Géneros

13 septiembre, 2020

La agenda de las calles que llegó a las instituciones

Reflexionamos con Alba Rueda, subsecretaria de Políticas de Diversidad de la Nación, sobre el Cupo Laboral Trans, decretado el 4 de septiembre por el gobierno nacional. Qué derechos garantiza, cómo modifica a la población travesti-trans y cuáles serán las primeras medidas estatales a tomar.

Crédito: Luciana Leira

Agustina Lanzillotta y Malu Rodríguez Sordi*

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Hace 10 años que los derechos del Colectivo LGBT+ que se buscaron en la calle empezaron a llegar a las instituciones: la aprobación del Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad (MGyD) y ahora el Cupo Laboral trans. ¿Qué implica la llegada de una lucha de la calle a las instituciones que están destinadas a pensar la política pública? Tratándose de una población sistemáticamente vulnerada por el Estado, ¿cuáles van a ser, en este sentido, las principales tensiones?

Alba Rueda es salteña, llegó a Buenos Aires en los 90’ acompañada por su familia. Es presidenta de Mujeres Trans Argentina, investigadora del Departamento de Género y Comunicaciones del Centro de la Cooperación Floreal Gorini, integrante del equipo de trabajo del Observatorio de Género en la Justicia (Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires) y de Noti Trans, el primer magazine trans del país. Se sumó a la militancia trans en 2003, en el Hotel Gondolin (cooperativa y asociación civil de travestis y trans) y hoy asume la responsabilidad de estar en la Secretaría de Políticas de Diversidad del Ministerio de MGyD. Sus palabras nos acercan algunas reflexiones acerca de esta conquista tan reciente pero histórica, y nos dibujan el camino a seguir desde las instituciones y la sociedad toda para que el cupo se haga cada día más presente.

-¿Por qué el cupo laboral para la población trans?

-Tiene que ver, por un lado, con poner en valor esos saberes, esa perspectiva de género y diversidad en el Ministerio de las Mujeres. Es un paso importante para los avances de los planteos sociales y políticos pero también, del mismo modo, el desafío es que dentro de las políticas públicas se puedan abordar las cuestiones que hacen a nuestras realidades. Principalmente a aquellas que están atravesadas por situaciones de exclusión histórica: la población trans en todos los estudios sociales da cuenta de esa enorme exclusión. Creo que de ahí viene ver que la discriminación y la violencia vinculada a la identidad que tenemos -osea, como resultado no de nuestra identidad, sino del comportamiento social en torno a nuestras identidades- genera justamente una cadena de expulsión y exclusión en los ámbitos familiares, educativos, de salud.

En ese sentido estamos atravesadas y atravesades por una violencia que entendemos en términos estructurales. Tenemos las tasas de desempleo más altas en términos comparados a otras poblaciones: más del 80% de las personas trans no tienen empleo formal. Del mismo modo, la expulsión dentro de los ámbitos educativos, es una cuestión que hace a los cruces entre derechos y puntualmente a la falta de políticas públicas. Por eso el Cupo Trans viene a tocar y romper esa cadena, principalmente en lo que es la terminalidad educativa, la formación para el empleo, y así poder dar un paso más en torno al acceso al empleo, resguardando al menos el 1% del cupo travesti trans en los Ministerios.

Además del laboral, ¿qué otros derechos garantiza la sanción del Cupo?

-Principalmente la falta de empleo formal hace que la mayoría de las personas trans, en términos poblacionales, no cuente con aporte jubilatorio y con una obra social. Justamente el acceso en la administración pública equipara, restituye estas cuestiones vinculadas al empleo formal. En un sentido más amplio garantiza el derecho a la salud, y en sentido más estricto, aspectos previsionales: es decir, todo lo que tiene que ver con la seguridad social. Son derechos que no hemos accedido en la mayoría de nuestra vida, es un paso importante. Después, el decreto también prevé lo que es el acompañamiento en la terminalidad educativa y la formación laboral, además de garantizar el trato digno en los ámbitos de trabajo. 

¿Cuáles van a ser las primeras medidas estatales para poner en acción el decreto?

-El decreto tiene previsto la creación de un registro de aspirantes travestis y trans para la administración pública nacional. Así que la creación de ese registro, que reside en el Ministerio de MGyD, va a ser uno de los primeros pasos. Por otro lado, hay una unidad de coordinación entre los distintos Ministerios y áreas competentes para poder llegar a este plan: una secretaría de empleo público que depende del Ministerio de Planificación, la Jefatura de Gabinete, distintos Ministros, el Ministerio de Educación, nosotras y el INADI. En esa mesa vamos a conformar, sin duda, una planificación y acompañamiento, sobre todo para las áreas sustantivas en términos de formación para el empleo, la terminalidad educativa y garantizar la no discriminación.

¿A quién se le debe esta lucha y cuáles son las conquistas que siguen?

– Esta lucha es el resultado de una lucha histórica, social, abrazada por las militancias travestis y trans. En particular, hablar del Cupo nos lleva directamente a nuestra compañera Amancay Diana Sacayán, quien en 2015 junto con otres compañeres de organizaciones sociales, aprobaron la ley de Cupo Trans en la provincia de Buenos Aires, la primera en Argentina. A partir de ahí se estableció todo un movimiento social que también considera que el Cupo es fundamental y que realmente necesitamos avanzar en una serie de agendas de políticas públicas, pero basándonos en las agendas sociales. 

Entonces, las demandas, en ese sentido, tienen que ver con la exigencia de políticas públicas: con la respuesta del Estado para que se pueda imprimir el aporte al trabajo. En esta clave es una lucha histórica, porque es una lucha de los derechos de las personas travestis, transexuales, transgénero que tiene que ver con la identidad, con el empleo, pero también tiene que ver con toda una plataforma de derechos que estan situados en recorridos de vida, en la exclusión y en la expulsión.

Me parece que necesitamos una Ley de Cupo Trans en Argentina que proteja, sobre todo teniendo en cuenta las alternancias políticas en nuestras instituciones de los últimos años. Esto es un modo de protección frente a los modelos neoliberales que acechan la región. Necesitamos, por supuesto, en los pasos que siguen, abordar cuestiones vinculadas a niñez y adolescencias trans. Del mismo modo, trabajar mucho, muchísimo, en adultas y adultes trans. Creo que son principalmente los ejes que vamos a tener como agenda, pero sin descuidar que la Subsecretaría de Políticas de Diversidad tiene una agenda amplia vinculada a la promoción de derechos en términos de políticas sustantivas. Seguramente van a haber muchas muchas otras cuestiones más de agenda que en los próximos meses iremos anunciando. 

*Integrantes de BARDO – Colectivo Contracultural

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