Educación y Ciencia

14 agosto, 2020

Cuando el compromiso con las infancias es la regla

El domingo se festeja el día de las infancias, un festejo diferente como todo en este 2020. Pero a quién le importa realmente lo que viven estas infancias en cuarentena. Sin dudas, las escuelas, sus comunidades, tienen un rol privilegiado en la defensa de sus derechos y la alimentación es uno de ellos. Con hambre no se puede estudiar.

Alicia García Tuñon

@AliGarciaTunon

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Desde que empezó el aislamiento social y la suspensión de las clases presenciales, les docentes le pusieron el cuerpo para sostener un vínculo no sólo pedagógico con les estudiantes y sus familias.

Más allá de que en algún momento habrá que analizar cómo está impactando sobre los cuerpos de les docentes el trabajo a distancia, desde la primera entrega de unos sándwiches de queso y dudoso fiambre, las escuelas, sus docentes y las familias comenzaron a organizarse para no dejar a ningún pibe sin alimentos.

Las comunidades educativas, las cooperadoras y les docentes siempre estuvieron atentes a las necesidades de les pibes y sus familias. Juntar zapatillas para les que no tienen, que la cooperadora les pague la comida en el kiosco o cantina en las escuelas medias, conseguir artículos de librería, delantales, etc. También juntar ropa, colchones, camas como cuando se incendió la casa de algune de elles o para el velorio en más de una ocasión.

Durante 2018 y 2019, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) hizo varias campañas con la consigna “Con hambre no se puede estudiar”. Junto a los centros de estudiantes y “Familias por la escuela pública” se movilizaron por las becas alimentarias y por la difícil situación de cientos de estudiantes del nivel medio que no tenían acceso a becas para poder estudiar y recibían viandas miserables.

Les docentes, las cooperadoras hacen siempre un trabajo maravilloso para que no se sigan vulnerando a niñes y adolescentes y para garantizar la educación como un derecho.

En varias notas dimos cuenta de que el Gobierno de la Ciudad entregaba cada 15 días canastas alimentarias con escaso valor nutricional y muchas veces con verduras podridas y productos vencidos para pocos estudiantes. Estos bolsones, para muches son 10 saquitos sueltos de té o mate cocido con 5 frutas, algunas galletitas o barritas de cereal y leche.

En la Ciudad, el desempleo llega al 14,7%. Y en la zona sur al 21%. Por lo que cada día de entrega se acercan más y más familias en busca de alimentos. La crisis se agudiza mientras Rodríguez Larreta no implementa ni la IFE, ni subsidios para los comerciantes o las PYMES, y tampoco tarjetas alimentarias para evitar más contagios. Para peor, anunció que le iba a cancelar en agosto la entrega a las familias que no terminaron con los trámites para las becas alimentarias.

Volviendo a nuestras infancias, desde el primer momento las comunidades comenzaron a movilizarse no sólo para que a ningún pibe le falte la canasta de alimentos pero sobre todo para complementar con más productos ya que los que reparte el gobierno no alcanza para una alimentación suficiente y saludable.

Les docentes siempre nos acostumbramos a suplir aquellas cosas que el Ministerio no cumple o no garantiza en las escuelas. Y así las comunidades se organizaron, pero sin dejar de denunciar que la educación es un deber indelegable del estado.

Algunas escuelas como la Padre Mugica de la ex villa 31, primero comenzaron una campaña para juntar celulares,  para que les estudiante pudieran sostener la escolaridad: La campaña aún continúa porque el Ministerio sigue sin cumplir con el fallo del juez Gallardo de proveer de computadoras y conectividad a los barrios más vulnerados.Ya repartieron cerca de 100 celulares También vieron que a las familias les faltaban elementos de limpieza, entonces compraron lavandina y la fraccionan en botellas. Reciben donaciones para poder tener pañales para las alumnas-madre y alimentos para 4 ó 5 familias por curso con mayores necesidades.  

Los dispositivos para recolectar dinero, para comprar alimentos y lavandina al menor costo posible, para separar y embolsar la mercadería no es exclusiva de los barrios como la villa de Retiro o de la Escuela Media 6 de Barracas, en donde juntan dinero para comprar pañales para les hijes de las alumnas madres. En la cooperadora del Liceo 9 de Belgrano R vieron que había varias familias que no la estaban pasando bien. Armaron “Liceo solidario” entre docentes, familias y el centro de estudiantes. Comenzaron reclamando al Ministerio para que incorporara más alimentos pero sin éxito. Diseñaron un formulario para que las familias que lo necesitaran se fueran  anotando. Recogieron fondos de ex alumnes, vecines y docentes; armaron una gran logística para llegar a complementar lo que entregaba como desayuno o merienda el Ministerio a aproximadamente 50 familias, Cada 15 días agregan con frutas, verduras y alimentos no perecederos.

Por sólo nombrar algunas escuelas de distintos barrios de la ciudad, en la Escuela de música “ Esnaola” de Saavedra, en la Media 2 de Soldati, en el Colegio 6 de Barrio Norte o en el Colegio 10 de Almagro y en la escuela de Bellas Artes “Rogelio Yrurtia” de Floresta también hay campañas solidarias.

En el Colegio 10, hicieron un flyer público para juntar dinero para completar las viandas a 170 alumnes con alimentos. En cada entrega, se acercan alumnes que no están anotades pero todes se llevan las bolsas armadas por les docentes.

En el Colegio 6, en los meses de junio y julio, juntaron dinero entre docentes y particulares, amigos, para llegar con alimentos básicos a 240 estudiantes. Se dividieron en grupos para hacer las compras, separar la mercadería, entregarla.  

En la Media 2 de Soldati, amplían  los bolsones que reciben les alumnes de los tres turnos. Soldati es un barrio sumamente  vulnerable, en donde la desocupación es muy alta. Las donaciones alcanzan para 2 productos a los casi 600 estudiantes de la escuela.

En los bachilleratos populares jamás recibieron ningún tipo de ayuda alimentaria. Recolectaron algunas donaciones por contactos con el exterior, abrieron una caja de ahorro y entregaron 10 productos con limpieza y almacén e incluyeron toallitas femeninas. También, al igual que otras escuelas, abrieron un ropero para distribuir ropa y abrigo, En el IMPA llegan a 100 familias cada 15 días.

El gobierno de Rodríguez Larreta privilegia las macetas y veredas,  los festejos sin distanciamiento en el Ministerio de Educación o los sobreprecios en los barbijos en lugar de garantizar los alimentos y computadoras a nuestros pibes. Naturaliza e invisibiliza todo el esfuerzo que están haciendo les docentes para sostener el vínculo pedagógico y lo más básico, los alimentos para que les pibes puedan estudiar sin hambre.

Les trabajadores de la educación estamos orgullosos de todo lo que hacemos pero eso no nos impide reclamar y luchar por un Estado que no gobierne sólo para los ricos sino que ponga su mirada en los sectores populares, en las mujeres de los barrios que aguantan las ollas, en les niñes y adolescentes de las escuelas.

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