Derechos Humanos

2 diciembre, 2020

Lesa humanidad: condenaron a 16 genocidas por los crímenes en la Brigada San Justo

Uno de ellos fue Miguel Etchecolatz, quien recibió su octava condena a cadena perpetua. El juicio había comenzado en agosto de 2018 en el Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata.

Crédito: Abuelas de Plaza de Mayo

Jaime Lamont Smart, Emilio Alberto Herrero Anzorena, Carlos del Señor Hidalgo Garzón, Carlos María Romero Pavón, Ricardo Armando Fernández, Miguel Osvaldo Etchecolatz, Leopoldo Luis Baume, Raúl Carballo, Héctor Horacio Carrera y Jorge Héctor Vidal fueron condenados este miércoles a cadena perpetua por el Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata. Fueron acusados por los crímenes de lesa humanidad que cometieron en el centro clandestino de tortura, detención y desaparición que funcionó en la Brigada de Investigaciones de San Justo durante la última dictadura cívico militar. 

Por otra parte, los genocidas Rodolfo Enrique Godoy, Roberto Armando Balmaceda, Jorge Héctor Di Pasquale, Alejandro Alberto Menichini, Ricardo Juan García y Rubén Alfredo Boan fueron condenados a 25 años de prisión por el Tribunal. 

El juicio, que comenzó en agosto de 2018, investigaba las privaciones ilegítimas de la libertad, agravada por torturas, homicidio y abuso sexual en perjuicio de 84 víctimas que estuvieron cautivas en el centro clandestino de detención. Entre los imputados figuran miembros del Ejército, civiles, y efectivos de la Policía de Buenos Aires, que ejercieron sus cargos durante las épocas de terrorismo de Estado.

 “Fuimos al infierno. Era la Brigada de Lanús con asiento en Avellaneda. Nos pusieron a siete compañeros en un calabozo de 1,50 por 2,30 metros. Nos turnábamos para sentarnos. Nos pasaban una manguera y había que abrir la boca para tomar agua”, atestiguó Nilda Eloy, sobreviviente de los crímenes de lesa humanidad sucedidos en la Brigada y víctima de la patota de Miguel Etchecolatz, fallecida en el año 2017. 

Tal como lo describieron las Abuelas de Plaza de Mayo en su mensuario, Nilda fue torturada, violada, y llegó a pesar 29 kilos. Su declaración, grabada años atrás, formó parte del juicio junto con los relatos de Adriana Calvo, María Cristina Gioglio, entre otras víctimas, los cuales abrieron la etapa de testimonios del juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en las Brigadas de Banfield, Quilmes y Lanús durante la dictadura.

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