Marie Curie, pionera dentro y fuera de la ciencia

Valeria Torralba Agu*

@Valegwen

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Marie Skłodowska-Curie fue la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Universidad de París, años antes habiendo sido rechazada en la Universidad Polaca de Cracovia por ser mujer.

Nació en Varsovia, capital de la partición rusa de Polonia. Su padre era profesor de ciencias y fue despedido de su cargo durante las sublevaciones nacionalistas polacas, su familia instruyo a Marie y sus cuatros hermanos en la cultura Polaca de forma clandestina, junto con otras familias.

Al ser despedido y prohibida la educación científica en los colegios, su padre monto un laboratorio clandestino para enseñar ciencia a sus hijes y otras familias polacas que rechazaban el régimen Ruso.

Muchos años más tarde, el primer elemento químico que descubrió Curie fue llamado “Polonio”, para inmortalizar la cultura polaca y honrar sus orígenes e historia de vida. A pesar de recibir la ciudadanía francesa, enseño a sus dos hijas su lengua materna.

Estudió clandestinamente en la “universidad flotante” de Varsovia y comenzó su formación científica en dicha ciudad. En 1891, a los 24 años, siguió a su hermana mayor  a París, donde culminó sus estudios y llevó a cabo sus trabajos científicos más sobresalientes.

Compartió el premio Nobel de Física de 1903 con su marido Pierre Curie y el físico Henri Becquerel. Años después, ganó en solitario el premio Nobel de Química de 1911. También descubrió el elemento químico Radio y acuño el término “radioactividad”.

Durante la Primera Guerra Mundial no pudo servir a Polonia y decidió colaborar con Francia. Propuso el uso de radiografía móvil cerca de las líneas de frente para ayudar a los cirujanos del campo de batalla (no había mujeres cirujanas). Diseño unidades móviles de radiografía que fueron apodadas “Pequeñas Curie”. ​ Se convirtió en la directora del Servicio de Radiología de la Cruz Roja francesa y creó el primer centro de radiología militar de Francia, operativo a finales de 1914.

Más tarde, por primera vez en la historia comenzó a instruir a otras mujeres como ayudantes.​ En julio de 1916, pionera en muchísimas cosas, fue una de las primeras mujeres en obtener un carnet de conducir, pues lo solicitó para manejar personalmente las unidades móviles de rayos X.

Quiso vender el oro de sus medallas de Premios Nobel para cooperar con las unidades de radiografía móvil, pero el banco no se las acepto. A pesar de sus contribuciones humanitarias a los esfuerzos bélicos de los franceses, nunca recibió en vida un reconocimiento formal por parte del Gobierno francés.

Falleció en 1934, a los 66 años de edad, de anemia aplásica producto de la exposición a la radiación. Los restos de Curie se encuentran en el Panthéon de Francia, un célebre mausoleo ubicado en París, donde también se encuentran los restos de otras figuras destacadas, como los filósofos Rousseau y Voltaire.

¡El mito es verdad! La tumba de Curie se encuentra rodeada de plomo por cuestiones de seguridad, ya que se expuso a la nocividad de la radiación sin saberlo. Su cuaderno de laboratorio y otros elementos personales, se encuentra guardados en una caja de plomo y es necesario usar la protección adecuada para acceder a ellos.

No solo fue pionera en ciencia, sino que también lo fue en tener perspectiva de género para capacitar a mujeres en profesiones masculinizadas y en ser única hasta en su tumba. Nos demuestra que la ciencia no es neutra y que hasta elegir el nombre de un elemento químico e inmortalizar una injusticia en la tabla periódica es reivindicativo y político.

Pudo llegar a estudiar en la Universidad y realizar investigaciones científicas previo a varios rechazos. ¿Cuantas Curies nos habremos perdido en el camino?. Estoy segura que si estuviese viva estaría en la calle peleando por el aborto legal o a un elemento químico lo llamaría “Aborto”. ¡Feliz Cumpleaños Marie, nunca dejemos de dar vuelta todo!.

*Bióloga, realizando un doctorado en farmacologia molecular en ffyb(UBA).