Batalla de Ideas

13 septiembre, 2020

La Solución Naval de la Patria

En el 2009, Argentina presenta la documentación ante la ONU y desde el año 2010, el límite marítimo se amplía de 200 a 350 millas. Contamos con 2 millones 800 mil km 2 en continente americano, 1 millón de km 2 en Antártida y 6 millones 500 mil km 2 en espacio marítimo. Más de la mitad del territorio está en el agua. El 63 % de la Argentina es espacio marítimo.

Ayelén Salvi*

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La llanura pampeana, queda minúscula en comparación con la grandeza del agua. El volumen de alimento obtenido en tierra es menor en relación al océano que tiene profundidad, biodiversidad y nutrientes en gran concentración, hasta aproximadamente 200 metros, mientras que la tierra, un alcance de unos 20 centímetros.

La oceanografía comienza a realizar grandes aportes, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el interés antisubmarino con el alcance del sonar y sus variables como temperatura o salinidad eran claves en sentido militar. Tras la guerra, el Océano tiene gran vigencia cuando los países competían hambrientos por alimentos, recursos y ventajas estratégicas. Hoy, similar condición, con una pandemia mundial en medio de la disputa entre países imperialistas, debemos poner el foco en nuestro Océano Atlántico.

En el comercio exterior disponemos de alrededor de 130 millones de toneladas, 30 millones en importación y 100 millones en exportación. Se dice que la balanza comercial está equilibrada porque impo-expo equivale al mismo monto en dólares. Sin embargo exportamos mayormente materia prima, generando escaso trabajo e importamos productos industriales y bienes de capital, con mucho valor agregado, con lo que estamos pagando afuera cerca de 8 millones de puestos de trabajo, mientras tenemos 4 millones de desocupados. En divisas pareciera ser justo, pero en puestos de trabajo se vislumbra la trampa económica. Resulta llamativo que no tenemos buques para el transporte de cargas ni para navegar nuestro espacio marítimo.

La Reserva de carga es el derecho internacional que tienen todos los países del mundo a transportar el 50 % de sus importaciones y exportaciones en buques de bandera nacional. Tras la dictadura militar, perdimos el uso del 50 % del transporte del volumen del flete (medido en US$), aún así en los ´80 teníamos el 36 %. En 1990 contábamos con más de 150 buques y transportábamos en bodega casi 3 millones de toneladas. En 1991 Menem emite el Decreto 1772 y desregula el mercado de fletes marítimo, dejando así todo en manos de las multinacionales. Hacia el 2.000 hacíamos uso de menos del 1 % de la reserva de carga y finalmente nos quedamos sin barcos.

Argentina paga en flete 7 mil millones de US$/año, si hiciéramos uso de nuestro derecho a la Reserva de Carga, transportaríamos y pagaríamos la mitad del monto, 3 mil 500 millones de US$, lo cual no ocurre.
Argentina es el país de los alimentos, producimos para más de 470 millones de personas y siendo apenas 44 millones de habitantes, tenemos nenes revolviendo la basura para poder comer o barrios armando humildes ollas populares, sin dar a basto. Como ya lo dijo Belgrano “Los recursos del Estado Productor están en manos del Estado Navegante”, es decir el Estado que produce, sin buques no puede apropiarse de su producción, pero sí lo harán aquellos estados que tengan barcos.

Exportamos el 92 % de nuestra producción de alimentos y sólo nos quedamos con el 8%. Nuestros recursos se van en buques de empresas multinacionales hacia otras bocas. Si nuestro país recuperara los buques en su poder y manejara la logística del comercio exterior, tendríamos la decisión como Estado de solucionar el hambre de los argentinos y quedarnos con un 2 % de la producción alimentaria. Sólo tendríamos que elevar ese 8 % a un 10 % de alimentos, pasando a exportar el 90 %.

Erradicar el hambre en el país de los alimentos no es utopía, es amor por la Patria y el Pueblo trabajador. La oscilación del 2 %, no maximiza ni minimiza la ganancia de quiénes exportan. El hambre, es un instrumento de dominación para que Argentina no se levante. La desocupación, otra herramienta de sometimiento junto con la inundación de importaciones, ataque directo al trabajo. Contar con una Marina Mercante del Estado, nos deja decidir a quiénes vender, a qué precio y la sustitución de importaciones para generar trabajo. Los buques son la llave de la Liberación. Lo que se va en buques son nuestros alimentos y lo que ingresa son importaciones que destruyen el empleo argentino. Hay un diseño ingenieril antipatria y no tenemos buques.

Existen áreas que podrían ser más sensibles en el equilibrio natural. Una de ellas es el espacio marítimo. Mares y océanos danzan en un movimiento de vida y transportan elementos de vital importancia a nivel planetario. La dinámica de los ambientes del mundo y de las especies, incluyéndonos, podrían verse gravemente afectados si no tenemos conciencia marítima ni cuidamos soberanamente nuestro delicado Océano Atlántico. La biodiversidad de especies en nuestro espacio marítimo y en el Océano Atlántico incluye merluza Hubbsi, austral, de cola y merluza negra; calamar Illex, abadejo, centollas, mejillones, almejas, camarones, gambas, langostas, cangrejos, caballa y algas, estas últimas son la base de la cadena alimentaria de los ecosistemas marinos y producen altos volúmenes de oxígeno, son las responsables del mismo en nuestra atmósfera. El pulmón del planeta son las algas. La tierra respira con el mar.

Argentina es el Caladero del Mundo y muchas especies animales altamente cotizadas en el mercado internacional son invisibles para el Pueblo que padece hambre o basa su alimentación en harinas, hidratos de carbono y grasas. Platos pobres que con suerte, tienen alitas de pollo cortadas con tijera para que alcance, sin proteínas que sirven en la respuesta inmune y sin ácidos grasos como omega 3 y 6, presentes en el pescado, así aparecen enfermedades cardíacas y de otros tipos. El pobrerío vive enfermo o muere temprano.

Frente a tanta injusticia, tenemos la obligación moral de vencer. Es necesaria la creación de un Ministerio de Asuntos Marítimos y Navales de la Nación junto con dos proyectos de ley impulsados desde Social 21, que componen el Plan Naval Argentino: Transporte por Aguas con Reserva de Cargas, expediente 2965 y FODINN (Fondo del Desarrollo de la Industria Naval Nacional) expediente 2966, ambos con actual estado parlamentario. El FODINN generaría un fondo de recaudación para fabricar buques en el Astillero Río Santiago, el más grande de América Latina, ubicado en Ensenada. Destinado a crear buques, sólo repara estructuras para un hipódromo, dirigido por Ariel Basteiro.

El fondo se obtendría a partir del impuesto al flete, un gravamen del 2 % a las multinacionales. Así obtenemos US$ 140 millones al año para volcarlos a la industria naval. El Estado brindaría un subsidio del 40 % para que la industria naval sea eficiente y el 60 % sería crédito, otorgado por los bancos. Los buques que se requieren son 118 graneleros, 39 petroleros, 2400 barcazas, 14 portacontenedores y 840 pesqueros. Entre la fabricación en astillero, proveedores y reflejo social se producirían más de 146 mil puestos de trabajo.

Logística y filosofía se unen para ganar. No se sale del materialismo con más materialismo. El Plan Naval está orientada por una brújula filosófica, el vivir bien, la ética de lo suficiente para toda la comunidad, como también el equilibrio con la Pachamama. Es nuestro deber patriótico pero también universal, proteger la belleza marítima natural de nuestro hogar del materialismo. Los buques, serán pequeñas islas argentinas soberanas navegando por el mundo, pedacitos de espíritu solidario flotando y velando para que conciencia marítima, pan y trabajo nunca falten.

*Integrante de Social 21, La Tendencia.

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