Derechos Humanos

12 agosto, 2020

Mujeres indígenas de Salta denuncian sufrir violencia policial y amenazas de abusos

Vecines de la ciudad de Tartagal aseguraron a la Agencia Presentes que efectivos de la policía provincial ingresan a sus casas en estado de ebriedad y cometen distintos tipos de abusos sistemáticamente.

La crisis sanitaria por el coronavirus dejó en mayor evidencia cuáles son los sectores más postergados y vulnerados de nuestro país. Desde el inicio de la cuarentena obligatoria, se conocieron múltiples casos de comunidades indígenas siendo violentadas por parte de los cuerpos policiales de cada territorio. 

Este es el caso de la comunidad Misión Tapiete, ubicada ciudad de Tartagal, provincia de Salta. Mediante una corresponsal, la Agencia Presentes denunció y visibilizó los múltiples abusos que sufren los miembros de la comunidad. Comuneros afirmaron que los efectivos policiales ingresan a sus casas en estado de ebriedad, y amenazan con violar a sus familias, además de que reiteradamente cometen actos de violencia física.

“El 30 de junio, entre las 22 y 23, un grupo de policías empezaron a hacer tiros contra la casa de mi padre y mi madre, dos personas de avanzada edad y con problemas de salud”, comentó una de las víctimas a Presentes. La Policía venían siguiendo a un chico de su comunidad que se metió a la casa de su madre. “Querían entrar a la casa de mi mamá. Mi hermano no los dejaba entrar”. Su hermano y su sobrino fueron atacados por balas de goma. La Comisaría local no quiso tomarle la denuncia:  “Me han dicho que ese es el trabajo de ellos y que estamos en cuarentena”.

“A mi hermano le tiraron un hondazo en el pie que se le hizo un hematoma, y a varios chicos les han herido con balas de goma. Y después entraron en dos familias donde les querían llevar a dos menores que estaban durmiendo. Los padres pelearon ahí con los policías para que no los lleven”, detalló la denunciante.

“Le dijeron a mi hermano que me iban a agarrar a mí y me iban a hacer un montón de cosas, que yo soy la que ando quejándome. Y les decían que ni yo le iba a salvar de la cagada que le iban a dar los policías a mi hermano. Decían ‘a tu hermana la vamos a cagar violando’. Lo provocaban para que mi hermano salga”, agregó.

Si bien se inició un expediente con la Fiscalía de Derechos Humanos gracias a la intervención del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, aún no han podido erradicar una denuncia penal.

La misma denunciante relató que una vez un joven armado pasó por el frente de su casa a los tiros. Cuando llegó la policía, ya se había ido. Sin embargo, los efectivos increparon a la familia que hizo la denuncia. “Ahí nomás el otro empezó a hacer tiros. Mis dos hermanos se quedaron casi una semana en terapia, uno con una herida abierta en el estómago, por disparos de bala de goma de muy corta distancia. Mi marido perdió un dedo, arrancado por una bala de goma al tratar de protegerla de los disparos de la Policía. Yo también recibí balas de goma”, relató en diálogo con Presentes. Su hermano y su marido tienen prisión domiciliaria por este hecho.

La denunciante aseguró tener miedo. “Hay veces ellos amenazan a los chicos que los van a violar”. Contó que antes de la cuarentena su sobrino volvía a la casa a la medianoche con amigues “y los patrulleros los pillaron les dijeron qué hacían acá, les preguntaron de dónde eran, ellos dijeron somos de Tapiete y les dicen ‘más vale que se vayan a sus casas, si no los vamos a cagar violando”.

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