Vísperas de la asunción de Biden con el Capitolio militarizado

Desde el ataque al Capitolio por parte de manifestantes trumpistas que terminó con la muerte de cinco personas, las fuerzas de seguridad estadounidenses reforzaron su presencia en el Congreso estadounidense. A pocas horas de la asunción del presidente electo, Joe Biden, la ciudad de Washington se colmó de aproximadamente 25 mil oficiales de la Guardia Nacional que trabajan en conjunto con el Servicio Secreto, y al menos 20 agencias de seguridad y entidades de seguridad pública. 

Para evitar posibles actos de violencia, se descontinuaron los servicios de los transportes que circulan por los alrededores del Congreso y se cortaron todas las calles aledañas. También prohibieron el traslado de armas por vía aérea, y de estructuras metálicas y de hormigón. Por otro lado, el Capitolio y la Casa Blanca fueron cercados con bloques de cemento y vallas. 

En las últimas horas, al menos dos miembros de la Guardia Nacional fueron desligados del operativo por estar vinculados a las milicias ultraderechistas. “Por razones de seguridad operacional, no hablamos sobre el contenido o el resultado del proceso de investigación a miembros de las fuerzas armadas que participan en la seguridad de la toma de posesión”, dijeron desde la unidad. “Queremos asegurarnos de que tendremos buenas personas en el seno del círculo”, aseguró  William Walker, jefe de la Guardia Nacional.

Por su parte, The Washington Post también informó que el FBI advirtió a las fuerzas de seguridad que los extremistas seguidores de Trump han planeado hacerse pasar como miembros de la Guardia Nacional para infiltrarse en áreas sensibles, y otros han revisado los mapas de los puntos vulnerables de la ciudad, signos de posibles esfuerzos para interrumpir la investidura del miércoles.