Educación y Ciencia

23 abril, 2020

“Nos acompañamos entre les compañeres”

¿Qué sucede con los procesos de aprendizaje en tiempos de aislamiento social, preventivo y obligatorio? ¿Es posible, a través de la virtualidad, continuar con los contenidos educativos? Las pibas y los pibes de distintos barrios porteños relatan sus experiencias de cómo vienen transitando la crisis sanitaria.

Crédito: Jorge Gabriel Gutiérrez

Desde hace más de un mes, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha decretado el cese de actividades en las establecimientos educativos porteños, en sus distintos niveles (primario, secundario y terciario) -como así también sucede a nivel nacional- para la prevención de les pibes, frente a la pandemia mundial de Covid-19. 

A partir del 16 de marzo, las pibas y los pibes se encuentran transitando momentos de suma incertidumbre, buscando, (re)inventando y (re)creando formas de acompañarse. En ese sentido, la cursada académica no es excepción y les pibes están afrontando un nuevo desafío: la virtualidad. 

Las escuelas porteñas, bajo jurisdicción del Ministerio de Educación de la Ciudad, comenzaron a utilizar modalidades virtuales para que les docentes y les estudiantes puedan continuar con la cursada; realizando publicaciones, enviando videos y tareas para que realicen en sus hogares. 

Ahora bien, allí aparecen muchas preguntas: ¿existen las condiciones materiales para que todas las pibas y los pibes tengan acceso a dicha modalidad? ¿Se transmitieron los conocimientos básicos informáticos para que les estudiantes puedan utilizarla? 

En varios barrios porteños (La Boca, Barracas, Parque Patricios, Constitución, Retiro, Balvanera, Fraga, Paternal, Lugano y Flores), al conversar con les pibes, manifiestan que están tratando de adaptarse pero que no están acostumbrades: “No lo conocíamos, no teníamos acceso a ellos”. 

Crédito: Jorge Gabriel Gutiérrez

Cabe destacar que, el ciclo lectivo comenzó el 2 de marzo y, como ya se ha dicho, se interrumpieron apenas dos semanas después, con lo cual estudiantes y docentes tuvieron solo dos semanas para conocerse, generar un vínculo y comenzar a explorar los contenidos de cada asignatura.

Así como a les docentes les resulta muy complejo reeditar los encuentros en las aulas, esta situación también repercute en les estudiantes, generando mucha frustración. 

Laura, de 13 años, vive en la villa 21-24 en el barrio de Barracas. Ella manifiesta “falta información para esta modalidad” y agrega: “No tenemos a alguien para que nos explique lo que nosotros no podemos entender”. Por su parte Wilson, de 16 años y que vive en la villa 31, asegura que “dar clases no es solamente mandar tarea”, haciendo referencia a la imposibilidad de construir un vínculo pedagógico. En ese sentido, Rosmari (14) de Parque Patricios, expresa que la conversación con les docentes es muy compleja. “No hay devolución, ni espacio para las dudas”, refiere según su experiencia. 

A esto, se le suma una problemática sistemática en los barrios porteños, la imposibilidad de acceder a la modalidad virtual debido a la falta de recursos. ¿Qué sucede con quienes no cuentan con wifi en sus hogares? ¿y les que no tienen computadora? ¿Quedan expulsades del sistema educativo?

“No tengo computadora y el celular me funciona muy mal”, explica Lizeth, que tiene 16 años y vive en la villa 31. Además sostiene que no sabe “como funcionan los celulares” y que “ver videos consume mucho crédito, y se acaban los datos”. “Tengo amigas que no tienen celular y que tienen que ir a la casa de sus primas o de alguien familiar”, añade. A su vez, Fernando tiene 12 años y enfatiza: “Muchos no tenemos computadoras” y pide que Ministerio de Educación garantice las herramientas necesarias para continuar con su formación.

Esto da cuenta que la cuarentena está profundizando problemas estructurales en los sectores populares; quienes tienen escasos recursos socioeconómicos deben lidiar con una brecha digital para transitar estos momentos mientras la asistencia estatal brilla por su ausencia.

Crédito: Jorge Gabriel Gutiérrez

¿Cómo esperar que les pibes sigan asistiendo a clases, sí tienen que encontrarse con el dinosaurio de “sin internet”, en vez de tener acceso a la plataforma? ¿Cómo hacer la tarea sino tengo la vianda que me daban en la escuela?  La frustración y deserción escolar parece ser la salida que plantean el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y sus funcionarios, para los miles de estudiantes que viven en la Ciudad. 

Desde hace tiempo, les pibes -junto a sus familias- le vienen reclamando y exigiendo al Gobierno de la Ciudad que urbanice sus barrios para tener los servicios básicos garantizados y para que no tengan nichos donde se reproducen el dengue. También le piden que le establezcan la red de wifi ya que en muchas comunas “no se puede acceder al wifi público”, asegura Laura. 

Sin lugar a dudas, les pibes le van encontrando la vuelta a estas situaciones, le piden ayuda a algún familiar o se ponen en contacto con algún docente conocido. Dana tiene 14 años y dice “muchos de los pibes y pibas no están pudiendo resolver la tarea es porque no tiene wifi, computadora o teléfono” y agrega efusivamente: “Nos acompañamos entre les compañeres”. 

Sus palabras ponen de manifiesto lo que construye la organización barrial. Cuidarse es entre todes. La educación no es una isla apartada de su contexto, sino que se adapta a las circunstancias, abriendo sus puertas a la realidad coyuntural. 

Ante este escenario de incertidumbres, les pibes enseñan constantemente: mirando de manera integral la realidad de todes sus compañeres y buscando acompañarse. El mensaje, el consultarse dudas, prestarse el celular, preguntarse cómo están, si necesitan algo… tejen redes comunitarias, porque en contextos hostiles se sostienen colectivamente.

Guido Loffreda, Yuhana Barraza Morán y Carolina Balog

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