El Mundo

6 marzo, 2020

El péndulo de Elizabeth Warren: se bajó de la interna pero no se la juega

La senadora por Massachusetts retiró su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos, y se convirtió así en la última víctima del Súper Martes de la primaria del Partido Demócrata y de la polarización entre Joe Biden y Bernie Sanders.

Nicolás Zyssholtz

@likasisol

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Elizabeth Warren no logró terminar primera ni segunda en ninguna de las 19 primarias que ya se llevaron adelante en el Partido Demócrata de EE.UU. El detonante para su decisión de abandonar la carrera fue, indudablemente, su pobre performance en Massachusetts, el estado donde vive y el que la reeligió como senadora hace poco más de un año con el 60% de los votos.

Por qué no pudo

En octubre de 2019, mientras disputaba palmo a palmo con Warren el voto de los sectores más progresistas del partido, Bernie Sanders sufrió un infarto. Estuvo tres días internado y salió, pero más allá de su salud física se especulaba con que su candidatura estaba herida de muerte.

No fue el caso: Bernie se recuperó en las encuestas y ganó las tres primarias iniciales en Iowa, New Hampshire y Nevada. Warren, en tanto, fue tercera, cuarta y cuarta respectivamente.

¿Por qué se vio superada por Sanders? Por el público al que apelaron y por la credibilidad de las propuestas. Warren nunca pudo extender su apoyo más allá de la población blanca de los grandes centros urbanos, los universitarios que representan un porcentaje menor  en el país; Sanders, en cambio, más allá de ciertas limitaciones que se hicieron evidentes en las últimas semanas, logró hablarle a muchísima más gente, de orígenes y condiciones distintas.

En cuanto a la credibilidad, Warren y Sanders compartieron muchas propuestas, especialmente a lo que refiere al acceso universal a la salud (el Medicare for All). Pero claro, el senador por Vermont lleva 30 años levantando esa bandera mientras que la senadora por Massachusetts, si bien nunca se opuso, no lo tenía en su plataforma hasta esta primaria.

Por último, pero no menos importante. Elizabeth Warren es mujer. Otra de las cosas que decidió el establishment del Partido Demócrata es que una mujer tendría menos chances de ganarle a Donald Trump que un varón. Y logró exitosamente trasladarle esa “preocupación” al electorado, que sobre todo busca a la persona indicada para evitar la reelección del magnate republicano.

Paradójicamente o no tanto, al final su candidatura terminó jugando un rol muy favorable al favorito de ese establishment: Joe Biden. Si Bernie Sanders hubiera sido el único candidato del sector progresista durante el súper martes, hubiera ganado al menos tres estados más: Texas (perdió por 4,5 puntos; Warren sacó 11,4); Maine (perdió por 1,2, Warren sacó 15,7) y Massachusetts (perdió por 6,9; Warren sacó 21,4).

Qué va a hacer

Tras bajarse, como suele suceder en una política atravesada hasta el absurdo por las formas como la estadounidense, Warren recibió elogios de ocasión tanto de Biden como de Sanders, los dos candidatos sobrevivientes en la primaria (Tulsi Gabbard debe haber dicho algo también).

Pero ella, por el momento, no piensa anunciar un endorsement, un apoyo explícito y que implica involucrarse directamente en la campaña, para ninguno de los dos.

Aunque el apoyo a Sanders parece lo más lógico por cercanía política, lo cierto es que Warren siempre demostró estar “del lado de adentro” del partido, tratando de conciliar las propuestas políticas progresistas con las limitaciones que plantea el establishment demócrata. Acercarse a Bernie, más en este momento en que ya no es el favorito a ganar la primaria, puede que no le parezca tan buena idea. Si lo hiciera, en cualquier caso, podría ser el impulso necesario para volver a ponerlo a la cabeza.

Por el otro lado, Biden tiene mucho para ofrecerle. Es el favorito y un hombre con mucha ascendencia sobre las estructuras del partido. Se empieza a especular con propuestas que van tan lejos como la vicepresidencia o la secretaría de Estado. Se entiende: por más que no tenga tantos votos, Warren tiene una imagen muy positiva y, así como el Comité Nacional Demócrata cree que una mujer no puede ganar, sabe que cualquiera de estos dos varones, sin una mujer en la boleta, tampoco puede hacerlo.

La posición que adoptó la senadora por Massachusetts se puede tildar de oportunista: probablemente tome una decisión después de las próximas primarias, el martes 10 de marzo. Allí, Sanders era el principal favorito en los dos estados más poblados que votan, Michigan y Washington, pero ahora todo está en veremos. Si Bernie obtiene un buen resultado, Warren podría acercarse a su bando; si Biden lo hace, lo cual sería una señal muy fuerte aunque no definitoria de que va a obtener la candidatura, podría inclinarse hacia su lado.

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