones de personas. Además, se cerraron las fronteras por 30 días y se postergaron las elecciones municipales y regionales (anteriormente programadas para el 10 y 11 de abril) hasta el 15 y 16 de mayo. 

Brasil

Por primera vez desde el inicio de la pandemia, Brasil registró más muertes que nacimientos durante la primera semana de abril. “No vamos a aceptar esta política de quedarse en casa y cerrar todo”, dijo el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro ante las exigencias de que tome medidas más estrictas para controlar el avance del virus y contener al sistema de salud ya colapsado. De esta forma, cada estado decidirá qué hacer sobre su propio territorio de manera descentralizada.

“Primero la gente decía homofóbico, racista, fascista, torturador… Ahora… ¿Ahora qué es? Ahora soy… Eso que mata a mucha gente, ¿cómo se llama? Genocida. Ahora soy genocida”, ironizó el mandatario del país que registra la segunda tasa más grande del mundo de muertes por coronavirus, únicamente superado por Estados Unidos. 

Más de mil municipios de todo el país denunciaron que no tienen suficientes tubos de oxígeno para tratar a los pacientes más críticos -tal como sucedió en Manaos, de donde surgió una de las mutaciones del virus más peligrosas- y que corren el riesgo de quedarse sin insumos. Muchas familias, sumidas en el caos, recurren a un mercado paralelo donde el oxígeno se vende 500% más caro que el original.

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