Ambiente y Hábitat

6 noviembre, 2020

Plan Estratégico Minero Argentino: un visto bueno para la explotación de los recursos naturales

Gobernadores de algunas provincias y representantes del área minera de todo el país participaron de la primera Mesa Nacional para la elaboración del Plan Estratégico, impulsado por el ministro Martín Kulfas, quien busca fortalecer el desarrollo del rubro en nuestro país.

El secretario de Minería, Alberto Hensel, encabezó este jueves la primera Mesa Nacional para la elaboración del Plan Estratégico Minero Argentino, acompañado por representantes de su cartera y de las distintas provincias del país. De esta mesa «deben surgir los consensos necesarios que legitimen la actividad y la Argentina pueda dejar de discutir si hacemos minería o no, y pueda contribuir a ayudar a todas las provincias que han tenido leyes restrictivas de la actividad minera», explicó el secretario.

El objetivo del plan es “facilitar la construcción, a través de un proceso de diálogo amplio y plural, de una propuesta de visión compartida para el desarrollo de la actividad minera en Argentina”, en un lapso de 30 años.

Mariano Arcioni, gobernador de Chubut -una de las provincias más afectadas por la explotación de sus recursos naturales- destacó: “Hoy tenemos la oportunidad histórica de aportar para la República Argentina y que nuestra provincia salga de la postergación que estamos teniendo en zonas muy distantes, como la zona de la Meseta. Ahí tenemos un proyecto muy importante por el que estamos iniciando una zonificación”. Cerca de doscientas personas se manifestaron en Trelew para repudiar los dichos del gobernador, bajo la consigna “el agua no se toca”. 

Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), Alberto Carlocchia, sostuvo en la reunión de la mesa: “Vemos en el mundo que las experiencias de diálogo plurisectorial han logrado hacer aportes exitosos. En nuestro país, nos abre la puerta a generar un cambio histórico, a encarar políticas de largo plazo decidiendo cómo queremos hacer minería”.

«La minería tiene mucho para aportar para el desarrollo del país. Este plan estratégico estamos presentando es un gran trabajo que se basa sobre 3 puntos fundamentales. Minería sustentable, diálogo con los sectores científicos para el desarrollo de profesionales y de la capacidad técnica y fundamentalmente el consenso con la sociedad. Esto lo hemos visto en la experiencia que ha tenido la provincia de San Juan, es un modelo que debemos replicar en todo el país”, agregó el ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas.

“La industria minera, en un marco de adecuada gobernanza, impulsa el desarrollo sostenible de la Argentina; es un motor para el desarrollo de las comunidades, el crecimiento de la industria nacional y las exportaciones», indica el documento que confirmó la creación de la Mesa Nacional para la elaboración del Plan Estratégico Minero Argentino.

Las consecuencias de la minería

Como contratara de los beneficios privados, esta actividad genera perjuicios públicos que se reflejan en la vulneración de ciertos derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Entre ellos, la contaminación de aguas por la deficiente instalación de diques de cola en los orígenes del cauce, la generación de zonas semiáridas y zonas sísmicas, el desplazamiento forzoso de comunidades enteras, la falta de respeto por el territorio de los pueblos originarios, por las reservas naturales y por las zonas protegidas, los problemas derivados en la salud, la criminalización de la protesta social y las trabas en los procesos de judicialización, son evidencias de la emergencia y generalización del conflicto y de la vulneración de estos derechos.

El esquema de producción, circulación y distribución actual no solamente es injusto en términos económicos sino que además es antidemocrático en tanto no pondera el punto de vista de los actores locales, concentra en empresas trasnacionales la riqueza extraída y genera economías de enclave que una vez que se agotan los recursos dejan sin alternativas productivas a las economías regionales. La soberanía económica debe entenderse también como el derecho de los pueblos a elegir la forma en que producen y se reparten la riqueza, y el derecho de hacerlo sin poner en riesgo los bienes comunes, el ambiente y a la propia población.

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