8 abril, 2021
¿Está teniendo efecto la campaña de vacunación?
El vertiginoso ascenso de los casos de Covid y la confirmación del contagio de Alberto Fernández a pesar de haber recibido la vacuna pusieron nuevamente en discusión la efectividad de la campaña de inmunización. A partir de herramientas de análisis de datos es posible pensar que algunas tendencias positivas como la baja de la letalidad se explican sí por la campaña de vacunación.


Ramiro Acevedo
Después de una brevísima calma veraniega, el coronavirus volvió a acaparar las noticias y el debate público. Una conjunción de sucesos aportan a ello: los récords de casos, la confirmación del contagio de Alberto Fernández a pesar de haber recibido el esquema de vacunación completo y finalmente los vaivenes alrededor de la campaña de inmunización.
En relación al último punto, tras cubrir en gran medida al personal de salud el gobierno tomó la resolución de focalizar en la aplicación de la primera dosis de los esquemas de vacunación a la población de riesgo, postergando la segunda varias semanas. Esto generó reacciones de la oposición, que se ocupó en señalar esta decisión como una estrategia para enmascarar que la provisión de vacunas y los consecuentes efectos de la campaña están siendo insuficientes.
Evaluar la orientación elegida por el gobierno implicaría ponderarla en relación con otras posibles que no fueron consideradas, tales como conceder las demandas contractuales de Pfizer, priorizar otros sectores para la vacunación que tienen menor riesgo pero mayor circulación, bloquear las exportaciones del principio activo de las vacunas de AztraZeneca a México considerando las demoras en su distribución y tantas otras.
Por supuesto que esa es una discusión necesaria y para ello también se requiere evaluar los efectos de la decisión del gobierno, sus impactos en la realidad. Analizando las bases de datos que diariamente publica el Ministerio de Salud podemos observar dos cuestiones que nos ayuden a ello: por un lado, la cobertura de la población de riesgo con la primera dosis de alguna de las vacunas y, por otro lado, los impactos que se observen en términos de hospitalización y fallecimientos.
Cobertura de la vacunación focalizada
Al 7 de abril de 2021, Argentina vacunó con al menos una dosis al 8,87 % de su población. Comparado con sus países limítrofes, el país se encuentra muy por debajo de Chile y Uruguay en ese indicador. Pero ese dato resulta insuficiente para describir el alcance de la campaña, ya que esta se encuentra focalizada en las poblaciones de riesgo, por sus trabajos (personal de salud, docentes), por sus antecedentes médicos o por su edad.
De entre estos grupos el considerado de riesgo por su edad (las personas de más de 60 años) es el que mejor puede estudiarse con herramientas de análisis de datos, ya que existen censos y estimaciones poblacionales que detallan esa información. Para esa población los porcentajes de cobertura son sustancialmente mayores, llegando a una cobertura nacional del 35,09%, tal como se muestra en el siguiente gráfico:

Si vemos la aplicación de al menos la primera dosis a los grupos de riesgo en su distribución por provincias se observa que hay algunas de estas (resaltadas en naranja) con más del 40 % de cobertura.

En contraposición se observa que algunos de los actuales focos de los contagios (la provincia de Buenos Aires, CABA, Santa Fe) están largamente por debajo de la media de cobertura a nivel nacional. De igual manera la población de entre 60 y 70 años se encuentra aún a nivel nacional en una cobertura muy baja (11,78%).
De cualquier forma, un primer elemento para analizar la campaña de vacunación es señalar que el porcentaje de cobertura a la población de riesgo (foco de la política sanitaria elegida) es de un 37,33%. Nos resta observar ahora si eso está teniendo los efectos buscados.
Impactos en la tasa de letalidad y uso de unidades de cuidados intensivos
La focalización en este grupo etario busca bajar dos tasas de incidencia. Por un lado, la tasa de letalidad, es decir, cuántas personas fallecen de las que se contagian con Covid. Por otro lado, la tasa de uso de unidades de cuidados intensivos, cuántas personas infectadas requieren internación en terapia intensiva. Veamos cómo se relacionan estas tasas con la cantidad de casos:

Las líneas verticales del gráfico muestran los picos de contagios en octubre de 2020, el rebrote de enero de 2021 y los récords actuales. El gráfico parece mostrarnos que mientras que la curva de contagios (en rojo) oscila, las de requerimientos de cuidados intensivos (verde) y de letalidad (azul) se mantienen constantes. Esto se debe a que esas tasas son muy bajas. Por ejemplo, la tasa de letalidad a nivel nacional es del 2,32%. Otro recurso puede ayudarnos a ver que en realidad esas curvas se mueven conjuntamente -o al menos eso venía pasando-.

En la escala en el eje izquierdo se vislumbra que crece de distinta manera que en el gráfico anterior. Es una escala logarítmica, cada tramo no representa la misma cantidad absoluta (1000, 2000, 3000, etc.) sino que es el múltiplo de 10 del valor anterior (10, 100, 1000, etc.). Crece en relación a un logaritmo de base 10. Eso nos sirve justamente para un caso como este, donde hay valores absolutos muy distintos pero que, sin embargo, se relacionan. En las líneas verticales de octubre de 2020 y enero de 2021 podemos ver que las curvas se mueven conjuntamente. En la actual fase de la pandemia, esto implica una novedad.
Una explicación posible
Hay dos hipótesis posibles para explicar esta novedad. Por un lado, la campaña de vacunación. Por otro, cambios en la distribución etaria de los contagios. Veamos cada uno.
El final del 2020 se inició con las características ya descriptas la campaña de vacunación en Argentina. El gráfico siguiente muestra la velocidad con la que viene realizándose. En naranja, aparece el promedio de vacunas aplicadas por día y en azul la tendencia. Vale destacar que solo se considera la aplicación de la primera dosis, es decir, personas con al menos una dosis, siendo esa la estrategia sanitaria elegida.

Veamos qué pasa ahora si sumamos al gráfico de tasas las vacunas aplicadas. Como se puede ver, esta novedad en las tasas de letalidad y requerimiento de cuidados intensivos coincide en el tiempo con la campaña de vacunación. Por lo cual, si bien no se puede inferir causalidad de correspondencia, surge una posible hipótesis para explicar estos nuevos índices.

Otro elemento a considerar tiene que ver con la edad de las personas contagiadas. Mientras que los contagios sucedan en mayor medida en personas jóvenes, es esperable que las tasas de letalidad y requerimiento de cuidados intensivos sean menores. Sin embargo, los datos no parecen mostrar que haya cambios en la distribución etaria de los contagiados como para considerarlos la explicación central. Podemos verlo para los tres meses con grandes subidas de los contagios.

Como se ve, hay cambios en la composición pero no son sustanciales. La población de riesgo está menos representada en abril de 2021, pero no drásticamente. Vale considerar que el mes corriente está apenas iniciado, por lo que resta mucho para saber de su evolución.
Como señalamos, que dos cosas ocurran al mismo tiempo no implica que una cause la otra. Resta además monitorear la evolución de las tasas después de estos días con récords sucesivos de contagios. Más allá de esto y asumiendo el riesgo de no esperar el diario del lunes, con los datos disponibles hoy hay elementos para mantener como hipótesis que los cambios en las tasas de letalidad y requerimiento de cuidados intensivos puedan ser explicados por la campaña de vacunación.
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