22 mayo, 2020
Ringo star
Un día como hoy de 1942 nació Oscar «Ringo» Bonavena. Un recuerdo para el más grande boxeador de peso pesado argentino, que se enfrentó dos veces a Joe Frazier y una a Muhammad Alí.

El Ringo Bonavena consiguió en 1965 el campeonato argentino de peso pesado al derrotar sorpresivamente a Gregorio “Goyo” Peralta. Ringo llegaba como el retador odiado y bocón y cuando subió al ring se escuchó el abucheo más fuerte de la historia del Luna Park. Pero en el quinto round los hizo callar a todos.
Dos años después perdió con Jimmy Ellis en la eliminatoria para combatir por el título mundial AMB, oportunidad que se le dio recién en diciembre de 1968, en un mítico combate en el que enfrentó a Joe Frazier. Aunque fue derrotado dos veces por el estadounidense, fue uno de los pocos que logró que el ‘Humeante Joe’ besara la lona en dos oportunidades.
En 1967 Ringo, en la cumbre de su fama, grabó un disco. Fue Ringo Bonavena y Los Shakers (una mítica banda beatle uruguaya). Se trató de una obra de antología que inlcuyó los hitazos «Se fue», «Larilá Som Som», «Señor López» y el himno primaveral «Pío pío pa».
Por aquellos años Ringo podía hacer lo que quería. Luego de sus peleas solía avisar por televisión: «Vieja prepará los ravioles que ahí voy». Y a veces hasta invitaba a sus rivales a almorzar al día siguiente del combate. Gracias a esta propaganda del ídolo, su madre llegó a tener su propio programa televisivo en el que cocinaba y recibía invitados: «Los ravioles de Doña Dominga».
Finalmente, en diciembre de 1970 combatió por el título mundial pesado ni más ni menos que frente a uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos: Muhammad Alí. En la previa, Ringo jugó el juego de provocaciones de Alí tan bien o mejor que su inventor y logró poner a buena parte del público de su parte. En un combate épico, logró tumbarlo en el octavo round pero luego fue derrotado cuando en el último round el campeón del mundo lo tiró tres veces y le afanaron la pelea porque no le dieron la cuenta de protección.
En 1972 aprovechó algunas buenas bolsas para comprar el pase del jugador Daniel Willington por ocho millones de pesos y regalárselo a Huracán. En estos años iba y venía de los EE.UU., buscando la revancha con Alí, hasta que el 22 de mayo de 1976 fue asesinado, a la segura distancia de un disparo de rifle, por Ross Brymer, un guardaespaldas del famoso burdel Mustang Ranch y las versiones acerca de los motivos del crímen son múltiples.
El velorio de Ringo se realizó en el templo boxístico del Luna Park y una increíble multitud de más de 150 mil personas pasó a despedirse del campeón sin corona. El impresionante récord final de su carrera fue de 58 peleas ganadas (44 por knock out), 9 derrotas y 1 empate.
El periodista deportivo Horacio Sacco recordó: «Era desvergonzado, picapleitos, machista y fanfarrón. Tampoco era lo que se dice comedido y serio. Más bien chiquilín y prepotente. Pero era bueno. Con todo lo que implica la palabra bondad. Un reo inculto. Un mersa. Un self-made-man. Un alborotador. Un impuro. Pero bueno. Y buen boxeador, quizá como pocos o ninguno. No sé si el mejor, porque tenía pie plano. No fue campeón del mundo por poco, pero estuvo cerca”.
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