1 abril, 2020
14 días de cuarentena, al menos 13 femicidios
Lo que el aislamiento no previno: nos siguen matando. La violencia machista no toma precauciones, ni espera a salir de casa para explotar.


Daniela Errecarte
En marzo una mujer fue asesinada cada 29 horas. Ya son al menos 86 víctimas en lo que va del año, según los datos del Observatorio de las Violencias de Género «Ahora que sí nos ven». Si bien es una cifra alarmante, es casi imposible reducir el valor de todas las vidas perdidas -y las que se perderán- a una mera ecuación matemática. El reloj de la violencia machista parece no tener descanso, sino por el contrario, su paso cada vez es más rápido y constante.
En ese contexto, el aislamiento social preventivo y obligatorio no es un obstáculo para la violencia de género. Desde el 20 de marzo -primer día de cuarentena- se registraron al menos 13 femicidios, que incluyen tanto a mujeres como a niñas.
La última muerte fue la de Romina Esther Leiva, quien agonizó durante 20 días tras haber sido prendida fuego por su hijo. Otro de los casos emblemáticos fue el de Cristina Iglesias, quien fue enterrada junto con su hija en el patio trasero de su casa de Monte Chingolo.
Entre las asesinadas durante la cuarentena también se encuentran Susana Edith Melo, Lorena Fabiola Barreto, Verónica Soule, Claudia Repetto, Maria Florencia Santa Cruz y otras víctimas sin identificar, según los datos recolectados por la agencia de noticias La Vaca.
De acuerdo al Observatorio “Ahora que si nos ven”, en el 2020 un 62% de los femicidios fueron efectuados en las viviendas de las víctimas, y un 41% fueron en manos de sus parejas y 24% por ex parejas. En el contexto de encierro por el coronavirus, las mujeres envueltas en relaciones violentas con sus familias quedan expuestas.
Ante esta situación, existen y se difunden redes de contención y cuidados a las víctimas de violencia de género, tanto motorizadas por el Estado como de manera autogestiva por los colectivas feministas. En esa línea el Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad motorizó, en el marco del aislamiento obligatorio, la campaña del “barbijo rojo”, una nueva herramienta de denuncia de situaciones de violencia que se puede llevar a cabo en las farmacias.
Sin embargo, parece ser que las políticas públicas nunca terminan de ser suficientes. Las muertes se siguen acumulando, y cada 29 horas, con o sin coronavirus, lamentamos un nuevo femicidio.
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