24 junio, 2020
#EmergenciaCulturalYa
Trabajadores de la cultura denuncian la situación crítica que está sufriendo su sector y exigen que se la trate de manera urgente. Necesitan respuestas rápidas y ejecutivas de parte de la Legislatura Porteña.

La situación del sector cultural ante la emergencia sanitaria es cada vez más crítica. Según una encuesta del Ministerio de Cultura de la Nación (realizada a 13.019 personas y 2.241 organizaciones) el 73% de les trabajadores de la cultura trabajan únicamente de manera independiente y entre ellas, nueve de cada diez no tienen ingresos estables. ¿Qué quiere decir esto? Miles de trabajadores culturales autogestives que encontraban en sus actividades ingresos para subsistir en el día a día, hoy no pueden llegar a fin de mes.
El aislamiento social, preventivo y obligatorio impactó en su actividad laboral, y por ende en sus salarios, que tienen relación directa con el consumo de sus producciones artísticas, poniendo en peligro la existencia de la actividad cultural.
Según esta encuesta, ocho de cada diez personas que se dedican a la enseñanza de manera independiente lo hace sin percibir ingresos estables (2.705 personas). Les docentes artístiques también vieron sus trabajos disminuidos (y muchas de las veces anulados) debido a la imposibilidad de seguir desarrollándose de manera virtual.
A su vez, centenares de espacios promotores de la cultura están cerrando: espacios que durante décadas dedicaron sus recursos a la inversión social, fueron generadores de empleo y asimismo recibieron recursos estatales que hoy están siendo desechados por la incapacidad de pagar alquileres y servicios.
Es claro que la intervención estatal se hace urgente ya que es uno de los sectores más castigados por la emergencia sanitaria, y el que más tarde podrá reincorporarse a la actividad. Sin embargo, en la Legislatura Porteña lejos están de tratar estos problemas: los temarios consisten en efemérides culturales y cambios de nombres de calles.
Distintas organizaciones y espacios culturales vienen haciendo una serie de reclamos concretos: entre ellos, la declaración de la emergencia cultural en carácter de urgencia; el cobro del aporte de emergencia a las salas culturales que el Gobierno de la Ciudad había prometido; la inmediata aceleración de pagos adeudados por organismos e institutos; el censo de les trabajadores informales de la cultura para poder asistir a todes con un subsidio de emergencia, equivalente a un 50% del salario mínimo; la compensación económica a docentes; y la incorporación de trabajadores independientes de la cultura a la plataforma Cultura en Casa, permitiéndoles percibir ingresos.
El Frente de Todes presentó cuatro proyectos de ley que buscan afrontar estas problemáticas, pero aún no han sido tratados en la Legislatura Porteña. El sector cultural necesita respuestas rápidas y ejecutivas, e intervención mediante políticas claras a las necesidades de les trabajadores de la cultura, que sufren la inmensa desprotección y precarización que existe para su actividad.
Las efemérides pueden esperar. La cultura no.
*Integrantes de BARDO – Colectivo Contracultural
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