Educación y Ciencia

19 agosto, 2020

La renuncia de Puiggrós y la vuelta a clase porteña

Dos noticias conmovieron este miércoles el ámbito educativo. Por un lado la renuncia de la viceministra de Educación nacional, Adriana Puiggrós. Y por otro el anuncio de la titular de de la cartera porteña, Soledad Acuña, ampliando la cantidad de chicos sin conectividad para la vuelta a clase en un contexto de mil contagios de Covid-19 por día en el distrito.

Alicia García Tuñón

@AliGarciaTunon

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En primer lugar, y después que Nacho Levy -referente de La Garganta Poderosa- en medio de una fuerte crítica a la gestión del Ministerio de Educación nacional, expusiera la interna entre Nicolás Trotta y Adriana Puiggrós, su viceministra,  se conoció la renuncia que esta última ya había presentado el viernes pasado.

Puigross es una reconocida pedagoga y política. Fue diputada nacional entre 1997 y 2001 y entre 2007 y 2015. Nombrada por Felipe Solá como responsable de la cartera educativa de la Provincia de Buenos Aires entre 2005 y 2007 promovió la reforma de la escuela secundaria para hacerla obligatoria y de 6 años. Dejando atrás de esa forma el polimodal de 3 años de la Ley Federal, así como la paritaria docente provincial.

No es la primera baja en la cartera de educación. Pero hasta ahora no hubo renuncia de esta magnitud. Hace un tiempo presentó la suya Andrea Conde quien iba a estar a cargo de una dirección nacional de la ESI que nunca se llegó a armar, lo que motivó su alejamiento.

En dos oportunidades, las declaraciones públicas de Puiggrós fueron confrontadas por Trotta. Primero cuando criticó las pruebas estandarizadas al considerarlas un instrumento de control y de selección pensadas con lógica empresarial para reducir el número de alumnos, docentes y escuelas. El ministro salió a aclarar que se “va a seguir participando en las pruebas de la OCDE (PISA) como en las de la Unesco (TERCE y SERCE)” ya que es importante evaluar el sistema educativo.

En el mes de marzo, la ex viceministra posteó un tweet en el que expresó: “El coronavirus infectó sociedades humanas enfermas de neoliberalismo. La destrucción ambiental llevada a cabo por el capitalismo financiero liberó el virus”. Trotta volvió a bajar el tono de esas declaraciones.

En medio de la polémica en varias jurisdicciones por la vuelta a clases -sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires- aún no ha trascendido el nombre de quien reemplazará a la funcionaria saliente.

¿Escuelas o espacios digitales?

A su vez, durante la misma jornada la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, hizo declaraciones en distintos medios en las que mostró un giro a la propuesta inicial de abrir las escuelas para 5100 estudiantes sin conectividad. 

En ese sentido, anunció la apertura de 634 escuelas para que les estudiantes usen sus instalaciones como espacios digitales. La idea es ir a buscar cerca de 6500 niñes y jóvenes que según el Ministerio de Educación concurrirán a partir del 31 de agosto. Con turnos de 2 horas y con personal del propio ministerio que se encargaría de recibirlos para que usen las computadoras de la escuela. 

No aclara si serán docentes los que se harán cargo de la tarea ni con qué condiciones laborales. También da por sentado que les pibes, de manera autónoma y sin la guía de ningún docente del curso o grado, van a poder usar las plataformas y las herramientas tecnológicas.

Es necesario aclarar que la tarea que realizan les facilitadores tecnológicos en las escuelas siempre se realiza en pareja pedagógica con algún docente. No sólo en el uso de la computadora sino sobre todo en los contenidos y actividades que realizan.

Se supone que estos espacios estarán destinados a “aquellos alumnos que tienen poca conectividad en sus casas, carecen de dispositivos o para todo aquel que encuentre en la escuela un ámbito más apropiado para el estudio que su hogar”. Cada vez amplían más los destinatarios para la vuelta a las escuelas en medio de más de 1000 casos diarios de contagios. Se calcula que se movilizará cerca de 9500 estudiantes que se encuentran en estas condiciones.

Asimismo, resulta polémica la estigmatización y culpabilización que hizo Acuña de estos alumnos. En el programa de Jorge Lanata por Radio Mitre declaró: » Los chicos rompieron el vínculo con la escuela” como si fuera pura responsabilidad de ellos.

También agregó: “Vamos a buscarlos ya que si no hay una familia continente, si no hay un espacio adecuado o no hay un valor hacia la educación en casa los chicos no van a salir escolarizados”. 

Nuevamente la culpa es de los chicos o de sus familias. Como si un gobierno que bajó 10 puntos el presupuesto educativo desde 2011 no fuera responsable de la emergencia educativa y de la brecha digital y social en la que se encuentran miles de pibes de los barrios más vulnerados.

“Una cosa es la escuela y otra los edificios”, le contestó el secretario adjunto de UTE, Eduardo López. Y destacó: “La escuela no va a funcionar si hay peligro para los alumnos. La escuela somos los chicos, los docentes, las familias. A lo sumo Larreta se quedará con el edificio”.

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