Géneros

2 abril, 2020

18 años buscando a Marita Verón

Desapareció el 3 de abril de 2002, cuando tenía 23 años. Desde ese día su madre, Susana Trimarco, comenzó una lucha incansable por una justicia que, aún hoy, no llega.

Daniela Errecarte

@DanoErrecarte

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María de los Ángeles Verón tenía 23 años el día en que desapareció: 3 de abril de 2002. Salió de su casa para ir al médico y nunca regresó, sin dejar rastros. A partir de los testimonios recolectados mediante la búsqueda de sus padres -y sobre todo de su madre- y la investigación policial, se determinó que Marita había sido secuestrada para ser prostituida. Sin embargo, hasta hoy no se sabe nada de ella.

Pasaron más de 10 años hasta que los padres de Marita pudieron llegar a la instancia de juicio oral, esquivando los obstáculos que ponía la policía para entorpecer la investigación. Desde el momento en el que se acercaron a la comisaría para hacer la denuncia por la desaparición, tuvieron que escuchar excusas como “no hay papel para imprimir la declaración”, además de recibir cuestionamientos por parte de los oficiales sobre el estado de salud mental de su hija.

Una vez llegado el juicio, todos los acusados resultaron absueltos por falta de pruebas consistentes. Sin embargo, gracias a la organización y la presión popular, se reabrió el caso, que terminó en sentencias de entre 10 y 22 años para los imputados. Todos fueron enjuiciados por liderar una red de trata de personas, donde secuestraban y torturaban a las mujeres, disidencias y niñes en pos de explotarles sexualmente.

Susana Trimarco, la madre de Marita, encarnó en esta historia un personaje admirable. A pesar de los obstáculos puestos por la policía, puso toda la fuerza que tuvo su cuerpo en pos de encontrar a su hija. Invirtió todos sus ahorros y vendió propiedades para poder viajar a cada rincón del país, y buscarla personalmente.

Hoy Susana es una de las caras más reconocidas de la lucha en contra de la trata de personas. Gracias a que creó la Fundación María de los Ángeles, más de siete mil mujeres y disidencias fueron rescatadas de situaciones de explotación sexual.

Los años siguieron transcurriendo, pero el espíritu justiciero de Susana nunca envejeció. Es que hay luchas que no envejecen con el tiempo. Por el contrario, se vuelven más fuertes con el pasar de los años. Hoy seguimos buscando a Marita Verón. 

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