17 febrero, 2021
Un inicio de clases para el Instagram
Luego de un 2020 complejo para las comunidades educativas, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires impulsa un comienzo del ciclo lectivo 2021 cargado de incertidumbre y miedo. La falta de inversión en infraestructura escolar es notoria y no hay foto oficialista que oculte la dura realidad de las escuelas.
Desde el principio, las noticias sobre el retorno a las clases presenciales generaron sorpresa y ansiedades. Los medios de comunicación fueron los primeros en masificar las intenciones de la ministra porteña y -luego del show mediático- se ocuparon de informar a las instituciones educativas. La maniobra política generó dudas alrededor de las formas en que se iba a implementar la presencialidad y los protocolos correspondientes. Evidentemente, la seriedad no es un adjetivo de la gestión Larreta.
Tras arduos intentos de establecer diálogos con el Ministerio de Educación porteño, les estudiantes, las familias, las cooperadoras, docentes y trabajadores auxiliares empezaron a improvisar un plan para poner en condiciones los edificios escolares. Es decir, la presencialidad y el cuidado para evitar la propagación del virus quedó a cargo de cada escuela dando lugar a que el gobierno porteño no se haga cargo de la implementación de la tan mentada “vuelta” al aula.
Hasta ahora, las mayores dificultades se presentaron al momento de cumplir el protocolo sanitario, hasta hace unas pocas semanas, la única garantía de cuidado era un “borrador” que giró a las escuelas y propició una especie de estado natural similar al «sálvese quien pueda.»
Las condiciones edilicias son un problema de larga trayectoria en nuestras instituciones y, en los últimos años, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) profundizó el deterioro a partir de las bajas partidas presupuestarias que asignó a la educación. Del mismo modo, llevó adelante obras de mala calidad, edificios incompletos, nuevas escuelas fallidas, etc. Lo que hace tiempo advertimos, hoy representa un riesgo muchísimo mayor para las personas que habitamos los establecimientos educativos. La falta de ventilación y espacio en las aulas, baños insuficientes y en mal estado, humedad y ventiladores rotos, falta de higiene y limpieza, son los factores que hoy en día impiden pensar una presencialidad segura.
Entre las comunidades educativas las conclusiones son claras:
1) La vuelta presencial escalonada y mixta es una necesidad genuina de las familias y de les estudiantes.
2) Las conductas de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad sembraron desconfianza en el conjunto de las comunidades educativas por el recorte histórico del presupuesto para educación y obras de infraestructura, la declaración de la ministra Soledad Acuña donde expresa no poder garantizar la ventilación de las aulas, las condiciones deplorables que se observan en las escuelas y la no entrega de las computadoras. La lista podría ser interminable….
3) La no llegada de dispositivos que asegurasen la cursada en la virtualidad para miles generó una pausa en la continuidad pedagógica y en el desarrollo educativo y social de un gran número de estudiantes; dicha problemática nos hace ser les primeres en apostar a la presencialidad como herramienta necesaria de reincorporación. Sin embargo, la gestión porteña nos estigmatiza en los medios y niega la incorporación de herramientas que posibiliten construir instancias áulicas cuidadas.
4) Ante los casos positivos que surjan y los déficits en la aplicación del protocolo, el Ejecutivo porteño hará recaer la responsabilidad en las familias, les docentes y equipos directivos. En una jugada magistral Soledad Acuña y Horacio Rodríguez Larreta lanzan una vuelta que no pueden garantizar y de la que no se harán responsables de organizar. Además, le otorgan a les trabajadores de cada escuela el deber de medir las aulas, disponer en el espacio disponible los muebles necesarios, dividirse en dos ante la insuficiencia de personal, etc.
5) La negativa de la ministra a escuchar la voz de aquelles que transitamos las escuelas confirma el acto de hipocresía y conveniencia electoral que persigue la gestión amarilla. El objetivo sigue siendo el mismo: jerarquizar la foto de las escuelas abiertas por sobre las necesidades pedagógicas y de cuidado de las comunidades educativas.
En síntesis, la responsabilidad del Gobierno en construir un protocolo adecuado y seguro brilla por su ausencia. Asimismo, la inexistencia de un canal de diálogo con las escuelas y las comunidades educativas refleja la nula participación de quienes conocen la realidad cotidiana de las instituciones escolares. Sin nosotres, no hay posibilidad de saber que es lo que realmente se necesita para un retorno mínimamente cuidado
*Secretaria General del Lenguas Vivas **Referenta de Contragolpe Secundarios-Vamos
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.