27 noviembre, 2020
Las redes feministas en el territorio
El 25 de Noviembre, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres en memoria de las hermanas Mirabal, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación realizó una Jornada Federal de encuentro con les promotres territoriales de género y diversidad del Registro Tejiendo Matria.

A fines de mayo del 2020, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad (MMGyD) de la Nación lanzó el Registro Nacional de Promotoras y Promotores Territoriales de género y diversidad a nivel comunitario. Esta herramienta permite a las organizaciones de la sociedad civil articular con los organismos nacionales, provinciales y municipales. Además, el Registro está orientado a brindar diferentes herramientas para la formación y capacitación de quienes acompañan situaciones de violencia por motivos de género en sus territorios.
La campaña Argentina Unida Contra las Violencias de Género se llevó a cabo de manera simultánea en 15 puntos del país, entre los que se encuentran las localidades bonaerenses de Moreno, Mercedes y Avellaneda; las provincias de Salta y Córdoba; y algunos Barrios porteños, donde diferentes organizaciones sociales abarcan la temática como la Villa 20 (comuna 8), Bajo Flores- 1 11 14 (comuna 7) y Parque Patricios (comuna 1).
Después de varios meses de distanciamiento social y limitaciones para la presencialidad, aunque con talleres virtuales, se dio la esperada oportunidad de encuentro del MMGyD con compañeras, referentas y organizaciones que acompañan este tipo de situaciones desde mucho antes del inicio de la pandemia.
¿Por qué y para qué un Registro de Promotores Territoriales?
Además de la alegría de la presencialidad, este encuentro tuvo como uno de sus ejes poner en valor las redes comunitarias construidas a lo largo del tiempo. También resonó la importancia de que sigan creciendo y fortaleciendo los tejidos que se generaron desde la necesidad de dar respuesta a determinadas problemáticas, para acompañar a quienes encuentran sus derechos vulnerados y transformar todo aquello que debe ser transformado. Hasta el momento, sostenidas gracias al compromiso militante, la convicción y el empuje que caracteriza a les feministas.
Contar con un registro de promotores permite que las redes que el movimiento supo construir sigan creciendo, se federalicen y sumen herramientas tanto formativas como materiales. En este sentido, a partir del Plan de Acción Contra las Violencias se cuenta con distintas iniciativas como el Programa Articular, las Escuelas Populares de formación en géneros y diversidad “Macachas y Remedios”, o el Programa Acompañar, que buscan fortalecer a las organizaciones sociales y comunitarias de género y diversidad, dar apoyo económico y acompañamiento técnico a proyectos de formación en género y diversidad en todo el país, y promover la autonomía de mujeres y personas LGBTI+.

El taller
Los talleres fueron coordinados por diferentes funcionarias del MMGyD, entre ellas Martha Linares, directora Nacional de Asistencia Integral a las Víctimas de Violencia por Razones de Género; Camila Peña, directora de Articulación Territorial para la Asistencia y Atención a las Víctimas; Pilar Escalante, subsecretaria de Políticas de Igualdad, y Elizabeth Gómez Alcorta, ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad.
El taller contó con una primera actividad de caldeamiento generando un ambiente de complicidad y confianza entre las compañeras, que permitió poner de relieve qué violencias son transversales a todas las mujeres y disidencias y las experiencias transitadas en los barrios. Desde el abordaje de distintas situaciones hipotéticas se trabajó la Ley 26.485 de Protección Integral, identificando los diferentes tipos y modalidades de violencia, las herramientas con las que se cuenta institucional y popularmente, y cuáles son las vacancias que aún hoy tiene el sistema público para dar respuesta y acompañar determinadas situaciones.

La participación de las colectivas feministas
Desde la colectiva Mala Junta participaron compañeras y referentas de distintos espacios y territorios: cooperativas gastro-textiles, comedores y merenderos, bachis populares y compañeras que participan de las ronda de mujeres y sostienen las ollas populares.
Liliana, militante de Mala Junta en la Casa de la Mujer Bajo Flores participó del taller. Ella, como promotora, luego de esta experiencia, se propone llevar adelante la tarea de estar presente para el resto de sus compañeras ante situaciones de violencia, brindándoles información sobre cómo pueden actuar, difundiendo la Línea 144 y acompañándolas en el proceso. A su vez, remarca que “el Estado debe poder acompañar económicamente a las mujeres y disidencias que atraviesan violencia por motivos género”. Cree que poder discutir y tener espacios como éste es muy importante, y espera poder seguir participando en otros talleres para seguir aprendiendo. “Me gustó mucho la asamblea, me llegó mucho y espero que la próxima pueda participar de nuevo y así aprender más y poder compartir con mis compañeras un granito de arena de lo que yo pueda poner, para poder ser una emprendedora contra la violencia de género.”
Johana, referenta de la Villa 20 de Lugano, participó del taller que se realizó en este barrio, que contó con la presencia y participación de la ministra Elizabeth Gomez Alcorta. «Para nosotras fue una visita muy grata porque de alguna manera nos marcó ese reconocimiento por el trabajo que hacemos en nuestro barrio día a día. Creo que es muy importante para las compañeras», dice. Johana pone en valor las distintas miradas que surgen de cada compañera y que, más allá de la diversidad de pensamiento, «lo que salió siempre fue el acompañamiento, como herramienta esencial el acompañamiento a la persona que está atravesando una situación de violencia, siempre respetando su intimidad, sus tiempos. Que esa persona pueda identificar que está en una situación de violencia». Además, agrega que no respetar los tiempos de quien se acerca a pedir ayuda es, de alguna manera, revictimizarla. Remarca que “mirar para el costado nunca sirvió, hay que involucrarse y acompañar desde el lugar que podemos y con las herramientas que tenemos” y deja en claro la importancia de que estos procesos sean acompañados por un Estado presente y políticas públicas.

Sobre su participación, Karin, militante del merendero Sembrando Sueños en el barrio 21-24, expresa que para ella «fue una experiencia única el poder compartir con compañeras de los diferentes organizaciones», y pone en valor la posibilidad de «tener más redes para poder compartir las diferentes situaciones que se presenten y estar organizadas». Expresa también haberse sentido muy conmovida por trabajar sobre un caso de infancias trans y pensar el acompañamiento para esa niñez y su familia.
Gisela, militante lesbiana de Mala Junta y metrodelegada, pone en valor la actividad como una instancia nutritiva, en donde se sigue construyendo el feminismo popular y disidente que milita cotidianamente. «Menciono esto porque después de un año de haber transitado la pandemia y de no estar cerca de nuestres compañeres, volver de a poco a esas instancias presenciales es muy importante, porque nos generan otros modos, porque al estar cerca de nuestres compañeres habitamos un poco la ternura presencial militante a la que apuntamos». Además, agrega que poder poner esto en dialogo con las experiencias de las compañeras de los barrios es fundamental, tanto como seguir visibilizando a las disidencias barriales. Por último, sostiene que este tipo de encuentros son instancias que permiten explorar desde otros lugares, y deja en evidencia que como militantes populares se está en un constante aprendizaje.
*Integrantes de Mala Junta – CABA
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