Derechos Humanos

26 agosto, 2020

Hallaron muerta a Cristina Vázquez, la mujer que estuvo presa once años siendo inocente

Fue condenada a cadena perpetua por un crimen que no cometió. La encontraron sin vida en el departamento donde vivió luego de ser liberada en diciembre.

Cristina Vázquez tenía 38 años. Su hermana María Alejandra se comunicó con la Policía de Misiones luego de que no le contestara los mensajes por varios días, ni le abriera la puerta cuando llamaba. Cuando los efectivos fueron al departamento de Cristina, ubicado en la ciudad de Posadas, la encontraron sin vida. En el lugar trabajó la Policía Científica junto con miembros del Gabinete Psicológico de la Policía de la Mujer. Presuntamente se trató de un suicidio.

Cristina cumplió una pena en la cárcel por un crimen que no cometió. Cumplió once años antes de ser absuelta. La Corte Suprema de Justicia decidió anular la condena a cadena perpetua a la que había sido sometida por presuntamente haber asesinado a Erselida Lelia Dávalos, una jubilada de 79 años. Cecilia Rojas fue condenada por el mismo delito, y cumplió 14 años de prisión siendo inocente. 

Las dos mujeres fueron detenidas por primera vez en el año 2002. Un año antes habían encontrado a Erselida asesinada a martillazos en la cabeza. Por el crimen también fue enjuiciado y condenado Ricardo Jara, pareja de Cecilia Rojas, investigado por vender algunas de las pertenencias de Dávalos después del homicidio.

Tiempo después ambas fueron liberadas, pero en 2008 la volvieron a encarcelar. En el año 2010 recibieron la pena a cadena perpetua por “homicidio calificado criminis causa”. Sin embargo, no existían pruebas ni testigos que certifiquen que participaron del asesinato.

Cristina era una mujer migrante, residía en la Capital Federal, y trabajaba como camarera en un bar local. Fue señalada como sospechosa simplemente por ser vecina de Ricardo Jara y su difunta pareja. Se encontraba a ocho kilómetros del lugar en el momento del asesinato, pero esto no fue tomado en cuenta por la querella.

Los medios la catalogaron bajo el sobrenombre de “la mujer del martillo”. Para visibilizar la injustica del fallo en su contra, se elaboró un documental que contaba la verdadera historia.

“Me generó mucha impotencia y rencor estar encerrada por algo que no cometí y no podía hacer nada porque los jueces, los fiscales y todo el sistema judicial se puso en mi contra”, destacó Cristina meses atrás en diálogo con Primera Edición. 

“Tenían que buscar un responsable, y yo era vista en el barrio como la que fumaba porro. Me estigmatizaron, se fundaron en prejuicios y juzgaron mi vida, no juzgaron el hecho, la muerte de esa señora”, agregó.

“Me condenaron por ser mujer y pobre, por prejuicios porque fumaba marihuana y tenía materias previas”, sostuvo Cristina en 2017, durante una entrevista a Página 12, cuando aún permanecía detenida en el penal de Ezeiza.

“Yo quiero que esta causa, que estos 11 años que estuve presa siendo inocente sirvan para que los jueces, la Justicia misionera y la del país cambien, que simplemente hagan lo que tienen que hacer, que cumplan con la ley, con la Constitución y los códigos”, exigió la condenada, que desde su liberación no recibió ningún tipo de apoyo o sostén por parte del Estado. 

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