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8 mayo, 2020

Murió el Trinche Carlovich, un futbolista de culto

Se encontraba internado desde este miércoles con pronóstico reservado luego que lo golpearan para robarle su bicicleta. El ex jugador de fútbol, admirado hasta por Diego Armando Maradona, tenía 74 años.

Tomás Trinche Carlovich, icono del fútbol rosarino, falleció este viernes tras ser sometido a una operación de urgencia por un golpe en la cabeza que sufrió cuando intentaron robarle su bicicleta.

El ex futbolista transitaba por las calles rosarinas cuando fue abordado por un joven que lo empujó de su rodado y provocó que diera con su cabeza en el pavimento. Producto del golpe fue llevado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), donde estuvo dos días en coma, con respirador y en terapia intensiva.

Nacido en 1949 de padres de origen yugoslavo, debutó en Rosario Central, donde apenas jugó un partido, luego pasó por Flandria durante unos meses y recaló en Central Córdoba, club en el que tendría cuatro etapas y se convertiría en leyenda. Además, se desempeñó en dos equipos mendocinos (Independiente Rivadavia y Deportivo Maipú, en el cual también dejó un buen recuerdo) y en Colón de Santa Fe, aunque en este último las lesiones no le dieron la posibilidad de exhibir su brillo en el fútbol de Primera División.

Cuando Diego Armando Maradona llegó a Rosario en 1993 para vestir la camiseta de Newell´s declaró: “El mejor jugador ya jugó en Rosario y es un tal Carlovich”.

Según César Luis Menotti, “fue uno de esos pibes que desde que nacen, tienen a la pelota como único juguete. La pelota lo llevaba a él, había una relación muy fuerte entre los dos”. Para José Néstor Pekerman, quien lo eligió en su equipo ideal de todos los tiempos, “era un artista encerrado en una jaula”. Mario Zanabria, uno de los grandes cracks del fútbol rosarino, lo definió como “el resumen del potrero”. Las palabras del gran Roberto Fontanarrosa también lo enaltecen: “El Trinche era un atorrante, pero un fenómeno. Hacía cosas que nadie esperaba”.

Fue un distinto que patentó el caño de ida y vuelta a partir de un pedido de un hincha en el estadio Gabino Sosa (donde es local Central Córdoba) y que luego realizaría esa jugada tantas veces como su desparpajo se lo permitiera. “Se convirtió en un símbolo de un fútbol romántico que ya prácticamente no existe”, dijo alguna vez Jorge Valdano.

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