22 septiembre, 2020
La discriminación hacia las identidades sexuales diversas en el mundo del trabajo
Christian Sancho, un reconocido modelo y actor, fue desvinculado de su trabajo con la empresa de ropa interior Lody luego de declararse bisexual ante un medio de la farándula. Este caso puso en agenda una problemática histórica: la invisibilización de la bisexualidad y el lugar que ocupan las identidades no heteronormativas en el ámbito laboral.


Daniela Errecarte
En las vísperas del Día de la Visibilidad Bisexual, un caso mediático sacudió el avispero y resaltó las consecuencias de una serie de demandas históricas. Christian Sancho, un reconocido modelo y actor de la farándula, denunció haber sido desvinculado de su contrato con la marca interior Lody luego de haberse declarado abiertamente bisexual en una entrevista con la revista Caras.
“El amor no tiene género ni rótulos o carteles especiales. Se puede vivir con una mujer o con un hombre de la misma manera si hay sentimientos. El machismo es lo peor que nos pudo pasar en la vida. Creo que amar es ser honesto a sí mismo”, destacó el mediático. Días más tarde de que la nota fuera difundida, Lody publicó un comunicado en sus redes sociales donde informaba que el contrato de Sancho había terminado, y que estaba rotundamente prohibido utilizar su imagen vinculada a la marca.
Desde ese momento comenzó la batalla mediática entre el modelo y la empresa. Aunque Sancho asegura que se enteró de la desvinculación por las redes sociales, desde la marca declararon que la decisión fue tomada antes de que salga la nota en Caras. Mientras la discusión entre ambas partes continúa, detengámonos en un punto del que poco se habla en el ambiente.
La bisexualidad es una de las identidades más invisibilizadas. En ella recaen una serie de prejuicios (“es una etapa”) que continúan reproduciéndose en el tiempo. Además de esta particularidad, también atraviesa las mismas problemáticas que el resto de las identidades no heteronormativas, como la exclusión y la discriminación.
Pilar “Pichu” Escalante, quien está al frente de la Subsecretaría de Políticas de Igualdad del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, destacó en diálogo con Notas: “La invisibilización de la bisexualidad, sobre todo la bisexualidad masculina, hace que sea muy difícil tener estadísticas, datos, referencias concretas sobre situaciones de violencia o discriminación que enfrentan hoy las personas bisexuales”.
“Asimismo, específicamente sobre las situaciones de discriminación por identidad sexual y de género en ámbitos laborales, es en donde en la Argentina hay muchas faltas, no sólo de información, sino también de legislación, y en todo lo que tiene que ver específicamente con violencia de género y acoso en ámbitos laborales”, agregó la funcionaria, quien destacó el trabajo del Ministerio en el camino hacia la visibilización de las identidades no heteronormativas.
El ámbito laboral, en palabras de Pilar, “es en donde se dan toda una serie de desigualdades,de discriminaciones, de violencias, que generan un efecto de réplica multiplicador en otros ámbitos de la vida”. Esto lo define como uno de los espacios indispensables para construir miradas con perspectiva de género, que abonen a la reproducción de un mundo más justo con las mujeres y las identidades diversas.
En los últimos años se impulsaron leyes y convenios que aportan a esta construcción. Este es el caso de la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género en todo ámbito en el que se desarrollan sus relaciones interpersonales, aprobada en el año 2009. Otro ejemplo es el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que, en palabras de Laura Oringa, militante del gremio bancario y miembro de la colectiva feminista del Banco Ciudad Sororas del Ciudad, “plantea nuevas definiciones en materia de maltrato y acoso laboral, incorporando la perspectiva de género a este tipo de situaciones a la hora de su prevención, su tratamiento y su erradicación”. En la actualidad, la ratificación del convenio cuenta con media sanción de la Cámara de Senadores, y espera su sanción completa en Diputados.
“El marco regulatorio y legal lo que hace es dar herramientas para prevenir, tratar y erradicar las violencias por motivos de géneros. Que eso efectivamente se dé o no se dé, tiene que ver con la incorporación de las identidades sexuales diversas al mundo del trabajo. Que eso se vuelva una demanda y una conquista desde las organizaciones sindicales tiene que ver con hacer efectivas a esas colectivas en los distintos ámbitos laborales”, resaltó Laura.
Por su parte, Pilar Escalante también destacó que el derecho al trabajo y la efectiva oportunidad de desarrollarse en el ámbito laboral “muchas veces es condición de posibilidad de otros derechos”. Desde su rol en el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, declaró: “Para nosotras el mundo del trabajo es crucial. Eso lo estamos trabajando en conjunto con los sindicatos, con distintas empresas, con organismos estatales en pos de poder pensar planes de igualdad, políticas de acceso, permanencia y promoción del empleo en ámbitos igualitarios”.
“Cuando una travesti ingresa a la Universidad, le cambia la vida a la travesti. Cuando muchas travestis entran a la Universidad, le cambian la vida a la Universidad”, dijo, en su momento, la activista trans Lohana Berkins. En su frase resuena la importancia de la inclusión de las identidades diversas en todos los ámbitos transversales de la vida, entre ellos, el laboral. El caso de Christian Sancho tuvo su particular resonancia gracias a su personalidad mediática. Sin embargo, la polémica que desató es tan sólo un síntoma de un fenómeno que avanza: no hay lugar ni tolerancia para la violencia hacia las identidades no heteronormativas.
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