Géneros

29 noviembre, 2020

Feminismo popular y el corazón maradoniano

No se trata de perdonar, sino de saber que el feminismo que queremos está -y va a seguir estando- repleto de preguntas, quizás algunas sin respuestas, pero sí siendo conscientes de nuestras batallas y de la solidez con que debemos darlas.

Crédito: Juan Ignacio Roncoroni

Gisela Commisso*

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Acá nos encontramos, acá estamos las feministas populares, las disidencias sexuales, siendo siempre capaces de atravesar las contradicciones, los desafìos que implican repensarnos y sin lugar a dudas siendo parte de este duelo que está llevando nuestro pueblo después del fallecimiento de Diego. Su muerte abrió distintos abanicos de debates en los feminismos, como si la misma partida física fuese el comienzo de grandes interrogantes, de dudas y de certezas. Diego es la trascendencia de la inmensidad de su figura, de lo que representa en la construcción del poder popular. 

Si hay algo que el feminismo popular sabe es atravesar y construir desde las mismas contradicciones, desde lo que pensamos que debe ser transformado, y es ahí donde nuestros corazones maradonianos aparecen. Porque, ¿quién no lo tiene? ¿Qué hacemos con ese corazón? ¿Cómo construimos desde ese lugar? Son todas preguntas que seguramente den paso a seguir construyendo una sociedad más libre y justa. 

Diego fue, es y será un ídolo popular. Es ese Diego que no se callaba, que iba siempre por fuera de lo establecido porque creía en las causas justas. Ese Diego de las pibas y los pibes de los barrios, que juegan en el potrero y sueñan con que sus corazones maradonianos vuelen alto. Ese que generó amor por el fútbol, que enseñó que la pasión podía ser tomada y construida por cualquiera, y más que nada por cada barrio, en donde esos corazones maradonianos se hacen carne, se potencian y se expanden. 

Pero también es ese Diego que se construyó en la cultura patriarcal, el que el día de su muerte hizo que el feminismo popular vaya a despedirlo, y a su vez logró movilizar hasta las lágrimas a los varones. En ese sentido es donde sigue rompiendo paradigmas. Su muerte tiene que ver con seguir cuestionando todo lo que deba ser cuestionado. 

No se trata de perdonar, sino de saber que el feminismo que queremos está -y va a seguir estando- repleto de preguntas, quizás algunas sin respuestas, pero sí siendo conscientes de nuestras batallas, de la solidez con que debemos darlas, y de que la cancelación no es un lugar que debamos habitar. Menos que menos ante la emocionalidad de todo un pueblo que salió a la calle a llenarla de ternura. 

El feminismo popular sí sabe de la construcción de la ternura, porque es el que vino a construir otro modo de hacer política, a nombrarnos como sujetes de derecho. También vino a visibilizar a todas esas pibas que son parte del fútbol feminino, que lo construyen en los barrios y en las calles. Esas pibas que se ven en Diego Maradona. En ellas se ven reflejados esos corazones Maradonianos dispuestos a seguir dando batalla a las opresiones, a las injusticias. 

Como expresó Cortázar, “hay ausencias que representan un triunfo” y, sin lugar a dudas, la del Diego lo es.

*Lesbiana e integrante de Mala Junta – Feminismo Popular

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