El Mundo

28 junio, 2020

Brasil: de la amenaza de auto golpe a la armonía entre los poderes

Acorralado por investigaciones que demuestran su participación en esquemas ilícitos, el presidente brasileño busca bajarle el tono a la afronta con los otros poderes y se aleja de quienes defienden en su nombre el enfrentamiento con la Justicia y el Congreso.

Ana Laura Dagorret*

@anadagorret

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Fueron días más calmos en la política brasilera. La prisión de Fabricio Queiroz, amigo personal del presidente y ex asesor de Flavio, el mayor de los herederos, sumado a la preocupación por otras investigaciones en proceso en la Corte Suprema y Ministerio Público, parecen haber surtido un efecto cautela en la cúpula del gobierno.

Lejos de su postura habitual, Bolsonaro ya no se muestra ante su militancia con amenazas a las instituciones por una posible intervención militar. Ya no va al encuentro de quienes se pasan el día a la espera de alguna declaración encendida, con banderas y camisetas de la selección brasileña, en la puerta de la residencia oficial y de la casa de gobierno. Tampoco participa de los actos antidemocráticos a los que concurría religiosamente cada domingo y desde donde decía haber llegado al límite. En la transmisión en vivo del último jueves 18, día de la prisión de su amigo Queiroz, se lo vio desconcertado, preocupado y hasta con miedo de decir lo que antes repetía hasta el cansancio. Días después, en un evento con el presidente de la Corte Suprema, habló de la necesidad de preservar la armonía entre los poderes e inclusive hasta improvisó un homenaje a las víctimas del coronavirus durante su última transmisión en redes sociales, algo insólito para quien hasta ahora hablaba de la pandemia apenas como una gripezinha.

La prisión de Fabricio Queiroz en el domicilio del abogado del hijo 01, como el presidente denomina al senador Flavio Bolsonaro, le puso un freno a la escalada golpista de la familia. Con fuertes indicios de participación en un esquema de lavado de dinero que tenía a Queiroz como uno de sus operadores, la preocupación llevó a moderar el discurso de constante enfrentamiento de la familia y militares de su base, que hasta hace pocos días hablaban de un golpe como algo inevitable. Ahora los hijos del presidente hablan de ruptura institucional pero como algo de lo cual ellos son víctimas y reclaman de la “espectacularización” de dicha prisión, contradiciendo la postura adoptada ante otras prisiones televisadas.

En el sector del Ejército que acompaña al presidente también hay incertidumbre. Tan solo algunos días atrás se insistía en que los demás poderes “no debían tirar de la cuerda” para no comprometer la estabilidad democrática. Tras la prisión del ex asesor, el silencio de figuras como el vicepresidente Hamilton Mourão, el Ministro de Seguridad Institucional Augusto Heleno y el Jefe de Gabinete Walter Braga Netto, cuyas intervenciones en defensa del presidente y contra los demás poderes eran regulares, muestra cautela y preocupación.

Por otro lado, el avance de investigaciones iniciadas por la Corte Suprema y el Ministerio Público Federal por financiar esquemas de fake news y movilizaciones antidemocráticas ya determinó varias prisiones preventivas, operaciones policiales en domicilios y acceso a cuentas bancarias de legisladores de la base del gobierno. La estrategia del presidente parece ser despegarse del ala más ideológica y de aquellas demostraciones autoritarias que ayudó a fogonear. Personalidades que ganaron destaque con pedidos de intervención militar con Bolsonaro en el poder, como la extremista Sara Giromini, el bloguero Allan Dos Santos, la diputada Carla Zambelli e incluso el ex Ministro de Educación Abraham Weintraub, fueron ignorados y librados a su suerte.

La situación económica tampoco favorece. El auxilio de 600 reales que el Estado anunció para trabajadores informales por tres meses ante las consecuencias de la pandemia, generó más dolores de cabeza que alivios para los más de 50 millones de inscriptos, por las trabas burocráticas y las aglomeraciones y filas interminables en muchas sedes bancarias. Así y todo, se extenderá por otros tres meses con valores inferiores de 500, 400 y 300 reales. El acceso a créditos para pequeñas y medianas empresas no representó una facilidad por las trabas burocráticas y por las altas tasas de interés, incompatibles con los más de 1,3 trillones de reales otorgados por el estado a los bancos al inicio de la pandemia.

La prisión de Queiroz también le sube el precio a la reciente negociación del Ejecutivo con el grupo de diputados que cambian presupuesto por apoyo en el Congreso, denominado Centrão, ya muy cuestionado por la militancia por ser una estrategia contraria al propio discurso del presidente. De aumentar el rechazo popular a la gestión, que hasta el momento se mantiene estable en un 46 por ciento, y aumentar la adhesión en las manifestaciones contra el gobierno que se convocan cada fin de semana, la situación de creciente inestabilidad social puede aportar el componente para que se avance en una eventual destitución. Aún con varias investigaciones en proceso, casi 60 mil muertos producto de la falta de gestión de la crisis de coronavirus y algunos crímenes ya cometidos, el apoyo de la elite y la centro derecha a la política económica le dan a Bolsonaro la tranquilidad de que nada alterará el orden institucional a menos que él lo provoque.

Obligado por las investigaciones que lo acorralan, Bolsonaro modera el discurso y entra en una tregua para buscar así la estabilidad que amenaza desde que asumió y de la cual se alimenta su base más reaccionaria. En esa nueva estrategia, el presidente le suelta la mano a quienes acompañaron su escalada autoritaria y deja en claro que cualquier cosa vale si es para proteger a su familia.

*Desde Rio de Janeiro

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