8 octubre, 2020
Hidrovía y humedales: una relación poco armoniosa
En 2021 vence la concesión que Hidrovía SA tiene sobre la autopista fluvial que enlaza los principales puertos de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires. Es un momento oportuno para impulsar que el Estado pase al frente del asunto y para debatir entre un sistema que atenta contra la vida y la organización natural del ecosistema o que se vuelva a respirar el aire de liberación y equilibrio

A fines del siglo XX se replanteó la organización de la Hidrovía en forma parcializada y no como una mega obra continental. Por lo tanto, el sector argentino que va desde Santa Fe hasta Nueva Palmira tomó mayor importancia. Este tramo, de 820 kilómetros, se encuentra concesionado por la empresa Hidrovía S.A. (consorcio integrado por la empresa belga Jan de Nul y la local Emepa), proveyendo los servicios de dragado y señalización a cambio de un peaje de U$S 3,06 por TRN (Tonelada de Registro Neto) a los buques circulantes. Es importante mencionar que la concesión que posee la empresa vence en mayo de 2021, ofreciendo un momento ideal para que el Estado argentino pase al frente del asunto e imponga las condiciones que más le favorezca.
En 1988 surge la primera reunión para organizar el corredor fluvial entre Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. Así se crea el Comité Intergubernamental de la Hidrovía Paraguay-Paraná con sede en la Ciudad de Buenos Aires. Cubre un trayecto de 3.442 kilómetros desde Puerto Cáceres en Brasil hasta el puerto de Nueva Palmira en Uruguay. El objetivo era el transporte de grandes volúmenes de carga mediante barcazas de gran calado. Para lograrlo fue necesario hacer obras de rectificación, dragado y señalización de los ríos. Rápidamente, en tiempos de gobiernos neoliberales de la Patria Grande, se decide concesionarla.
En su recorrido la Hidrovía interactúa y atraviesa sistemas de humedales. Ecosistemas que se caracterizan por permanecer en condiciones de inundación o saturación de agua durante largos periodos de tiempo. Cambios drásticos en los humedales del corredor pueden generar impactos irreversibles en el ecosistema que resulta no sólo en la pérdida de medios de vida de las poblaciones locales, aumentando la pobreza y la exclusión social, sino también, en un ataque del materialismo globalizado hacia la armonía de la naturaleza, la Pachamama. El corredor fluvial aún mantiene gran parte de su extensión en buen estado, pero al mismo tiempo sufre de numerosos proyectos de infraestructura que podrían comprometer su futuro.
La actividad de dragado que se realiza constantemente produce mayor arrastre hidráulico, liberación de contaminantes y sedimentación, provocando la pérdida de humedales y afectando las áreas de alta diversidad ictícola, donde se concentran algunas especies de peces de gran valor comercial para la sociedad local. Otra actividad de fuerte impacto es la rectificación de meandros (recorte en las curvas naturales del río), método utilizado para acortar la distancia de navegación. Gracias a esto, la velocidad en sus aguas aumenta y genera zonas de erosión a los márgenes del río. Esto conlleva a que el río avance sobre sus márgenes reduciendo los terrenos donde viven las poblaciones marginadas y gran cantidad de especies vegetales y animales.
Vinculados más de 80 puertos argentinos, en los ríos Paraná y de la Plata, permiten la movilidad de alrededor de 125 millones de toneladas de todo tipo de cargas, 1.5 millones de contenedores, 750 mil vehículos y el arribo de 320 mil pasajeros de cruceros a lo largo del año. Nuestro país produce alimentos para más de 470 millones de personas, mientras que nuestra población es de alrededor de 44 millones. De todo lo que se produce sólo el 8% queda para consumo interno, siendo insuficiente para toda la población. La Argentina de los alimentos exporta el 92%, mientras hay niños que tienen que revolver en la basura para poder alimentarse. Desde el Gran Rosario se exporta más del 80% de la producción agroindustrial argentina. Dado tal volumen, el empresario belga Jan de Nul, impulsa el ingreso de buques de mayor tamaño que puedan aumentar la capacidad de carga. Para lograrlo, se deben realizar nuevas obras de dragado y calado del río. Una de las venas abiertas de América Latina sangra por el gran estuario rioplatense y, de esta forma, parece que está muy lejos de curarse.
La política expo-extractiva que cumple nuestro país deja sombras de hambre, pobreza y desesperanza en los rincones de la patria. Política impulsada por las multinacionales de los granos, las llamadas cinco hermanas (ADM, André, Bunge y Born, Cargill y Dreyfus) son las dueñas del piolín titiritero. Ocultas, y casi nunca nombradas, manejan los hilos desde las sombras. Aliadas a la peor oligarquía desangraron al país en cuanta oportunidad tuvieron, no les tembló el pulso a la hora de defender sus privilegios. Adhiriendo al golpe del ’76 en contra del “socialismo nacional”, fueron capaces de vender cosechas enteras a la URSS sin que se contradiga su coherencia interna. Su patria es y va a ser siempre el capital.
Llegará el 2021 con la oportunidad de debatir entre un sistema que atente contra la vida y la organización natural del ecosistema o se vuelva a respirar el aire de liberación y equilibrio. Aroma único y encantador, capaz de alzarse en contra de los intereses imperialistas, en busca de la soberanía y seguridad alimentarias tan necesarias para que de una buena vez el pueblo humilde deje de pasar hambre y se mejoren sus condiciones de vida. Que la expresión Patria sí, colonia no pase de ser un lindo enunciado político y se convierta en una política de Estado. Necesitamos pensar y crear una Hidrovía como motor de integración continental y no como una herramienta de la economía internacional, a quien sólo le importa generar una política extractiva-primaria-exportadora dejando beneficios económicos en pocas manos.
El Estado empresario, dueño de empresas estatales estratégicas en equilibrio con la Pachamama, debe tener rol protagónico, ya que es la antítesis de la voracidad de las multinacionales. En esta perspectiva, el proyecto de ley ELMA XXI (Empresa de Líneas Multimodales Argentina, expediente 4813), impulsado desde Social 21, La Tendencia, cuenta con actual estado parlamentario. El mismo garantiza el ejercicio directo de la actividad del transporte desde la hidrovía por parte del Estado, para dejar atrás las concesiones que ya demostraron ser falsas opciones en equilibrio con la naturaleza y totalmente indiferentes a la cuestión ambiental. Por lo tanto desde la Dirección Flota Fluvial, se podrá realizar la prestación del servicio del transporte marítimo nacional, de cargas y de pasajeros mediante barcazas autorizadas por ELMA XXI C.E. (Corporación del Estado) funcionando en la hidrovía Paraná Paraguay. Junto a la Dirección de Dragado y Balizamiento serán eslabones de la corporación estatal, integrando los cuatro modos de transporte marítimo, ferroviario, aeronáutico y carretero, permitiéndonos ser los verdaderos custodios de la Pachamama por agua, aire y tierra.
Es hora de que el sentimiento patriótico y liberador argentino resurja desde esos recuerdos que dejaron las políticas nacionales de mitad de siglo XX. Si dejamos que las multinacionales, junto con el apoyo de la oligarquía cipaya, sigan dominando nuestra política interna no dejaremos de ser parte de este juego de títeres internacional. Dañando no sólo a las y los argentinos y a toda la Patria Grande del Caribe y la América del Sur, sino también el equilibrio natural del ecosistema, nuestra gran madre Tierra, la Pachamama. Por un modelo de desarrollo sustentable que nos permita vivir bien y no mejor que otro, buscando el equilibrio necesario para resurgir las ideas de nuestros antiguos pueblos originarios. Dar un giro de mentalidad, donde alma, cuerpo y vida de todos los seres vivos que habitamos el planeta se conviertan en un solo latido.
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