6 agosto, 2020
Macron, neocolonialista en Líbano: exigió “reformas indispensables”
Un día después de la trágica explosión de un depósito en el puerto de Beirut, el presidente francés viajó al país de Medio Oriente, antigua colonia y miembro de la Francofonía, y dijo que va a proponer “un nuevo pacto político”.

Apenas 24 horas después de la trágica explosión en un depósito del puerto de Beirut, que causó la muerte de al menos 137 personas y devastó una importante porción de la capital libanesa, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, viajó hacia Medio Oriente para ofrecer ayuda para la reconstrucción de la ciudad.
En declaraciones a la prensa luego de arriba al país, Macron exigió “reformas indispensables” y “un nuevo pacto político”. “Si estas reformas no se hacen, Líbano continuará hundiéndose”, afirmó.
Francia ejerció un dominio colonial en el Líbano desde el final de la Primera Guerra Mundial y la consecuente caída del Imperio Otomano hasta 1945, al final de la Segunda. Ya sin control legal sobre el territorio, la potencia europea jugó un rol trascendental en la devastadora guerra civil que destruyó al país de Medio Oriente entre 1975 y 1990.
Durante un recorrido por el barrio de Gemmayze, uno de los más afectados por la explosión, Macron se dirigió a los vecinos de la zona y aseguró: “Les voy a proponer un nuevo pacto político [a los dirigentes políticos locales] y volveré el 1 de septiembre. Si no saben cumplir, asumiré mis responsabilidades».
Luego, el jefe de Estado francés se reunió en el palacio presidencial de Baabda con los tres principales referentes políticos del país, uno perteneciente a cada confesión religiosa mayoritaria (musulmanes sunnitas, chiitas y cristianos maronitas): el presidente Michel Aoun, el primer ministro Hassan Diab y el jefe del Parlamento Nabih Berri.
La explosión sumó un motivo de furia más para la población libanesa, que ya mostraba nivel altos de descontento. Desde octubre de 2019, las protestas en Beirut y otras ciudades del país se repiten como consecuencia de la grave crisis económica, que llevó a una hiperinflación, y al descrédito de la dirigencia política heredera de los acuerdos que pusieron fin a la guerra civil.
Varios países ya han enviado socorristas y material para hacer frente a la emergencia después de la doble explosión. La Unión Europea anunció una ayuda de emergencia por 33 millones de euros (unos 40 millones de dólares). El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, aprovechó la situación para empujar su agenda de siempre: pidió a Líbano «salir del estancamiento» sobre las reformas que reclama.
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