16 abril, 2020
¿Quién pagó la crisis?
En 2020 nos enfrentamos a una nueva crisis económica (según algunos, la mayor); por esto es importante analizar quienes vienen perdiendo en los sucesivos ciclos de caída de una economía como la argentina, y sobre todo quienes vienen ganando.

Entre los años 2016-2019 el PBI de Argentina cayó 2%, sin embargo esta caída del producto, al igual que el aumento de la inflación, no afectó a todes por igual. El reparto de la torta es desigual, tanto cuando se crece (y algunes la “juntan en pala”) como cuando se decrece.
Por esto, por esta desigualdad evidente en la apropiación de las crisis y en la apropiación del crecimiento, tenemos que desconfiar de quienes plantean (desde posturas liberales, pero sobre todo desde el campo popular), que la vía para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la población pasa por un “aumento de la torta”.
En este marco, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) publicó la mal llamada “Cuenta de Generación del Ingreso” correspondiente al último trimestre de 2019, completando así la cobertura de todo el período anterior. Esta Cuenta, lejos de reflejar quién aportó más o menos a la riqueza generada por un país (como sugiere el nombre), nos da información sobre cómo fue apropiada esa riqueza.
En el caso del Sistema de Cuentas Nacionales, se desagrega la información relativa a la apropiación del valor agregado del país en cuatro componentes: retribución al trabajo asalariado (registrado y no registrado), excedente bruto de explotación (que es la parte del producto apropiado por empresarios), “ingreso mixto bruto” (en términos generales es, principalmente, el ingreso obtenido por cuentapropistas), y los impuestos netos de subsidios.
De acuerdo a esta información, entre 2016 -no hay datos de 2015- y 2019, les asalariades (registrades y no registrades) perdieron 6,5 puntos porcentuales, pasando de apropiarse el 51,8% del producto generado el primer año del período, al 45,3% el último. En contraste, la porción de la torta argentina que se comió el capital pasó de 40,2% a 43,5%. Finalmente la participación de les cuentapropistas pasó de 11,4% a 12,9%.
O sea que hubo una transferencia de les asalariades que tuvo como contrapartida un aumento de las ganancias del capital, y en menor medida un de les cuentapropistas. Es importante resaltar que en este último caso suele implicar un empeoramiento en las condiciones de trabajo.
Al considerar la evolución del empleo entre 2016 y 2019, el trabajo asalariado pasó de 15,2 millones de trabajadores a 15,5, creciendo un 2%. Este leve aumento fue impulsado principalmente por los trabajadores no registrados, que se incrementaron en 243 mil, mientras que los puestos de trabajo registrados aumentaron 56 mil. Por otra parte, los puestos de trabajo correspondientes a no asalariados aumentaron 490 mil.
De esto surge que, sin considerar a los no asalariados, y si tenemos en cuenta que el número de asalariados se mantuvo prácticamente invariable, esta transferencia de ingresos del trabajo al capital se dio principalmente a través de un incremento relativo de los asalariados no registrados (con salarios presumiblemente menores), y sobre todo, a través de la pérdida salarial resultante de paritarias que no llegaron a compensar el incremento en los precios.
En términos de montos, esta transferencia porcentual significa que, respecto a 2016, les 15 millones de trabajadores asalariades perdieron 1,2 billones de pesos (de 2019), mientras que los capitalistas incrementaron su apropiación en 600 mil millones de pesos (la diferencia entre ambos conceptos corresponde al mencionado aumento de los cuentapropistas, y a subsidios e impuestos). O sea, cada uno de los 15 millones de laburantes asalariades “subsidió” al capital con casi 40 mil pesos entre 2016 y 2019.

Al analizar la evolución año a año de las transferencias, surge que las mayores pérdidas del trabajo asalariado coinciden con los períodos de fuerte devaluación en el peso (y su correlato en la inflación).
En 2018 fue la mayor pérdida relativa, que tuvo como contrapartida un incremento prácticamente equivalente de las ganancias, mientras en 2019 la pérdida de los asalariados tuvo como contracara un incremento que se trasladó prácticamente en partes iguales a capitalistas y cuentapropistas.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.