12 abril, 2020
¿China oculta información sobre el coronavirus?
Segunda entrega de la serie de artículos que desmontan la campaña de gobiernos y medios de comunicación occidentales que intentan responsabilizar al país asiático y a la OMS por la pandemia global.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia global el 11 de marzo. El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general del organismo, dijo ese día que esta era “la primera pandemia causada por un coronavirus”. Y agregó: “En las últimas dos semanas, el número de casos de Covid-19 fuera de China se multiplicó por 13 y el número de países afectados se triplicó”. Desde ese día quedó claro que este virus era mortal y que tenía la capacidad de expandirse con facilidad. Pero eso no estuvo siempre tan claro.
El 17 de marzo, Kristian Andersen, del Scripps Research Institute (EE.UU.) y su equipo mostraron que la nueva cepa de coronavirus tenía una mutación en sus genes no vista en ningún animal y que hay una probabilidad de que el virus llegara a los humanos hace muchos años y no necesariamente en Wuhan. El doctor Chen Jinping, del Instituto de Recursos Biológicos Aplicados de la provincia china de Guangdong, había publicado el 20 de febrero un artículo científico, planteando una tesis similar. Por esos días, Zhong Nanshan, un destacado epidemiólogo chino, dijo: “Aunque la Covid-19 apareció primero en China, eso no significa necesariamente que se haya originado aquí”.
Los medios de comunicación occidentales han hecho constantemente afirmaciones sin base científica sobre la fuente del virus, incluso cuando científicos occidentales pedían precaución. Ciertamente no estaban escuchando a los médicos en Wuhan o a los expertos en salud pública de China.
Cuando los médicos de Wuhan vieron por primera vez a los pacientes en sus hospitales en diciembre, creyeron que tenían neumonía, aunque las tomografías mostraban graves daños pulmonares y no respondían al tratamiento médico típico. Los profesionales estaban alarmados por la situación, pero no había motivo para imaginar la escalada posterior.
Como contamos en una nota anterior, cuando asimilaron la evidencia ante sí y tan pronto como quedó claro que se trataba de un virus desconocido y que se propagaba con rapidez, los médicos de Wuhan se contactaron con el Centro Nacional de Control de Enfermedades de China y luego con la OMS.
Esto no aparece en los medios occidentales. The New York Times, por ejemplo, sugirió en un reportaje de amplia circulación, que el gobierno chino había ocultado información sobre la pandemia y que el sistema de alerta chino no funcionó.
Nuestra investigación encuentra que ninguno de esos argumentos es cierto. Solo hay pruebas de que unos pocos médicos fueron reprendidos por sus hospitales o por la estación de policía local por divulgar información al público sin usar los protocolos establecidos. Tampoco hay evidencia de que el sistema chino para reportar información directa sea defectuoso; solo hay pruebas de que el sistema, como cualquier sistema, no podía ajustarse fácilmente a brotes desconocidos o no clasificados.
El sistema médico chino tiene un procedimiento riguroso para informar de asuntos como las emergencias de salud. No le tomó mucho al personal transitar las diferentes instancias previstas para informar el problema y menos aún para que un equipo de investigación de alto nivel llegara a Wuhan. Esto es lo que nuestra investigación pone en evidencia.
¿El gobierno chino ocultó información?
El 26 de diciembre una pareja de ancianos y su hijo fueron atendidos en el Hospital de Medicina Integrada China y Occidental de la provincia de Hubei. Los estudios realizados preocuparon porque mostraron lo que se llama “opacidad tipo vidrio molido” en los pulmones. El hospital informó rápidamente al Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CCE) del Distrito de Jianghan. Esto sucedió en 24 horas.
Más pacientes llegaron al Hospital Provincial de Hubei el 28 y 29 de diciembre. Los médicos solo sabían que presentaban síntomas de neumonía y que tenían un daño pulmonar significativo. Les quedó claro que el lugar inmediato de propagación del virus era el Mercado de Mariscos del Sur de China.
El 29 de diciembre, a medida que los casos aumentaban, el vicepresidente del hospital, Xia Wenguang, informó directamente al departamento de control de enfermedades de las Comisiones de Salud municipales y provinciales. Ese día, esos organismos dieron instrucciones al CCE de Wuhan, al Hospital Jinyintan y al CCE del Distrito de Jianghan para que visitaran el Hospital Provincial de Hubei para realizar una investigación epidemiológica. El 31 de diciembre, un grupo de expertos de la Comisión Nacional de Salud llegó a Wuhan desde Beijing. En otras palabras, funcionarios de Beijing llegaron a Wuhan cinco días después de la primera señal de un problema.
El día anterior una médica, la doctora Ai Fen, expresó su frustración por el misterioso virus con algunos compañeros de la escuela de Medicina. Ai Fen vio un informe de un examen de neumonía no identificada. Marcó con un círculo en rojo las palabras “SARS coronavirus”, lo fotografió y se lo pasó a un compañero de la escuela de Medicina.
El informe se difundió entre los médicos de Wuhan, incluyendo al Dr. Li Wenliang (miembro del Partido Comunista) y otros siete médicos que más tarde fueron reprendidos por la policía. El 2 de enero, el director del Departamento de Supervisión del Hospital Central de Wuhan advirtió a la doctora Ai Fen que no difundiera información por fuera de los canales del hospital.
Las reprimendas recibidas por estos médicos se ofrecen como pruebas del ocultamiento de información sobre el virus. Esto no es lógico ya que tuvieron lugar a comienzos de enero, y el 31 de diciembre había llegado un equipo de alto nivel de Beijing y ese día, la OMS había sido informada. Los CCE de China y la OMS estaban notificados antes de que esos dos médicos fueran reprendidos.
El 7 de febrero la Comisión Nacional de Supervisión envió un equipo de investigación a Wuhan. El 19 de marzo el equipo publicó los resultados de su investigación y celebró una conferencia de prensa para compartir sus conclusiones. Luego la Oficina de Seguridad Pública de Wuhan emitió una circular para revocar la carta de reprimenda emitida al doctor Li Wenliang. El 2 de abril, este y otros 13 médicos que murieron en la lucha contra el virus, fueron honrados por el gobierno como mártires (el más alto honor otorgado por el Partido Comunista y por la República Popular de China a sus ciudadanos).
En síntesis. No hay evidencia de que los oficiales locales temieran informar sobre la epidemia a Beijing. Tampoco de que hubieran hecho falta “denunciantes”, como lo puso el New York Times, para iluminar el asunto. La doctora Zhang no era una denunciante, siguió el protocolo establecido, lo que permitió que la información llegara a la OMS en cuestión de días.
El sistema de alerta temprana de China
A mediados de noviembre de 2002, se produjo un brote de Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) en la provincia china de Guangdong. Los médicos no consiguieron entender fácilmente lo que estaba sucediendo. A mediados de febrero el Ministerio de Salud escribió un mensaje de correo electrónico a la oficina de la OMS en Beijing, “describiendo una extraña enfermedad contagiosa” que ya “había causado la muerte de más de 100 personas” en una semana. Tomó ocho meses contener ese brote.
Inmediatamente después, el gobierno chino estableció un sistema de información directa para detectar cualquier emergencia de salud antes de que se salga de control. El sistema funciona muy bien para enfermedades infecciosas claramente definidas. El doctor Hu Shanlian, profesor de economía de la salud en la Universidad de Fudan describió dos incidentes de este tipo. Como parte del grupo de expertos para la erradicación de la polio, su grupo encontró dos casos de esta enfermedad en Qinghai. El gobierno local informó de los casos al gobierno central y comenzó la inmunización de emergencia, así como la administración a los niños de una vacuna en cubos de azúcar para controlar eficazmente la poliomielitis importada. También informó sobre dos casos de peste en Beijing que procedían de la Región Autónoma de Mongolia Interior. “Enfermedades como estás pueden ser rápidamente absorbidas por el sistema de reporte directo”, escribió.
El doctor Zhang Wenhong de Shanghai advirtió que el sistema de información directa “es más poderoso que los de la mayoría de países para los patógenos conocidos [como MERS, H1N1] o los patógenos que no se propagan rápidamente o que tienen limitada transmisión entre personas [como el H7N9]”. Si se enfrentan a un nuevo virus, el personal médico y el sistema de información directa se desconciertan.
La forma más efectiva de proceder cuando no hay claridad sobre la infección es informar al departamento de control de enfermedades en el hospital. Esto es exactamente lo que hicieron los profesionales de la salud de Hubei. Y lo que permitió que a los cinco días de la alarma inicial, la OMS estuviera al tanto del misterioso virus en Wuhan.
Desde el 21 de enero, la OMS ha publicado un informe diario de la situación. El primero de estos destaca los acontecimientos del 31 de diciembre al 20 de enero. El primer punto dice que el 31 de diciembre la oficina de la OMS en China fue informada de que había “casos de neumonía de etiología desconocida (causa desconocida) detectados en la ciudad de Wuhan”. Las autoridades chinas aislaron un nuevo tipo de coronavirus el 7 de enero y el 12 de enero compartieron la secuencia genética para su uso en el desarrollo de kits de diagnóstico. La información más precisa sobre la forma de transmisión se conoció tiempo después.
El sistema chino de información directa fue actualizado el 24 de enero con la información sobre el nuevo coronavirus. Ha aprendido de la experiencia.
Hechos e ideología
El senador por el Estado de Florida, Marco Rubio, acusó a la OMS de servilismo con el Partido Comunista Chino. Escribió que EE.UU. abriría “investigaciones sobre el inaceptablemente lento proceso de toma de decisiones de la OMS para declarar la pandemia global y sobre cómo China ha comprometido la integridad de la OMS”. Los fondos de Washington para la OMS están en la balanza. Como siempre, Rubio no presentó ningún dato.
¿Fue la OMS lenta en declarar una pandemia global? En 2009, el primer caso conocido de H1N1 se detectó en California el 15 de abril; la ONU declaró la pandemia global el 11 de junio, dos meses después. En el caso del SARS-CoV-2, los primeros casos conocidos se detectaron en enero de 2020; la OMS declaró una pandemia global el 11 de marzo, un mes y medio después. En el intervalo, la OMS envió equipos de investigación a Wuhan (20 y 21 de enero) y a Beijing, Guangdong, Sichuan y Wuhan (16 al 24 de febrero). Su investigación, antes de la declaración, fue exhaustiva. El plazo para la declaración de la OMS es similar o incluso más rápido en 2020 de lo que fue en 2009.
Ya sea que se trate del New York Times o de Marco Rubio, hay una urgencia por llegar a la conclusión de que el gobierno y la sociedad china son los culpables de la pandemia mundial, y que sus fracasos no solo comprometieron a la OMS, sino que causaron la pandemia.
Los hechos se vuelven irrelevantes. Lo que hemos mostrado en esta crónica es que no hubo supresión deliberada de los hechos, ni hubo temor de los funcionarios locales de informar a Beijing, ni tampoco se dañó el sistema. La epidemia de coronavirus era misteriosa y compleja y los médicos y autoridades chinas aprendieron rápidamente de lo que estaba pasando y luego tomaron decisiones racionales basándose en los hechos disponibles.
Vijay Prashad, historiador, periodista y director del Instituto Tricontinental de Investigación Social
Du Xiaojun, investigador en Relaciones Internacionales, Comunicación intercultural y Lingüística aplicada (Shangai)
Weiyan Zhu, abogada (Beijing)
Este artículo es una traducción del Independent Media Institute y el segundode una serie de tres que estamos publicando en este portal.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.