1 septiembre, 2020
Reflexiones acaloradas por la apertura de bares
El viernes que pasó se anunció la prórroga del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio con algunas novedades. La más relevante y que mayor discusión genera es la apertura de bares y restaurantes al aire libre. Creo que vale la pena enunciar algunas reflexiones acaloradas.
Sebastián Gatti*
Desde la Salud Colectiva no se comprende a la salud como un estado sino como un proceso, donde la salud no es simplemente la ausencia de enfermedad.
A su vez, no se evalúa sólo variables biomédicas sino también sociales entendiendo ambas como parte del mismo análisis. Es decir, no hay una subordinación de lo social a lo biomédico ni a la inversa.
Estos meses de ASPO no han sido gratuitos para nuestra salud. Somos seres sociales, nos vinculamos con nuestros pares y es eso lo que de alguna manera nos define. No sólo somos quiénes somos sino con quiénes. Haber estado aislados, separados de amigues, familia y compañeres de trabajo inevitablemente nos producen trastornos.
No sólo lo vincular pesa acá. Muchísimos argentines van a pasar a engrosar la cantidad de pobres en nuestro país producto del parate económico que veníamos arrastrando de 4 años de macrismo, empeorados por la crisis económica que generó la pandemia.
En el marco de un Sistema de Salud público desfinanciado y desarticulado, la decisión de una cuarentena precoz dio margen para que los casos no crecieran de manera exponencial y se pudiera preparar el sistema para recibir los casos, procesar su diagnóstico, internar a quienes lo necesitaran y conseguir camas de terapia intensiva para los casos severos. En este punto destacar la política llevada a cabo por la Provincia de Buenos Aires: duplicaron sus camas de internación, contrataron a les residentes que estaban terminando sus contratos, construyeron hospitales, intentaron unificar la información con el Sistema de Salud Privado. Pero además el cierre en marzo, permitió ganar tiempo a la espera de un tratamiento eficaz o una vacuna.
«Los medios hegemónicos junto con sectores de la derecha argentina vienen hace meses erosionando el consenso social inédito que tuvo la cuarentena. Por esta orientación, la medida se fue deshilachando y se ve en sectores un desborde absoluto siendo los barrios más acomodados de CABA uno de sus ejemplos»
Nadie se imaginaba un cierre total por tiempo indefinido ni que la cuarentena precoz iba a erradicar la enfermedad. Sí parece evidente que la apertura debía ser gradual, priorizando sectores imprescindibles. Haciendo equilibrio entre la economía, las angustias, el despliegue sanitario y muchos etcs. Es decir, estamos hablando de una decisión compleja con muchas aristas.
La derecha argentina decidió romper el consenso a favor de la cuarentena que marcó los primeros meses de ASPO. Como consecuencia, los medios hegemónicos junto con sectores de la derecha argentina vienen hace meses erosionando el consenso social inédito que tuvo la cuarentena. Por esta orientación, la medida se fue deshilachando y se ve en sectores un desborde absoluto siendo los barrios más acomodados de CABA uno de sus ejemplos. Las plazas están llenas, se promueven encuentros sociales, se habilitaron los bares para retirar pedidos en la puerta con el consecuente consumo de esos productos en la calle y en medio de encuentros sociales.
«No hay ningún dato objetivo que nos permita sostener que lo peor ya pasó y que estamos en un proceso de descenso y nueva normalidad»
Desde el punto de vista epidemiológico el GCBA habla de un amesetamiento de casos, pero podemos ver en los partes diarios que si tal amesetamiento existe es en un número muy elevado de casos, con una positividad de testeos de 40% y sin aumentar la capacidad de testear. Es decir, no hay ningún dato objetivo que nos permita sostener que lo peor ya pasó y que estamos en un proceso de descenso y nueva normalidad.
El sector de servicios en CABA representa el 70% del empleo. Según lo dicho por los funcionarios del gobierno, en el distrito hay 8000 negocios gastronómicos y en esta primera apertura se van a habilitar 2000. El rubro gastronómico es de los más golpeados (insistimos en que el “golpe” se inició en los 4 años anteriores. Según la UTGHRA en el 2019 cerraron 600 establecimientos gastronómicos y se perdieron 15.000 puestos de trabajo) y el trabajo con Take Away había implicado en el mejor de los casos una facturación cercana al 30% previo a la pandemia.
«Entre el miedo a la enfermedad y la crisis económica, es difícil imaginar un consumo masivo en mesas de restaurantes y bares, más allá de las imágenes que se ven en los medios de zonas puntuales de CABA dirigidos a la juventud de clase media acomodada»
Podemos hipotetizar que el consumo no va a crecer de manera tal de acercarse a la facturación previa a la crisis. Entre el miedo a la enfermedad y la crisis económica, es difícil imaginar un consumo masivo en mesas de restaurantes y bares, más allá de las imágenes que se ven en los medios de zonas puntuales de CABA dirigidos a la juventud de clase media acomodada. Las fotos de cervecerías explotadas y hasta cola en un Starbucks -que dicho sea de paso no merece ese nivel de atención en la ciudad de las cafeterías- son ejemplos de esto último.
El negocio gastronómico tiene entre un 30 y un 60% de sus empleados en situación de informalidad, con salarios magros que se ven levemente aumentados por las propinas. En el marco del ASPO muchos negocios cerraron, otros se desprendieron de sus trabajadores informales.
Conclusiones
1- La gastronomía emplea cerca de 150.000 laburantes en CABA. Es un sector tremendamente relevante que se encuentra en una profunda crisis empeorada por la pandemia. Desde que pudieron reabrir para delivery y take away, la facturación ronda el 30% y no creemos que las medidas anunciadas aumenten ese porcentaje de manera contundente.
2- Se va a exponer a población vulnerable a trabajar en condiciones donde el aislamiento social es complejo (¿alguien intentó comer con barbijo?). En un sector de altísima informalidad ¿es razonable pensar que los mismos empresarios gastronómicos que tienen en negro a sus laburantes respeten protocolos sanitarios?.
3- Merece una nota aparte el debate sobre les 5000 pibes que el Gobierno de la Ciudad pretende que retornen a las escuelas. ¿No se puede pensar una política que atienda caso por caso e intente dar respuestas sin exponer a alumnes y docentes?.
4- Se va a seguir aportando a la imagen de “normalidad” que intentan vender los medios y el gobierno de Horacio Rodriguez Larreta, que por supuesto va a redundar en menos cuidado y posiblemente en más contagios. Y estamos hablando del centro neurálgico del país, cuyas noticias se difunden en todo el territorio en el momento donde hay provincias con claros signos de saturación del sistema y donde ya se está eligiendo a quién atender y a quién no.
4- Creemos que la medida apunta fortalecer al núcleo de votantes del PRO en CABA a partir de garantizar mayores libertades individuales en detrimento del bien colectivo. Seguramente los negocios vean un repunte en su facturación pero que no justifica el riesgo.
5- Mientras al Gobierno Nacional implementó la IFE y los ATP, el Gobierno de la Ciudad no realizó un inversión equivalente en subsidios, lo cual se refleja en el aumento del desempleo en 3.3% en lo que va del año que a su vez afecta de manera diferencial a quienes menos tienen (esa cifra es del 20% en el sur de la Ciudad). Entre el rubro de servicios y comercio se garantiza el empleo a cerca del 90% quienes tienen trabajo. Recién desde el mes de septiembre los gastronómicos no pagarán ingresos brutos, lo cual a su vez implica un subsidio indirecto al empleador pero no así a los laburantes.
*Médico clínico, militante del Movimiento Nacional de Salud Irma Carrica
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