19 mayo, 2020
Rosa Luxemburgo, o la pedagogía de la rebelión
La dirigenta aguerrida y disciplinada, la polemista intransigente, la brillante teórica marxista, la sorora y la pedagoga: el trabajo Rosa Luxemburgo y la reinvención de la política de Hernán Ouviña puede sintetizarse como “un libro en el que caben muchas Rosas”.


Fernando Toyos
“Debemos concluir que la democracia no adquiere mayores posibilidades de vida a medida que la clase obrera renuncia a su emancipación, sino que, por el contrario, la democracia encuentra mayores posibilidades para sobrevivir a medida que el movimiento socialista llega a ser suficientemente fuerte para luchar contra las consecuencias reaccionarias de la política mundial y de la deserción burguesa de las filas de la democracia. Quien quiera fortalecer la democracia deberá fortalecer y no debilitar al movimiento socialista”.
Rosa Luxemburgo, ¿Reforma o revolución?
El libro Rosa Luxemburgo y la reinvención de la política fue editado en 2019 por las editoriales El Colectivo (Argentina) y Quimantú (Chile). Este viernes se conocerá su reedición en formato pdf y de libre acceso, a la que se incorporan Bajo Tierra Ediciones (México) y La Fogata Editorial (Colombia), en sintonía con la clave latinoamericana que atraviesa la recuperación de la figura de Rosa, y cuenta con un prólogo a cargo nada menos que de la historiadora marxista y feminista, Silvia Federici.
La prosa de Ouviña, rica y -a la vez- de ágil lectura, refleja la intencionalidad del autor de un texto pensado para el debate fraterno orientado hacia la intervención concreta, antes que la discusión circunscrita a pequeños cenáculos de «expertes».
La organización del libro da cuenta de esta búsqueda pedagógica: luego de una breve reposición de la biografía de la comunista polaca en el primer capítulo, el resto del libro se divide temáticamente, recorriendo ida y vuelta la obra teórica y práctica, sintetizadas en una singular praxis vital, a la luz de distintos ejes. De este modo, el capítulo 2 reseña los aportes de Rosa a dos conceptos cardinales de la tradición marxista, como lo son la acumulación por despojo y la filosofía de la praxis.
En el tercer capítulo, Ouviña repasará el pensamiento y la acción de Luxemburgo en torno a la cuestión de la organización revolucionaria, contrastando minuciosamente las propias posiciones tomadas por Rosa con las acusaciones, que se revelan infundadas, respecto de un presunto desprecio espontaneísta a toda forma orgánica.
Si bien es cierto que Rosa no era afecta a los círculos de dirección de la socialdemocracia alemana, tal acusación parece más una invectiva lanzada por quienes no podían responder de mejor manera a la implacable crítica de Luxemburgo a la orientación reformista de este partido, que lo llevará a apoyar el otorgamiento de financiamiento para la guerra imperialista de 1914.
El brutal asesinato de Rosa, rematada a culatazos por los freikorpsy arrojada a un canal, es el mejor testimonio posible de su sentido de disciplina: a pesar de haber considerado prematuro el lanzamiento de la revolución espartaquista en la que sería detenida y ultimada, supo aunar su cuerpo al de sus compañeros y compañeras de la Liga Espartaco una vez tomada la decisión.
El capítulo cuatro está dedicado a la faceta, quizás menos conocida, de la Rosa educadora, pedagoga, formadora de cuadros y cuadras para la revolución. Convencida de que “el único medio de presión que puede llevar a la victoria es la formación política dentro de la lucha cotidiana”, volcó buena parte de su militancia cotidiana a escuela de formación del Partido Socialdemócrata Alemán.
Su concepción pedagógica se expresaba en una práctica formativa que desentonaba con la convención: no permitía que se tomen apuntes en los cursos que coordinaba, ya que consideraba más importante que cada quien participase “con la mayor atención posible”. Es este espíritu el que se ve expresado en una de las frases más trascendentes de Rosa: “No se puede arrojar contra los obreros insulto más grosero ni calumnia más indigna que la frase ‘las polémicas teóricas son sólo para académicos’”.
“Como Ouviña reconoce -dice Federici en el prólogo- es materia de debate si Luxemburgo puede ser considerada una feminista en el sentido contemporáneo del término, ya que ella nunca miró al capitalismo y a la actividad revolucionaria desde una ‘perspectiva de la mujer’, y siempre priorizó el punto de vista de la clase como perspectiva totalizadora y no afectada por cuestiones de género y raza. Al mismo tiempo, Ouviña muestra que su vida era un feminismo en acción, que rechazaba las formas y las normas de conducta –vigentes también en círculos radicales– que podrían exigirle que, como mujer, guardara su lugar y se inclinara ante sus camaradas varones, una regla que ella permanentemente violaba, en política tanto como en el amor”.
En las páginas del sexto capítulo, Ouviña dialoga con Rosa desde las claves que nos trajo la marea feminista, iluminando facetas novedosas de su obra, en la que la comunista polaca da cuenta de una reflexión aguda acerca del papel que cumple la sumisión de las mujeres en la reproducción capitalista.
Finalmente, Rosa Luxemburgo y la reinvención de la política se propone leer a Rosa en clave latinoamericana, recuperando las posiciones defendidas por Luxemburgo en la cuestión de la independencia nacional desde nuestras latitudes.
Se trata, entonces, de pensar a contracorriente del prejuicio que habita en no pocos compañeros y compañeras respecto del carácter “europeizante” del marxismo, prejuicio sin duda alimentado por más de una orientación política emanada desde los varios “marxismos oficiales”, aquellos frente a los cuales las Rosa Luxemburgo y los Antonio Gramsci -entre tantos- supieron construir posiciones autónomas y originales.
El marxismo de Rosa no es el marxismo de “la idea perfecta, absoluta, abstracta” -recuperando la expresión del escritor peruano Mariátegui- sino un pensamiento vivo, una “idea germinal, concreta, dialéctica, operante, rica en potencia y capaz de movimiento”.
La reedición del trabajo de Ouviña nos acerca una gran oportunidad para acercarnos a la imprescindible obra de Rosa para pensar los desafíos de un mundo que -ante el asedio neofascista a los debilitados regímenes democráticos- nos exige redoblar la apuesta por un mundo sin opresiones de ningún tipo.
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