Nacionales

30 septiembre, 2020

Santilli aseguró que reactivarán la llegada de las pistolas Taser a CABA

Luego del asesinato de un policía en el barrio porteño de Palermo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires busca adquirir más armas para reprimir, a pesar de que distintos organismos internacionales hayan advertido tiempo atrás sobre las consecuenicas de su uso.

El caso de Juan Pablo Roldán, el policía fallecido en el barrio porteño de Palermo luego de que un transeúnte con facultades mentales alteradas lo hiera con un cuchillo, desempolvó una de las históricas codicias del macrismo: el uso de las pistolas Taser.

“Hay que dotar a la Policía de las herramientas necesarias para desempeñar su trabajo con armas de baja letalidad, como una tonfa, una pistola Taser: hay que ir equipándolos y ayer mismo se reinició el proceso de licitación de Taser, que había sido suspendido por el tema de la importación durante la pandemia», indicó el vicejefe de gobierno, Diego Santilli, en una conferencia de prensa durante el miércoles por la mañana.

Así el funcionario confirmó que se reactivó la licitación para que la Policía de Buenos Aires -que cuenta con el mayor presupuesto y el mayor despliegue de efectivos del país- adquiera 300 pistolas Taser, un arma llamada erróneamente “no letal”. Tal como lo describió Correpi, uno de los casos más recientes que pueden desmentir este nombramiento es el del abogado Javier Ordoñez, asesinado por la policía colombiana luego de recibir múltiples choques eléctricos con pistolas Taser.

Desde el año 2010 que el oficialismo porteño busca equipar a sus efectivos con estas armas. Sin embargo, esta decisión fue puesta sistemáticamente en jaque por los organismos de Derechos Humanos. En el año 2014 existió un fallo en el que prohibió su uso gracias a la presión de los organismos, pero fue revocado en 2015 por el Tribunal Superior de Justicia porteño. 

“No hay armas no letales y mucho menos si quien la empuña fue entrenado para ser un asesino. Tenemos un millón de ejemplos de supuestas armas no letales matando personas. A Carlos Fuentalba no le metieron un balazo, lo mató un cartucho de gas lacrimógeno. El 19 y 20 de diciembre de 2001 hubo muchos muertos y muertas con balas de goma. Otro ejemplo son los bastones de madera, Diego Gallardo fue apaleado con 42 fracturas en todo el cuerpo”, señaló Correpi en reiteradas oportunidades.

Aunque el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, aseguró que “no está puesto en estudio” el uso de las pistolas Taser por la Policía Federal, remarcó que tanto la Ciudad de Buenos Aires como las provincias tienen autonomía para decidir su implementación. La decisión del Gobierno porteño fue celebrada tanto por el arco político de Cambiemos, como por actores dentro del mismo Frente de Todos.

Sergio Berni, quien conduce el Ministerio de Seguridad en la Provincia de Buenos Aires, donde se producen la mayor cantidad de asesinatos en manos de las fuerzas de seguridad, se pronunció a favor del uso de las pistolas Taser. «Lo que ha ocurrido vale la revisión de todos aquellos que por cuestiones ideológicas no cuantifican lo que es la vida de un policía», destacó. 

Las fuerzas de seguridad fueron las responsables de al menos una muerte cada 40 horas durante el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) en nuestro país. En el marco de incumplimientos o supuestos incumplimientos del ASPO, o bien la sospecha de delitos contra la propiedad privada, llevaron a detenciones y represiones que terminaron en casos de torturas, muertes por gatillo fácil en la vía pública y muertes comisarías, e incluso desapariciones forzadas.

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