Educación y Ciencia

2 noviembre, 2020

Laika, la perra que marcó un hito en la carrera espacial

Un día como hoy pero hace 60 años, la perra rusa Laika marcaba una página en la historia mundial, convirtiéndose en el primer ser vivo en orbitar la tierra. A bordo del Sputnik 2, el can sobrevivió alrededor de siete horas, le dio un nuevo éxito espacial a la Unión Soviética y grabó su nombre en la memoria colectiva del mundo.

“Una gran victoria en la competencia pacífica con el capitalismo”. Así había calificado el periódico ruso Pravda el lanzamiento un mes atrás del Sputnik 1, el primer satélite artificial puesto en órbita de la historia.

Laika fue lanzada al espacio a las 19.12 (hora de Moscú) del domingo 3 de noviembre de 1957 desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, el mismo lugar desde el que había sido lanzado el Sputnik 1 y desde donde partiría, en 1961, Yuri Gagarin, el primer ser humano en viajar al espacio. La perrita iba a bordo del Sputnik 2, la segunda nave lanzada al espacio.

La decisión, luego de lanzar el Sputnik 1, de enviar una nueva nave al espacio y subir la apuesta, fue del dirigente comunista Nikita Kruschev. Pidió a los científicos un nuevo hito para la celebración del 40 aniversario de la Revolución. Tenían un mes de plazo.

Los ingenieron consideraron varias especies animales para la hazaña, pero finalmente optaron por un perro callejero, ya que estaría acostumbrado a las temperaturas extremas y a la precaria alimentación, con lo que resistiría la prueba con mayor facilidad. Las tres finalistas eran hembras. Laika fue finalmente seleccionada por su peso, altura y temperamento y sometida a un duro entrenamiento.

En octubre de 2002, el científico Dimitri Malashenkov, quien participó en el lanzamiento del Sputnik 2, reveló que -a pesar de otras versiones que habían circulado durante décadas- la perra falleció entre cinco y siete horas después del lanzamiento debido al estrés y al calor.

La nave

El Sputnik 2 era una cápsula cónica de cuatro metros de alto con una base de dos metros. Tenía varios compartimentos para alojar transmisores de radio, un sistema de telemetría, una unidad programable, un sistema de control de regeneración y temperatura en cabina e instrumental científico.

Laika viajaba en el interior de una cabina sellada y separada del resto. Podía beber agua a través de unos dispensadores e ingerir alimentos en forma de gelatina. La cabina le permitía estar acostada o de pie y contaba con un sistema regenerador de aire que le daba oxígeno. Una bolsa recogía los excrementos y unos electrodos monitoreaban las señales vitales. La perra, según los estudios en tiempo real, que se transmitían cada 15 minutos a la Tierra, estaba agitada pero comía.

Una página en la historia

Laika_NYTEl lanzamiento del Sputnik 2 aceleró la carrera espacial y advirtió a Estados Unidos del poderío ruso en el área. Recién el 31 de enero de 1958 los EE.UU. lanzaron su primer satélite, el Explorer 1.

Durante los años siguientes la carrera espacial entre ambas potencias continuó con una clara ventaja soviética que no sería revertida hasta más de una década después con la llegada del Apolo 11 a la luna en 1969.

Mientras, la potencia comunista logró llevar al primer hombre al espacio, Yuri Gagarin, en 1961. Y también a la primera mujer, Valentina Tereshkova, en 1963.

Diez años después del lanzamiento del primer Sputnik, la Federación Internacional de Astronáutica proclamó el 4 de octubre de 1957 “Día del comienzo de la Era Espacial de la humanidad”.

 

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