25 junio, 2020
Bolsonaro despide a su décimo ministro en lo que va de gobierno
Abraham Weintraub, ahora ex ministro de Educación, ganó espacio dentro del gobierno por ser uno de los más radicales. Sin embargo sólo se destacó por escribir con faltas de ortografía, por dificultar programas de exámenes de ingreso a universidades y por generar enfrentamientos con otros países.


Ana Laura Dagorret*
El ex ministro de Educación Abraham Weintraub viajó a Estados Unidos tras anunciar su salida el 18 de junio. En un video que grabó junto al presidente Jair Bolsonaro, explicó que dejaba el Ministerio de Educación por una oferta recibida para trabajar en el Banco Mundial. Según se supo luego del anuncio, el gobierno brasileño propuso el nombre de Waintraub para que ocupe el cargo de Director Ejecutivo del EDS15, grupo que integran Brasil, Colombia, Ecuador, Filipinas, República Dominicana, Surinam y Trinidad y Tobago. Si bien la nominación aún no fue confirmada, el repudio de parte de diferentes personalidades y organismos, entre ellos la Asociación de Funcionarios del Banco Mundial, pueden dificultar el ya anunciado nombramiento.
La última de las acciones como ministro, que puede costarle caro tanto a Weintraub como al presidente, fue la entrada a territorio de EE.UU. Ante la paranoia que le generó la posibilidad de ser preso por las investigaciones a las que responde, el Ejecutivo mantuvo a Weintraub como ministro hasta que pisó suelo norteamericano, lo cual le permitió entrar con pasaporte diplomático y mantener la inmunidad que le otorgaban los fueros hasta último momento. Cuestionado acerca de los motivos, el ejecutivo modificó la fecha de exoneración de Weintraub y complicó su situación, que podría ser acusado de ingresar con documentos falsos y, por lo tanto, deportado.
Las investigaciones que conduce el Supremo Tribunal Federal por diseminación de fake news lo tienen como uno de los involucrados, motivo por el cual decidió salir del país. Después que varios militantes, blogueros y legisladores aliados al gobierno debieran prestar esclarecimiento a la justicia por organizar, divulgar y financiar actos antidemocráticos, el ex ministro anunció que dejaría Brasil, según sus propias declaraciones “por miedo a ser preso y asesinado”.
Es que el ex ministro de Educación tiene un historial vergonzoso de violencia, además de una denuncia por racismo por la cual está siendo investigado y deberá responder ante la justicia. El motivo fue una publicación en redes sociales sobre China y la pandemia de coronavirus, donde se burló de la forma en que chinos hablan portugués, y acusó al país asiático de ser responsable por la diseminación del Covid-19. Sin embargo, el ataque hacia China, que generó la reacción del país asiático y un problema diplomático todavía sin resolución, no fue el primero en su historial.
Al asumir como ministro en abril de 2019, Weintraub generó polémica por sus declaraciones sobre el objetivo de terminar con el “marxismo cultural” en escuelas y universidades públicas, sin especificar a qué se refería. En su primera ofensiva, declaró que cortaría recursos de aquellas instituciones que estuvieran “generando problemas” en lugar de mejorar el desempeño académico, y decidió bloquear el 30% del presupuesto de tres universidades federales a las cuales acusó -sin pruebas- de cultivar marihuana y promover fiestas al desnudo.
Otro de los escándalos se dio cuando en noviembre de 2019 más de cinco mil alumnos se vieron perjudicados en la evaluación de sus exámenes para el ingreso a la universidad (ENEM) debido a cuestiones de logística. Ya éste año se negó a postergar los exámenes ante las dificultades causadas por la pandemia de coronavirus, por considerarlo “un reclamo de la izquierda”. Finalmente una decisión judicial lo hizo desistir en su intento de mantener la fecha original y el examen fue postergado.
Antes de dejar el Ministerio de Educación, Bolsonaro intentó otorgarle autoridad para nombrar rectores de universidades nacionales, iniciativa que debió abandonar enseguida por presión popular. Sin embargo, la medida más grave fue adoptada horas antes de dejar el cargo de ministro, cuando firmó una medida que quitaba la obligatoriedad de incluir alumnos con cuotas raciales dentro de cursos de posgrado.
Las cuotas fueron implementadas en 2012 para facilitar el ingreso a las universidades de alumnos negros, indígenas y con algún tipo de discapacidad. Si bien la gestión de Bolsonaro declara abiertamente estar contra ese tipo de favorecimiento por una cuestión de meritocracia, el ex ministro supo ser más radical. En la reunión de gabinete del 22 de abril expresó “odiar el término pueblos indígenas”. El decreto finalmente quedó sin efecto por intervención de la Jusitica.
Sin entrar en el detalle de los incontables errores ortográficos con los que escribió mensajes en redes sociales y hasta documentos oficiales, lo de Weintraub en el Ministerio de Educación fue desastroso. La intención explícita de interrumpir los avances conquistados en la educación pública brasileña sigue siendo un proyecto del presidente Jair Bolsonaro, que buscará otro nombre igual o peor al de Abraham Weintraub para comandar la cartera.
*Desde Río de Janeiro
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