16 noviembre, 2020
«La montonera», de Joan Manuel Serrat: símbolo de militancia
Recordamos una canción de Serrat a la que el paso del tiempo ha seguido rodeando de misterio. En el Día de la Militancia, «La montonera» resurge a la vida, aunque su autor pretenda olvidarla. Y ahí va de nuevo, «cayéndose y volviéndose a levantar», tal como la propia militancia.

Luego de casi 18 años de exilio y proscripción, bajo una llovizna persistente, aterrizaba en el Aeropuerto de Ezeiza, el chárter que traía de regreso al país a Juan Domingo Perón.
Era el 17 de noviembre de 1972. Un día que se convirtió en símbolo de la resistencia y la lucha de una militancia férrea, histórica y renovada por las nuevas generaciones, que pintaron en las paredes ‘Luche y Vuelve’ / manchando de esperanzas y de cantos / las veredas… Que volvieron la fe en la nueva primavera, como inmortalizó Serrat en «La montonera».
Ahí está otra vez. Ahí va de nuevo, cayéndose y volviéndose a levantar: la militancia. Una palabra maldita para las clases dominantes, porque remite a luchas populares, a insurgencia social, a pueblo que avanza en busca de transformaciones, de justicia y de igualdad. Los militantes populares, que fueron -y siguen siendo- el blanco de la furia represiva de todos los gobiernos conservadores y reaccionarios.
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La historia de «La montonera» está envuelta en un halo de clandestinidad y misterio.
En 1978, el Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero, con residencia en México, publicó un disco flexible para que fuera difundido en la Argentina.
En el lado A, luego de diez minutos de un análisis de los avatares desde el 24 de marzo de 1976, venían las instrucciones de la dirección de Montoneros -en Europa- para que la militancia enfrentara el Mundial Argentina ’78 durante su realización. Creían que era posible transformar el sentido del acontecimiento en una manifestación de la resistencia popular. La consigna que proponían era “Argentina campeón, Videla al paredón”. Se incluyeron, además, direcciones y teléfonos de la organización revolucionaria en el extranjero y un organigrama de la cúpula del movimiento guerrillero, con todos sus responsables.
En el lado B se escucha «La montonera», un tema que nunca fue grabado comercialmente por el cantautor catalán Joan Manuel Serrat. Sin embargo, la canción, que entró clandestinamente al país, uno o dos meses antes del Mundial de fútbol del ’78, circuló entre fanáticos y militantes.
Según parece, la letra está inspirada por una vida real. Un artículo aparecido en la revista La Maga dice: “Durante muchos años, Joan Manuel Serrat creyó que Alicia, una amiga suya, había sido asesinada por las bandas de la Triple A. Él la había conocido en el ’69, cuando sus primeros pasos por estas tierras. Inspirado en ella escribió una canción: “La montonera”. «Era una muchacha llena de sueños e ideales, como casi todos los muchachos de su generación», recordaba hacia 1993.
Alicia andaba furtiva las noches de la resistencia setentista, antes de la llegada de Perón, pintando ‘Luche y vuelve’ en las paredes de Buenos Aires; el catalán la veía de regreso, con el riesgo superado, el miedo vencido y las manos llenas de pintura.
Existe otra versión acerca de quién es la montonera que encarnó la canción. El periodista francés, Phillipe Broussard, asegura que la misteriosa musa de Serrat no era otra que Marie Anne Erize Tisseau, una militante desaparecida en 1976, en San Juan. Así lo cuenta en su libro La desaparecida de San Juan (Planeta, 2012), aunque Serrat negó que se tratara de Anne.
Marie Anne, argentina y de padres franceses, viajó en 1969 a Europa. Conoció a Serrat, a Georges Moustaki y a Paco de Lucía. Fue modelo -Miss Siete Días y tapa de Gente- y estudió antropología. En Buenos Aires, conoció al Padre Carlos Mugica y al poco tiempo, se convirtió en militante de base en las villas. “Sólo quiero ser pobre entre los pobres”, le dijo a su madre, cinco meses antes de que tres militares la secuestraran en una bicicletería.
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«La montonera» volvió a aparecer en el documental Cazadores de utopías (1995), de David Blaustein. A partir de un cassette de Serrat en directo, Litto Nebbia agregó un arreglo. Serrat prohibió la edición de su canción y la tirada fue destruida.
Pero, de alguna manera, termina siempre resurgiendo a la vida, aun si su autor pretende olvidarla. Que la militancia la haya recreado porque no había un registro, es lo mejor que le pudo pasar a la montonera. Salir al viento, expandirse en el tiempo. Seguir vagando en el espíritu militante del pueblo.
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