26 marzo, 2021
Hurlingham: emergencia edilicia en la ESEA N° 1
La escuela se cae a pedazos: llueven los techos, los baños no funcionan y la mitad de los espacios de la institución están inhabilitados. Todavía no pudieron volver a las clases presenciales, y tampoco recibieron respuestas por parte del Gobierno de la provincia de Buenos Aires ni del Municipio.

En la escuela de Educación Secundaria Especializada en Artes (ESEA) N° 1 de Hurlingham no hay ventiladores ni calefacción. Tampoco están habilitados los baños, cae agua de los techos, hay rajaduras en las paredes y casi un tercio de los espacios están clausurados por daños en los pisos. Dadas estas condiciones, les estudiantes todavía no pudieron volver presencialmente a la escuela.
La institución va a volver a abrir las puertas recién la semana próxima, en burbujas armadas prioritariamente con aquelles estudiantes que tengan dificultades para mantener la conexión virtual. Según les docentes, “durante 2020 alrededor de un 60% de les estudiantes tuvieron escasa o nula conectividad con la escuela. En principio por falta de dispositivos y de conectividad, sumado a problemáticas sociales mucho más profundas”. En ese sentido, resaltaron que “más de la mitad de les estudiantes de la ESEA van camino a estar dos años consecutivos sin escolarización”.

Alumnes, docentes y xadres se organizaron para exigir respuestas del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Iñaki Mujica, estudiante de sexto año, explicó a Notas que “en principio el lunes pasado la comunidad de la ESEA hizo un reclamo en el consejo escolar de Hurlingham, lo poco que pudieron ofrecernos es otro arreglo provisorio para que por el momento comenzamos las clases presenciales, pero una obra más grande donde se arreglen de manera definitiva la infraestructura ya depende de la provincia de Buenos Aires”.
“En estos momentos la escuela está utilizando 4 aulas en el edificio vecino y tiene solo 5 aulas de tamaño adecuado en su edificio. Además de estas, la ESEA cuenta con 3 oficinas que se utilizaron como aulas en años anteriores, pero que dejaron de ser funcionales por el crecimiento de la matrícula. Esto significa que, si en estos momentos la educación volviera a la presencialidad total, las aulas no alcanzarían para la cantidad de secciones que tiene el establecimiento”, explicó la conducción de la escuela en su sitio web.
Durante el 2020, el Consejo “renovó el sistema cloacal de todo el polo educativo, ya que antiguamente contaba con una planta depuradora, que ya no funcionaba. Por esta razón, se crearon cámaras sépticas en todo el predio”. En el 2021, avanzaron con arreglos menores en los baños para cuando les estudiantes vuelvan a cursar. Sin embargo, todavía no hay respuestas sobre las reformas estructurales necesarias para garantizar la salud de todes les que circulen por la institución.

Según Iñaki, “la escuela siempre se mantuvo con arreglos provisorios”. Está construida sobre un predio de 65 hectáreas que en su momento le pertenecía al Padre Grassi, el sacerdote condenado a 15 años de prisión por el abuso de al menos 20 infantes. En el año 2015, todas las escuelas que están ubicadas en el amplio terreno fueron estatizadas.
“Luego de la estatización se produce el reparto de edificios, uno para la escuela agraria y el otro para la ESEA 1. El detalle es que ese edificio ya estaba en desuso desde hacía años, por el peligro que representaba”, detallaron les docentes en un comunicado, quienes agregaron que en su momento “la gobernadora Vidal dejó todo como estaba”, y que “todavía se puede ver el chapón que pusieron del piso hacia el techo para apuntalarlo”. Durante sus cuatro años de gobierno no hubo un solo arreglo. “Desde el municipio de Hurlingham, el intendente Zabaleta nos decía que le correspondía al gobierno provincial y así todos se iban sacando el problema de encima”.

Durante la gestión de Axel Kicillof, la situación continúa siendo la misma. “A principios de 2020 el gobierno provincial lanzó un plan de reparación de escuelas. Comenzaron las obras de cloacas y vino la pandemia. Nada se hizo en el edificio, y en este punto hay que ser muy claros: no alcanza con reformas, hay que reconstruir”. Iñaki añadió que no sólo no se tomaron medidas de reparación, sino que la situación edilicia empeoró. “Los arreglos provisorios de los baños terminaron de romperse, el techo al no tener más mantenimiento comenzó a caerse, las rajaduras en las paredes se expandieron, etcétera”.
Este viernes la comunidad educativa tomó medidas de fuerza que incluyó el corte de calles para visibilizar que se encuentran en emergencia. “Como estudiante elijo todos los días a la escuela a la que voy, y es indignante no poder disfrutar de ella de la manera que merezco. Si esto sigue así hay peligro de que cierre, y lo último que necesitamos es falta de educación. Sin educación no hay cambio, no hay progreso. Ojalá que en un futuro no muy lejano no tengamos que pasar por este tipo de situaciones, y si pasa de nuevo no hay que bajar los brazos, hay que seguir luchando y exigiendo que se cumplan nuestros derechos”, concluyó Iñaki.
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