Géneros

1 octubre, 2020

Guernica: una lectura feminista del censo

A raíz del censo llevado adelante por organismos estatales de Provincia de Buenos Aires, el Equipo de Investigación Política (EdIPo) presentó un informe en diálogo con la Asamblea Feminista, destacando el sesgo de género del instrumento, para visibilizar la situación de mujeres, lesbianas, travestis y trans en la toma de tierras de Guernica, Presidente Perón.

Stephanie Darling *

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El equipo propuso visibilizar la falta de capacidad del instrumento a la hora de registrar una respuesta al déficit habitacional que incluya a las personas LGBTTIQ+ en la participación de planificación de políticas públicas y decisión en espacios políticos.

La Asamblea Feminista por la recuperación de tierras se convirtió en un actor fundamental a la hora de pensar estrategias y alternativas para fortalecer la resistencia por el derecho a la vivienda. El espacio generó el encuentro para resolver conflictos, negociaciones con dirigentes y para fomentar el cuidado entre compañeres, habitando las trincheras y tejiendo redes comunitarias. En palabras del informe: “La articulación del movimiento de mujeres, travestis, trans y no binaries, transversaliza las lógicas de organizaciones sociales y partidos políticos para mostrar que otra herramienta de transformación es posible.”

Lo primero que destaca el documento es que el relevamiento, que tiene fin de brindar una respuesta efectiva a la problemática habitacional, no consigna género ni edad de las personas que fueron censadas, ante lo cual, se presenta en las identidades de género a partir de los nombres aportados por el censo.

El informe señala que de 2290 personas registradas 870 son mujeres, lesbianas, travestis o trans, el 81% (706) declaró tener niñes a cargo y el 3,3% (29) se encuentra cursando un embarazo. Si se suman les niñes que están a cargo de varones, el total de niños, niñas y adolescentes en la toma asciende a un total de 2750, de les cuales, se refiere que 21 de elles tienen  al menos una discapacidad. De las mujeres, lesbianas, travestis y trans censadas, 3 de ellas manifiestan, a su vez, tener algún tipo de discapacidad.

Se precisa que del total registrado en el lugar, 55 son las mujeres que refirieron estar en ese momento atravesando una situación de violencia de género. Entre ellas, 42 expresan encontrarse desocupadas; 3 de ellas tener más de une niñe con discapacidad a cargo, y 3 denuncian haberse encontrado en situación de calle, previo a estar viviendo en la toma. En relación a la situación ocupacional, el 76% (660) de las mujeres, lesbianas, travestis o trans censadas se encuentran desempleadas, sin mencionar las tareas de cuidado que tienen a cargo. El resto subsiste a base de trabajos informales, sin contar las 3 jubiladas y 4 pensionadas que se contabilizaron. Ante este panorama se contabiliza que el 51% (443) no podía pagar el alquiler y el 5% del total encontrarse en situación de calle.

Se evidencia a partir de esta lectura feminista del censo, las múltiples situaciones de vulnerabilidad y violencia que atraviesan las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries. Afirman desde EdIPo: “Se potencian los contextos adversos situados a partir del entrecruzamiento de opresiones históricamente constituidas: género, sexualidad, etnia, raza, clase, edad, maternidad, condición migrante y capacidad funcional, entre otras. Como señalan numerosos informes y estudios 1, estos elementos que figuran en el relevamiento realizado, se articulan para agravar la vulnerabilidad específica de las mujeres, lesbianas, travestis y trans presentes en la toma, limitando su autonomía o acceso a derechos a raíz de:

  • La precariedad de su situación socio-económica.
  • La maternidad.
  • La posesión de identidades no hétero-normadas
  • La condición migrante propia o de progenitores.
  • La informalidad o precariedad laboral.
  • El activismo o la referencia barrial.
  • La condición de discapacidad.

Todas estas condiciones que vuelven cuesta arriba el ejercicio de la autonomía y del derecho a una vida libre de violencias, tanto individuales como institucionales, fueron profundizadas por el contexto de pandemia, con su correlato en mayores niveles de precariedad producto del aumento de la tasa de desocupación, la disminución de la posibilidad de acceder a changas y trabajos informales, y la escalada de violencia por razones de género en el ámbito doméstico.” aclara el informe.

En consonancia con el primer informe, el equipo realza la la importancia de la autoorganización en plena urgencia, “que redefine los criterios de justicia en un contexto de exacerbación de la violencia patriarcal producto de la crisis.” y propone que “la solución al conflicto solo puede ser política, colectiva y feminista. El acceso a la vivienda digna es una deuda histórica de nuestra democracia. Escuchemos: los feminismos populares vienen ensayando algunas respuestas.”

*Lic. en Trabajo Social, maestranda en Género, Sociedad y Políticas Públicas

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