Cultura

22 abril, 2020

El adiós a Marcos Mundstock, la voz de Les Luthiers

Este 22 de abril falleció el presentador del histórico grupo humorístico argentino. Tenía 77 años y se encontraba grave de salud motivo por el cual había decidido alejarse de los escenarios durante todo el 2020.

Marcos Mundstock murió a los 77 años en su casa de Buenos Aires durante la mañana de este 22 de abril. Desde febrero de 2019 padecía cáncer y eso lo llevó a tomar la decisión de anunciar a comienzos de este año, que se alejaba temporalmente de los escenarios.

“Después de más de un año de lidiar con un problema de salud que se tornó irreversible, Marcos, nuestro compañero y amigo, finalmente partió”, señaló en un comunicado Les Luthiers, el grupo humorístico al que pertenecía el actor y locutor. “De ahora en más, cada uno de nosotros deberá empezar a transitar el doloroso camino de aprender a convivir con su ausencia», añadieron sus compañeros.

Asimismo destacaron que “quedará el recuerdo de su voz, única e inconfundible” y de “su presencia frente al escenario, con su carpeta roja y frente al micrófono, que cautivaba al público antes de decir una sola palabra”.

Marcos había nacido el 25 de mayo de 1942 en Santa Fe, pero en 1949 su familia se trasladó a Buenos Aires. Al terminar el secundario estudió locución en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER) y también -más por mandato familiar que otra cosa- se inscribió en Ingeniería en la Universidad de Buenos Aires.

Casualmente allí encontró su vocación, que nada tenía que ver con la carrera que estudiaba. Es que en la década de 1960 la mayoría de las universidades de Argentina tenían sus propios coros y Marcos decidió sumarse. Allí conoció a Gerardo Masana, Marcos Daniel Rabinovich, Jorge Maronna, Jorge Schussheim, Carlos Núñez Cortés, Raúl Puig, Guillermo Marín, Daniel Durán y Horacio López.

Ese grupo de amigos se juntaba por fuera de los ensayos oficiales a preparar números de humor. Así surgió la Cantata Modatón (luego llamada Cantata Laxatón para no entrar en conflicto con la marca que fabricaba el laxante), un espectáculo presentado originalmente en 1965 en el VI Festival de Coros Universitarios en la ciudad de San Miguel de Tucumán. 

Además del tono humorístico, el show contaba con novedosos instrumentos musicales, ralizados por Masana y el luthier y músico porteño Carlos Iraldi.

El éxito del show llevó a que el grupo fuera convocado para repetir el espectáculo, ya de manera profesional, en Buenos Aires. Allí fue que adoptaron el nombre de I Musicisti.

Fue entonces que Marcos abandonó la carrera de Ingeniería y en 1966, el golpe de Estado de Juan Carlos Onganía lo hizo perder su trabajo de locutor en Radio Municipal. Paradójicamente eso lo empujó aún más hacia su faceta artística.

Pero no fue hasta el 4 de septiembre de 1967 que nació el grupo que cambió el humor argentino para siempre. 

Producto de una división entre quienes hacían el espectáculo I Musicisti y las óperas históricas se dividieron en dos. Por un lado Masana, Mundstock, Rabinovich y Maronna formaron Les Luthiers. Del otro Schussheim, Núñez Cortés, Puig, Marín, Durán y López continuaron llamándose I Musicisti. Nuñez Cortés se incorporó definitivamente a Les Luthiers dos años después.

El despegue y la gloria

Ya como Les Luthiers el grupo comenzó a hacerse conocido por sus espectáculos en teatros y cafes-concert, principalmente de la capital argentina y la ciudad balnearia de Mar del Plata. En esos años a la incorporación de Carlos Nuñez en 1969 se sumó la de Carlos López Puccio en 1970 y de Ernesto Acher en 1971. La grave y profunda voz de Mundstock como presentador se convirtió entonces en la marca registrada del conjunto.

Fue en ese período que desarrollaron las obras conocidas como Les Luthiers cuentan la ópera (1967), Blancanieves y los siete pecados capitales (1969), Querida condesa (1969) y Opus Pi (1971).

Sin embargo, el grupo sufrió un duro golpe el 23 de noviembre de 1973 cuando el fundador y uno de los principales escritores, Gerardo Masana, falleció de leucemia a los 36 años. Desde entonces quedó compuesto por seis integrantes.

A partir de 1977 comenzaron a realizar giras internacionales que los llevaron a distintos países de América Latina y España (que habían visitado por primera vez en 1974). 1986 fue otro año clave cuando realizaron un recordado espectáculo en el Teatro Colón de Buenos Aires, pero además porque en diciembre Acher dejó de formar parte por diferencias personales.

Los mejores sketchs aparecieron en aquel entonces como la recordada “Payada de la vaca”, la “Cantata del adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras”, “La tanda (música para televisión)” o “Las majas del bergantín”, entre otras.

Mundstock fue perfeccionando cada vez más sus presentaciones. Admirador de Luis Landriscina y los ingleses de Monty Phyton, era muy autocrítico y perfeccionista. “Hacer textos para ser escuchados tiene su clave: deben llevar el remate en la última palabra del párrafo”, explicó alguna vez y añadió: “Creo que el chiste suele ser una obra abierta, siempre modificable, y corrijo en forma permanente y sobre la marcha. Mis notas son un crucigrama”.

También participó como actor en algunas películas y series, fue la voz en off de Quebracho y Metegol y conductor de televisión.

Sin embargo para el año 1994 Daniel Rabinovich comenzó a tener problemas cardíacos lo que llevó a que fuera reemplazado temporalmente por Horacio Fontova (fallecido hace apenas unos días). En 2012 sufrió un preinfarto y desde entonces su salud se deterioró considerablemente llevando a que nuevamente debiera tomarse un tiempo fuera de los escenarios. Finalmente el viernes 21 de agosto de 2015 falleció debido a sus dolencias del corazón.

Desde entonces, si bien se incorporaron reemplazos, para el grupo ya no fue lo mismo. El paso del tiempo y la edad influyó en todos sus integrantes que, no obstante, festejaron sus 50 años en 2017. La partida de Mundstock parece, ahora sí, cerrar definitivamente la historia de Les Luthiers. Aunque ya habrá tiempo para evaluar esa posibilidad.

Como señalaron en el comunicado “pensar hoy en partidas y ausencias” es “demasiado triste”. “Nos quedarán tantas cosas de Marcos, que aún en el medio de la tristeza y el dolor que estamos viviendo, no podemos dejar de agradecer a la vida, y de sentirnos privilegiados de haber recorrido con él todo este tramo del camino”, concluyeron.

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