8 septiembre, 2020
Violencia policial en Santiago del Estero: apretaron y amenazaron a los testigos del caso de Franco Isorni
La policía provincial detuvo a uno de los declarantes de la causa, que anteriormente había sido amenazado y golpeado por un grupo de oficiales. El joven detenido había denunciado que el último domingo balearon la puerta de su casa. Las pruebas incriminan cada vez más a la fuerza de seguridad.

Franco Isorni murió hace quince días en un presunto accidente de tránsito, aunque distintas pruebas demuestran lo contrario. Meses atrás, el joven de 24 años denunció haber recibido apremios ilegales por parte de las fuerzas policiales una vez que fue detenido. Luego de la muerte de Franco se encontraron distintas pruebas que implican a la policía de Santiago del Estero, pero la fiscalía continúa obstaculizando la investigación, además de que no pidió la autopsia del cuerpo. En el transcurso del pedido de justicia, los testigos denunciaron haber sido amenazados, apretados y golpeados por efectivos de la fuerza de seguridad.
El último viernes cuatro mil personas se movilizaron en Santiago del Estero para pedir el esclarecimiento del caso. Cuando culminó la marcha, un grupo de jóvenes sufrió golpes y amenazas, entre ellos uno de los testigos, que fue detenido el último lunes junto a su novia por una supuesta denuncia de amenaza que, según le dijeron, no tiene que ver con Franco. El mismo joven denunció que le balearon la puerta el domingo.
“Esto es una locura, no sé qué hacer. Están haciendo lo que quieren. Deberían proteger a los testigos”, declaró Patricia Isorni, mamá de Franco, en diálogo con ANRed. Ella misma también denunció ser perseguida por “una camioneta de investigaciones”.
La marcha del viernes
El pasado 4 de septiembre comenzó el hostigamiento por parte de la policía. Una vez concluida la masiva movilización desplegada por la capital santiagueña, camionetas de vialidad comenzaron a detener jóvenes bajo el pretexto de que debían ser identificados.
“Al terminar la marcha, los jóvenes se retiraron y vieron que en la intersección de Rivadavia y Jujuy la policía los estaba esperando, los empiezan a perseguir y detienen para identificarlos. Uno de ellos se escapa y lo atrapan a 10 cuadras, le cruzan la moto y le apuntan con la itaca”, relató Patricia a ANRed. Se trata del mismo joven que fue allanado y detenido el lunes.
“Estaba con su novia y ahí la amenazaron que si hablaba sobre la muerte de Franco lo iban a matar. En ese momento, la novia me llamó y me contó lo que estaba sucediendo. Los policías, al escuchar que estaban hablando, se fueron. Hay un policía de apellido Coria, identificado como uno de los agresores”, agregó.
Patricia comenzó a investigar por su cuenta, ya que la justicia no hacía nada al respecto. Contó que el primero de septiembre fue a buscar testigos oculares sobre lo que le había pasado a Franco, y que mientras tanto la seguía una camioneta. “La gente me dijo que no quería hablar porque tenía miedo. Los jóvenes dicen que son detenidos y amenazados por las camionetas de la policía. Tienen miedo de hablar. Hay una desprotección”, denunció.
Además, añadió: “Uno de los muchachos con el que me entrevisté tartamudeando me dijo que había sido detenido esa misma mañana por esa camioneta. Luego se llevaron al chico frente a nosotros”.
La causa
El 26 de agosto, dos policías aparecieron en la puerta de la casa de Patricia Isorni para informarle que su hijo Franco, de 23 años, falleció en un accidente de tránsito. El hecho había sucedido a las 0:15, pero la madre fue notificada a las 8:30 de la mañana. Le dijeron que para ese momento, el cuerpo ya se encontraba en la morgue.
Días más tarde, una amiga de Franco se comunicó con su madre para decirle que ella llegó a ver cómo un móvil policial lo seguía minutos antes de morir. En ese momento comenzó la investigación de Patricia, y también el hostigamiento y las amenazas.
Según lo comenta ANRed, las irregularidades comenzaron a salir a la luz. El cuerpo de Franco fue trasladado en una camioneta de la policía, y no en una ambulancia como lo determina el protocolo. “Comenzaron a decirnos que habían visto una persecución contra Franco y también nos han dicho que han visto cómo la policía traía la moto de otro lugar y vecinos que escucharon disparos”, relató Patricia.
En las cámaras de seguridad a las que accedió criminalística, faltan 50 minutos de filmación. En ese mismo rango horario se declaró la muerte de Franco Isorni. “Primero pensamos que eran 10 minutos y hace unos días la nueva fiscal nos confirmó que faltaban imágenes pero por 50 minutos”, explicó César Berrojo, abogado de la familia, a ANRed. Sin embargo, pudieron conseguir cámaras privadas donde se constata la presencia policial en el horario del hecho.
Por otro lado, los amigos de Franco fueron a retirar sus pertenencias de la comisaría 45 el 27 de agosto, y aseguraron que la moto estaba “entera”. Sin embargo, al día siguiente apareció con roturas, “como simulando haber tenido el accidente de tránsito que le quieren inventar”, dijo Patricia.
La defensa planteó una hipótesis contundente: a Franco lo asesinaron por venganza. Él había denunciado a la policía por “apremios ilegales” a finales de mayo de este año. Ese mismo día, Franco discutió con tres efectivos en la calle, que luego lo secuestraron y golpearon tanto en la calle como en la comisaría. Hay tres oficiales implicados en la causa, pero Franco sólo llegó a identificar a dos.
Luego de su muerte, el fiscal Martín Silva dio por cerrada la causa, aún con todas las irregularidades que se registraron, y sin siquiera pedir la autopsia del cuerpo. Silva fue recusado por la defensa de la familia de la víctima.
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