12 febrero, 2021
La vuelta a las escuelas: incertidumbre y precariedad
Esta semana les docentes volvieron a las escuelas y comenzaron un relevamiento de las condiciones edilicias y de los insumos de cuidado con los que cuentan para recibir a les estudiantes la semana que viene. Si bien las condiciones son sumamente precarias y no hay claridad en la información, todo pareciera indicar que igualmente a partir del 17 de febrero volverían las clases presenciales.
Alicia García Tuñon
En medio de una disputa real sobre los efectos que tantos meses de aislamiento produce en les niñes y adolescentes y sobre las desigualdades puestas de manifiesto durante la pandemia, Juntos por el Cambio y la derecha neoliberal se subieron discursivamente en un reclamo que llamaron “Abran las escuelas, presencialidad completa para todos”. Esto marca una clara disputa con los sindicatos docentes y algunos colectivos de familiares que exigen que se garanticen medidas que preserven la salud antes de abrir completamente las aulas.
La Ciudad difundió pautas para que cada escuela analice los metros cuadrados de las aulas y así determinar cuántos estudiantes pueden concurrir por turno. A la vez deben identificar aquellos espacios que cuentan con ventilación adecuada, es decir que ventilan hacia un espacio exterior o al aire libre. Los que no cumplan esta condición, no podrán ser utilizados para el dictado de clases presenciales.
Si bien es real que cada equipo directivo conoce su escuela y tiene en claro el número de estudiantes, a les directives les piden que se vuelvan epidemiólogos, cuando claramente, no lo son. Conocer a su comunidad no alcanza para garantizar las condiciones sanitarias mínimas y para lograr que la vuelta a clases no sea un salto al vacío. Se les llama a hacerse cargo sin contar con los más mínimos recursos para hacerlo.
Al inicio de esta semana, al llegar a los establecimientos, directivos y docentes encontraron escuelas con obras interrumpidas, que no se continuaron durante todo un año en el que justamente no hubo clases. A esto se suma que las escuelas, con años de recorte en el presupuesto educativo por decisión del gobierno de la Ciudad, presentan baños rotos y escasos, falta de personal de limpieza, aulas que ventilan hacia patios techados, o que tienen poca ventilación. Y para terminar de pintar un cuadro de suma precariedad, no hay claridad sobre cosas tan puntuales como si se pueden usar o no los ventiladores, y muchas de los elementos necesarios que debe proveer el ministerio brillan por su ausencia: falta alcohol en gel, máscaras faciales y hay pocos termómetros y muchos de éstos no funcionan.
Si no tienen espacios suficientes, las autoridades deberán buscar espacios en bibliotecas, clubes o centros culturales cercanos. Más allá de lo complejo que resulta para una escuela y para las familias que haya grados o salas de jardín de infantes repartidos por distintos lugares, algunas escuelas concurrieron a los clubes en donde se dictaban clases durante la jornada extendida y la respuesta fue que no sólo no tenían previsto esos lugares este año, sino que el Gobierno de la Ciudad les debía el alquiler del 2019.
Las escuelas comenzaron a enviarles a las familias las propuestas de presencialidad. En la mayoría tuvieron que dividir los grados en algunos días de la semana como en la Escuela 14 “Simón Bolívar” en la que la mitad del grado concurrirá lunes, miércoles y viernes una semana y martes y jueves la siguiente. El otro grupo lo hará al revés. O como en el ENS N° 1, les alumnes que tienen inglés van una semana y les que tienen francés en la otra. Los horarios de ingreso serán escalonados para evitar aglomeraciones. O sea eso de que “todos los chicos, todos los días” también es puro discurso para los medios.
Ante la vuelta a clases escalonadas y con sistemas mixtos de presencialidad y remota, el Ministerio de Trabajo de la Nación dictó una Resolución para que se le justifique la inasistencia a sus lugares de trabajo a une de les progenitores a fin de que se quede al cuidado de sus hijes cuando no concurran a clases o cuando asisten en jornada reducida. Todo esto ante la presentación de una declaración jurada. Frente a esto es necesario destacar que muchas docentes de la Ciudad son jefas de hogar y tienen sus hijes a cargo. En estos casos van a tener que trabajar el turno completo, pero no van a poder usar esta dispensa que resolvió el Ministerio de Trabajo. En estos casos ¿les pibes quedarán a cargo de les adultes mayores o de familiares con enfermedades de riesgo que estuvieron aislados todo este tiempo? Esto angustia -y mucho- a las docentes.
Por otro lado, desde la Dirección del Nivel Inicial, para evitar que suceda lo que pasó el año pasado con las burbujas en el que las familias no mandaron a sus hijes a la escuela debido al riesgo que implicaba, les están diciendo que si no los envían no sólo perderán la vacante, sino que pueden denunciarlos por no mandar a sus hijes a clases. ¿Aprietes para lograr la presencialidad?
Testeos y transporte público
Distintos estudios analizan que el uso del transporte público es uno de los factores que incrementa el nivel de circulación del virus. Sólo el 40% de les estudiantes concurre a la escuela caminando o en auto, el resto usa el transporte público como la mayoría de les docentes. Hasta el momento, sólo es una expresión de deseos el hecho de que aumentarán las frecuencias de colectivos y que la población les va a dar prioridad a pibes y docentes. Los colectivos van con más de 10 personas paradas y sin el distanciamiento correspondiente en las terminales. Estos datos se van a ver multiplicados cuando comiencen las clases en todos los niveles.
Dentro de las medidas que dispuso el Gobierno de la Ciudad para el inicio de clases fue el testeo del personal docente y no docente. El Ministro de salud porteño, Fernán Quirós defendió la estrategia de testeos en el distrito y aseguró que «los cuidados significan, además de identificar los positivos, trabajar en el aislamiento de las personas que han estado con ellos». Nadie dice que dejaron de testear al personal de salud para empezar a hacerlo con les maestres.
En los primeros tres días, ya hubo 15 positivos entre el personal de las escuelas, lo que implicó el aislamiento del personal que estuvo en contacto estrecho con estas personas. Todavía sin saber bien cómo se registraban estas ausencias, estos primeros datos causaron temor entre les docentes.
En la conferencia de prensa del día miércoles 10 de febrero, la Ministra anticipó que no se cerrarán colegios en el caso de que aparezcan casos positivos. «En ningún caso va a haber suspensión de clases o cierre de escuelas». Y agregó, «Nuestra premisa es la máxima presencialidad posible y cuidada».
No pareciera que medidas como éstas supongan un cuidado de las comunidades educativas, sigue hablando para la tribuna.
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