Nacionales

20 mayo, 2020

El COVID-19 en el sur del conurbano bonaerense

En el contexto de emergencia generado por la pandemia de coronavirus, el equipo de investigación del Proyecto COVID-19 en la Región Sanitaria VI de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), comenzó a relevar datos y a elaborar informes acerca de la evolución de virus en el sur de la provincia.

Ariel Farías* y María Maneiro**

@FariasArielH

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¿Qué datos pueden construir las ciencias sociales para colaborar en atender esta situación tan excepcional? Nosotros entendimos que los condicionantes etarios, habitacionales, laborales, ambientales, de infraestructura y movilidad impactaban en el desarrollo de los contagios y en la gravedad de los cuadros de salud de los afectados.

Las localidades con poblaciones más avejentadas tienen riesgos diferentes que las más juveniles; los barrios con situaciones de hacinamiento poseen enormes dificultades para el aislamiento de los casos sospechosos, en los espacios sociales en los cuales priman los trabajos informales los vecinos tienen grandes inconvenientes para realizar la cuarentena en su casa por carecer de recursos dinerarios que le permitieran sobrevivir durante este lapso, etc.

Es así como nuestro equipo comenzó a producir información para el debate, el diseño y a la implementación de políticas públicas adecuadas a las problemáticas específicas en cada barrio y en cada municipio.

En un caleidoscopio de identidades y desigualdades, la zona sur del conurbano, a la que remite la Región Sanitaria VI, ha sido habitada tempranamente de la mano de las industrias tradicionales. Más pobre que la zona norte y con un crecimiento poblacional menos explosivo que la región oeste, la región sur -incluso con sus heterogeneidades- tiene rasgos en común que permiten abstraerla del conjunto metropolitano.

La Región Sanitaria VI es una de las más populosas de la Provincia de Buenos Aires, contiene al 24% de la población provincial en un 0,3% del territorio. A su vez, es una región con indicadores sociales deficitarios, en relación con los promedios provinciales. Con todo, estos aspectos en común no deben aplanar las fuertes heterogeneidades que se esconden a su interior. Tales disparidades remiten tanto a divergencias entre municipios como a desigualdades al interior de ellos.

Parte de los municipios se asientan sobre el territorio de la cuenca del río Matanza-Riachuelo (CMR) y sus arroyos afluentes. La población de los barrios periféricos en la cuenca se encuentra expuesta a enfermedades crónicas y altos niveles de contaminación que contienen un daño sanitario y ambiental extremo. En el contexto de la pandemia, las comorbilidades pueden asociarse a situaciones de mayor gravedad en la evolución de la enfermedad.

En promedio, el 13,2% de la población de la región presenta al menos un indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), no obstante detrás de este promedio se encuentran significativas disparidades: Florencio Varela (20,8%) y Ezeiza (18,0%) registran los peores indicadores, mientras que en el otro extremo se encuentran Lanús (7,3%) y Avellaneda (7,9%).

En cuanto al hacinamiento, la situación es similar en lo que respecta a la distribución entre los municipios: con un promedio del 29,9% para el total de la región, Varela (41,8%) y Ezeiza (39,8%) exponen las situaciones más graves, en tanto Lanús (21,7%) y Avellaneda (21,0%) registran los valores más bajos.

Por otro lado, a partir de un índice de vulnerabilidad socio-económica, se observa un predominio de situaciones críticas en los partidos más periféricos de la región, destacándose el municipio de Florencio Varela como el más vulnerable. A su vez, y este resulta otro elemento relevante, se evidencian los niveles de vulnerabilidad dentro de cada municipio. En los barrios populares (diferenciados con verde) se visualizan los valores más altos de la escala. En contrapunto, se vislumbran centralidades en los distintos municipios, con corredores con baja vulnerabilidad. La dinámica centro-periferia adquiere relevancia no sólo en la comparación intermunicipal sino también en la intramunicipal, pues en cada uno de los partidos se observan periferias con valores altos (Mapa 1).

Las diferencias que se mostraron se pueden clasificar mediante una diferenciación entre cordones, los municipios más lejanos a la Ciudad de Buenos Aires poseen peores indicadores que los que conforman el cordón más cercano. Este cordón más cercano, sin embargo, resulta especialmente sensible a la movilidad de personas y productos provenientes de la ciudad, la cercanía física y la cercanía social se articulan mostrando un entramado sólido a tomar en consideración.

Mapa 1. Índice de vulnerabilidad socio-económica según radio censal y barrios populares del RENABAP. Región sanitaria VI de la Provincia de Buenos Aires. Año 2010

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010 (INDEC) y datos del Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP).

¿Estas heterogeneidades pueden relacionarse con la modalidad de expansión del COVID-19? Lamentablemente los datos que disponemos no nos permiten entrar en aproximaciones submunicipales, pero sí podemos comparar los diversos municipios. El desarrollo que mostraremos partirá de explicitar la dinámica temporal para luego ingresar en el estudio intermunicipal.

En la Región Sanitaria VI se confirmaron 447 casos de SARS-coV2 (COVID-19) hasta el 6 de mayo. Esto supone un promedio de 8,3 casos por día. Este lapso puede segmentarse en tres períodos: el comprendido entre el primer caso y la finalización de primera fase del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) el día 11/04/2020, el segundo período del ASPO que concluyó el 24/04/2020 y la tercera fase que terminó el 06/05/2020.

El primer período contiene 97 casos y supone el desarrollo embrionario de contagios, fuertemente amesetados a partir del ASPO. El segundo momento trae consigo una expansión limitada de los casos, éstos ascienden a 135 (con un crecimiento del 39,2% en relación con la primera fase). Finalmente el tercer período, contiene 214 casos (con un crecimiento del 58,5% en relación con la segunda fase). Si bien el crecimiento de los casos es sostenido, se encuentra dentro de los parámetros de control esperados.

La media de casos en la región fue de 49,5 por municipio, aunque existieron heterogeneidades entre ellos. Se observa un pico superior en Quilmes -con 91 casos, hasta la fecha de cierre de este reporte- y un límite inferior en Esteban Echeverría con sólo 26 casos (Tabla 1).

En los medios de comunicación se ha hecho hincapié en el crecimiento abrupto de los casos en el municipio de Quilmes y, efectivamente, el número de casos es mayor a los de los demás partidos. Sin embargo, es menester comprender esa cifra dentro del peso relativo que tiene en la población municipal. Como se muestra en la Tabla 1 el peso es menor en términos relativos.

Tabla 1. Casos confirmados, fallecimientos, población distrital y tasas cada 100 mil habitantes.

Fuentes: Elaboración propia en base a medios de comunicación local, informaciones de municipios y declaraciones de intendentes. Proyecciones de población realizadas por el Programa de Análisis Demográfico (INDEC) disponibles en https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-2-24-119.

En esta misma tabla se puede observar que la tasa cada 100000 habitantes de los casos confirmados en Ezeiza, bajo una cantidad absoluta significativamente menor, es mayor que las de los demás municipios. Hasta el 6 de mayo, Ezeiza, Avellaneda y Quilmes eran los municipios con tasas de contagio mayores cada 100 mil habitantes.

Para terminar presentaremos una serie de hipótesis. La enorme tasa de Ezeiza parece estar relacionada a la confluencia de múltiples aspectos: una conjunción entre pocos habitantes, enormes vulnerabilidades y nudo de llegada de aviones provenientes del extranjero. Ezeiza fue un municipio altamente castigado por contactos estrechos con casos importados (sobre todo de trabajadores de la Policía de Seguridad Aeroportuaria).

Las situaciones de Avellaneda y Quilmes parecen ser diferentes. En ellos primaría la cercanía física con la ciudad de Buenos Aires, ámbito en el cual hubo un proceso de expansión más temprano del COVID-19. Como se desarrolló en la primera parte de esta nota, en estos dos municipios los índices de vulnerabilidad no son tan altos, no obstante un conocimiento geo localizado de los casos permitiría conocer si existen concentraciones en zonas vulnerables y periféricas de los municipios. 

*Mg. en Ciencias Sociales del Trabajo/Facultad de Ciencias Sociales (UBA) **Investigadora del Conicet/Instituto de Investigaciones «Gino Germani», Facultad de Ciencias Sociales (UBA) 

El equipo de trabajo del proyecto está compuesto además por Soledad Fernández Bouzo, Santiago Nardin, Hernán Olivera y Juan Pablo Borda. El asesoramiento experto está a cargo de Sebastián Sustas y Rocío Rivero. Los reportes realizados por el equipo se pueden consultar en https://medium.com/@Covid19RegionSanitariaVI.

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