2 abril, 2020
EE.UU. el nuevo centro mundial del coronavirus y la recesión
Como ocurrió con su pares de Brasil y Ecuador, el presidente estadounidense Donald Trump desde un principio subestimó el impacto de la pandemia y minimizó sus riesgos. Hoy el país enfrenta un colapso sanitario y económico cuyas consecuencias todavía no pueden predecirse.


Nicolás Castelli
«Es solo una persona que vino de China y lo tenemos bajo control. Todo va a estar bien», afirmó en enero pasado Donald Trump, mandatario estadounidense, tras conocerse el primer caso de Covid-19 en su país. Actitud similar asumieron también los gobiernos de Jair Bolsonaro en Brasil y Lenin Moreno en Ecuador.
Dos meses después, los dos países sudamericanos son los que poseen las cifras más elevadas de contagios y muertes por el virus en América Latina. En tanto que EE.UU. ya superó a China (donde se originó la epidemia) en cantidad de casos ocupando el primer lugar en la lista de naciones del mundo con más infectados: más de 200 mil confirmados.
En el medio se sucedieron declaraciones de Trump culpando a China por la enfermedad, promoviendo el racismo y la xenofobia contra la nación asiática, y tomando medidas en forma tardía por privilegiar la actividad económica por sobre la salud de la población.
Ahora el escenario que se anticipa es sumamente crítico, tanto en términos de vidas humanas como de una crisis económica que se avizora peor que la de 2008. Mientras la curva del virus y el desempleo sigue subiendo día a día, la Casa Blanca recrudece sus agresiones contra gobiernos «enemigos» y enfrenta una crisis interna de magnitudes catastróficas. Contrariamente a la actitud humanista y solidaria de otras potencias como China, Rusia y países como Cuba, Washington persiste en su política imperial y guerrerista.
Para dimensionar lo que se viene, este jueves, por ejemplo, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por su sigla en inglés) le pidió al Departamento de Defensa unas 100 mil bolsas para depositar restos humanos. El doctor Anthony Fauci -la mayor eminencia en enfermedades infecciosas en el país y quien dirige el organismo encargado de luchar contra el virus- afirmó que debe esperarse el fallecimiento de entre 100.000 y 240.000 personas.
Asimismo, Washington aprobó el paquete de rescate económico más grande de su historia por más de 2,2 billones de dólares, para ofrecer pagos directos a hogares, asistencia para empresas y mayores beneficios de desempleo.
La gran manzana colapsada
Con un muerto cada seis minutos, la ciudad de Nueva York se convirtió en el centro de la epidemia de todo el territorio. Para evitar el desborde de las morgues, el gobierno local compró 45 camiones frigoríficos que han sido instalados en distintos puntos. Hasta el momento, hay 75 mil casos y 1550 muertes confirmadas.
En el Central Park ya se montó un hospital de campaña para atender la cantidad de pacientes que irán en aumento con el correr de los días y para contener el colapso del ya de por sí excluyente sistema de salud de la ciudad. Según Aja Worthy-Davis, directora ejecutiva de la Oficina de Asuntos Públicos (OPA) de la Oficina del Médico Forense de la ciudad, en este predio también se armó una tienda refrigerada para albergar los cuerpos de las personas fallecidas.
También llegó el lunes a las costas del Río Hudson el buque hospital de la armada USNS Comfort. Equipado con mil camas y 12 quirófanos, la embarcación sanitaria reforzará el sistema sanitario neoyorquino.

Por otra parte, el alcalde Bill di Blasio dijo la semana pasada que las primeras estimaciones de los datos de desempleo muestran que al menos medio millón de habitantes han perdido o perderán sus empleos. Incluso vaticinó que más de cuatro millones de personas, casi la mitad de la población de la ciudad, contraerá el virus.
Otro de los Estados de la costa este del país que enfrenta una situación dramática es Connecticut ya que no contará con ninguno de los equipos de protección personal ni ventiladores mecánicos que se necesitan en los hospitales para tratar a los pacientes.
“Fue inquietante descubrir que la Reserva Nacional Estratégica ahora está vacía. Estamos solos. Por ahora, estamos haciendo lo mejor para buscar el PPE (equipo de protección personal), lo mejor que podamos “, declaró el gobernador Ned Lammont.
La Reserva Nacional Estratégica es la tienda de suministros médicos más grande del país cuya función es apoyar a los Estados en momentos de crisis como los actuales.
La pandemia dispara el desempleo y la recesión
Según informó el Departamento de Trabajo en su cuenta twitter, la semana pasada se registraron 6.648.000 solicitudes de seguro de desempleo duplicando las 3.341.000 de la anterior. Es decir, en 15 días unos 10 millones de estadounidenses pidieron esta ayuda estatal superando ampliamente el récord de 665 mil solicitudes registrado durante la recesión económica de 2008.
Después de conocerse esta noticia, los índices bursátiles cayeron 100 puntos, dos días después de confirmarse un desplome de un 23% en los últimos tres meses, lo que equivale al peor trimestre desde 1987. Al respecto, analistas del Bank of America advirtieron que EE.UU. podría sufrir «la recesión más profunda que jamás se haya registrado» y predicen que la tasa de desempleo puede superar el 15%.
Organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ya advierten un escenario de crisis económica mundial ante la recesión no solo de la potencia norteamericana sino de las otras dos mayores economías del mundo: China y la Unión Europea.
“Necesitamos liderazgo, conocimiento y un nivel de ambición similar al del Plan Marshall, por el que se creó la OCDE, y una visión como la que inspiró el New Deal, pero a escala planetaria”, señaló Ángel Gurría, el secretario general del organismo.
Pero quién querrá salvar primero su propia fortuna antes que al capitalismo global será el mismo Donald Trump cuyo patrimonio disminuyó en mil millones de dólares por causa de la pandemia. Esto se debe a la reducción en el valor de los bienes inmuebles que el mandatario posee en Nueva York, la ciudad a costa de la cual se enriqueció y que hoy sufre el virus más que ninguna otra.
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