27 agosto, 2020
“¡No Future!”: las Ciencias Sociales también se pueden hacer Podcast
Un docente de escuela secundaria vio la ‘oportuncrisis’ de la pandemia y se lanzó a crear una herramienta pedagógica de divulgación científica. Originalmente pensada para sus estudiantes, su alcance va mucho más allá.


Santiago Mayor
Matías Rey es docente de Ciencias Sociales en escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires. Al igual que sus colegas, debió adaptarse a la situación que se impuso por la pandemia y, junto a sus estudiantes, tratar de llevar adelante el año lectivo bajo las condiciones del aislamiento social donde la educación se vio mediada por la virtualidad.
Fue este particular contexto el que lo llevó a crear ‘¡No Future!’, un podcast sobre Ciencias Sociales que se puede escuchar en Spotify o YouTube. Ya cuenta con ocho episodios y aborda temáticas de corte más teórico como “¿Que es una sociedad?” o “¿Qué son las clases sociales?”, mechadas con el abordaje de procesos históricos específicos como la Revolución Rusa o el ascenso del fascismo en la Italia de la década de 1920.
“Se asume que las cuestiones de ciencias sociales las podemos googlear y listo. Yo creo que no es así y que parte de la tarea pedagógica es divulgar y problematizar las grandes cuestiones de nuestra vida en sociedad”, afirma.
Si bien Matías creó este material para sus “querides alumnes”, reflexiona sobre la posibilidad de que quizás “es para gente más grande, o para un segmento muy particular de adolescentes. O quizás haya varios públicos». En cualquier caso, sostiene que la mejor manera de averiguarlo es seguir haciéndolo.
– ¿Cómo surgió la idea de crear ‘No Future’ y por qué ese nombre?
– El disparador inmediato es mi trabajo como docente, pero una razón más de fondo es mi interés por la divulgación científica. Por lo general, cuando se piensa en eso lo primero que pensamos son contenidos de las ciencias naturales. Se asume que las cuestiones de ciencias sociales las podemos googlear y listo. Yo creo que no es así y que parte de la tarea pedagógica es divulgar y problematizar las grandes cuestiones de nuestra vida en sociedad. Como ningún material es definitivo, creo que hay que estar creando y recreando permanentemente y de ahí salió este Podcast.
Lo del nombre es algo irónico. Quería ponerle algo que llamara la atención y me acordé de una vez que supe del caso de un curso al cual su docente les había gritado que no tenían futuro. Me pareció algo muy fuerte para decirle a un grupo de pibes, y de hecho me parece algo que habla peor de los adultos que de los jóvenes. Pero a la vez me parecía muy bueno tomar esa idea y reformularla.
«No future» es el estribillo de una canción que me encanta («God save the queen», de los Sex Pistols) pero además puede relacionarse con una frase de Terminator: «No fate», es decir, «no hay destino». El futuro no existe en singular sino que pueden ser muchas realidades distintas: depende de las luchas del presente. Y ahí se termina de cerrar el círculo punk con una frase de The Clash, que decían «el futuro no está escrito». Un poco de todo eso se trata, y en los episodios que se llaman «Paréntesis» mi idea es darle más vueltas a ese asunto.
– ¿Por qué elegiste el formato podcast y no otro? ¿Habías hecho algo similar antes?
– Tenía cierta experiencia ya que hice un programa de radio sobre temas sindicales durante un par de años y, cuando arrancó la pandemia, hice algunos videos que ahí están subidos a YouTube. Son bastante pobres en cuanto a calidad y en parte eso me llevó al Podcast: con igual falta de recursos, podés hacer algo que se acerca más a un material profesional ya que eliminás la mitad del asunto (la imagen).
Además, en mi vida personal disfruto mucho de hacer uso de otros Podcast como oyente. Creo que es un formato espectacular. Por un lado, no te obliga a estar concentrado con todo el cuerpo (siempre digo que podés escuchar un episodio de «¡No Future!» mientras lavás los platos). Por el otro, a diferencia de la radio tradicional, podés escucharlo cuando querés.
Esa posibilidad de autonomía es lo que más me interesa de la tecnología y creo que esa es una vara de medida útil en las frecuentes discusiones acerca del uso de lo digital: si sirve para fortalecer tu autonomía es bueno, si te genera dependencia y vicio es malo.
– En los episodios explicás temas que son complejos de una manera sintética y pedagógica ¿te lleva mucho tiempo? ¿cómo es el proceso de producción?
– El proceso empieza por lo más difícil de todo: escribir el guión. Eso es lo que más tiempo y energías me lleva, aunque a veces se compensa porque el tema del episodio es el tema de una clase mía y entonces me apoyo en ese trabajo previo. Trato siempre de meter humor, contenidos de la cultura masiva o popular, y cada vez que se pueda, ejemplos de la vida cotidiana.
Después viene la corrección del guión, ahí tengo la ayuda de Lucía Lacunza y Julio Sivila, que los revisan y hacen aportes. Una vez que eso está, viene la parte más fácil que es grabarlo. Y por último, editarlo. Para eso uso el Audacity, que es un programa que quiero nombrar porque es gratis y es software libre. Me parece que no es un dato menor, con tanto monopolio chorro dando vueltas por el mundo educativo.
– Si bien los primeros episodios abordaron cuestiones más “generales” de las Ciencias Sociales, en los últimos dos abordaste procesos históricos específicos ¿Cómo vas eligiendo la temática de cada episodio? ¿Hay una hoja de ruta planificada?
– Hay una hoja de ruta planificada para los próximos 20 episodios, más o menos. Veremos si todos ven la luz, esperemos que sí. La idea es mezclar episodios más teóricos (o «generales» como los llamás) de las ciencias sociales, con otros netamente históricos. Creo que lo que hay de fondo en eso es que me resulta imposible entender la teoría social por fuera de la Historia, y a la vez la Historia sin diálogo con herramientas teóricas me parece casi inútil, un simple registro.
Y cada tanto meter eso que te decía antes, los «Paréntesis», que son como reflexiones más flasheras y por fuera de los contenidos «formales» del Podcast, pero que comparten su espíritu.
– Aunque es un proyecto reciente ¿Tuviste la posibilidad de evaluar el impacto del proyecto? ¿Tus estudiantes lo escuchan?
– Por ahora las repercusiones fueron muy buenas, creo que es muy importante haber logrado que sean episodios muy breves, mucha gente me resalta eso. A mí me parece muy loco porque como oyente de podcasts prefiero materiales más largos, de media hora el episodio, por lo menos. Pero parece que la onda es otra, al menos con lo que hago yo.
A los estudiantes que consulté más puntualmente les gustó mucho y me dijeron que no cambie nada y siga así. Veremos si con el correr de los episodios no aparecen críticas que sirvan para ir mejorando. Por otra parte, no descarto que mis estudiantes no necesariamente sean el «público» para este material. Quizás es para gente más grande, o para un segmento muy particular de adolescentes. O quizás haya varios «públicos». Eso se irá viendo con el tiempo y los futuros episodios.
Como siempre les digo a mis estudiantes cuando dudan demasiado, «sólo existe una forma de averiguarlo: hacerlo».
– Más allá del contexto actual donde la virtualidad se impuso de manera obligatoria ¿creés que este tipo de herramientas se pueden seguir utilizando cuando se vuelva a la educación en las aulas?
– Yo creo que la gran ventaja de la virtualidad justamente está en la presencialidad: todo lo que vos vas construyendo como docente en el aula después lo podés complementar con herramientas digitales más autónomas y asincrónicas. Y viceversa: por ahí a partir de que un pibe escuchó o vió en su compu o celular algo que le interesó, lo podés profundizar en clase. Así que yo daría vuelta los términos de tu pregunta: la mayor utilidad para este tipo de herramientas se va a ver, justamente, cuando volvamos a la presencialidad. Esperemos que sea cuando corresponda y no antes de tiempo, como amagaron a hacer en estos días.
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