El Mundo

2 marzo, 2020

Súper martes: el día clave de las primarias demócratas

Como los futboleros que esperan la salida del fixture para marcar en el calendario el día del enfrentamiento con el clásico rival, los y las candidatas a la presidencia por el Partido Demócrata tienen una fecha en mente desde hace mucho tiempo: el martes 3 de marzo.

Nicolás Zyssholtz

@likasisol

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El súper martes es una jornada esperada ante cada primaria disputada, como la actual. Se comienzan a definir los favoritos, aquellos que quedan atrás dejan de competir, y el escenario se clarifica de cara a las últimas semanas de elecciones.

¿Qué es el “súper martes”?

Se conoce con este nombre a una jornada en particular de las elecciones primarias tanto demócratas como republicanas, en la cual una gran cantidad de estados con realidades muy distintas entre sí eligen sus candidatos. Este año, la interna demócrata pone en juego 1357 delegados a la Convención del partido, alrededor de la tercera parte del total.

Por supuesto que, en este caso en particular, toda la atención estará puesta en la primaria del partido opositor, ya que está claro que el candidato republicano será Donald Trump.

¿Dónde se vota?

En total son catorce estados y un territorio los que participan de la jornada: California (415 delegados), Texas (228), Carolina del Norte (110), Virginia (99), Massachusetts (91), Minnesota (75), Colorado (67), Tennessee (64), Alabama (52), Oklahoma (37), Arkansas (31), Utah (29), Maine (24), Vermont (16) y Samoa Americana (6).

¿Quiénes son los candidatos?

Hubo dos bajas previsibles y una un poco más sorprendente: Tom Steyer y Pete Buttigieg abandonaron sus campañas después de la mala elección realizada en Carolina del Sur. Amy Klobuchar, en tanto, comunicó su salida el lunes, junto con su apoyo a Joe Biden. 

La senadora por Minnesota tenía chances de ganar en su estado de origen y espera trasladarle esos votos al ex vicepresidente. Así que de los siete nombres que había en la boleta en la elección del sábado, quedarán cuatro: Bernie Sanders, Joe Biden, Elizabeth Warren y Tulsi Gabbard.

A ellos y ellas se les unirá el nombre que está flotando sobre todo el proceso desde hace varios meses: el ex alcalde de New York, Michael Bloomberg. Finalmente sale a la cancha uno de los hombres más ricos del mundo, que ya gastó cerca de 500 millones de dólares de su propio dinero intentando conseguir una candidatura por un partido del que nunca formó parte. 

¿Quién va a ganar?

En la medida en que en realidad no se trata de una única elección si no de 15 elecciones que ocurren de manera simultánea, los números se vuelven poco confiables. Se espera que Bernie Sanders consiga el triunfo en los dos estados más poblados, California y Texas, además de en su estado natal, Vermont, y el vecino Maine. De Biden se esperan buenas elecciones en los estados pobres y con mucha población afroamericana del sur profundo: Tennessee, Arkansas y Alabama.

Warren compite palmo a palmo con Sanders por la victoria en su estado de origen, Massachusetts. De Bloomberg, en tanto, no se espera ninguna victoria pero sí segundos o terceros puestos con una buena cantidad de votos.

En la medida en que Buttigieg, Steyer y Klobuchar anunciaron sus salidas en los últimos días, no hay encuestas que no los hayan tenido en cuenta. Aunque los dos pertenecen al ala “moderada”, es decir al establishment del partido, eso no significa que sus votos (entre un 5% y un 15% dependiendo del estado) vayan a migrar automáticamente a Biden.

¿Cómo se reparten los delegados?

Es un sistema proporcional pero de características complejas: una parte de los delegados se obtienen a partir del porcentaje general de votos en cada estado, mientras que el resto se reparten en base a la cantidad de sufragios obtenidos en una determinada sección electoral.

En todos los casos, el piso es del 15%: ningún candidato ni candidata que saque menos de ese porcentaje obtiene delegados.

¿Cómo sigue?

El súper martes siempre deja heridos. Aquellos que no realicen una buena elección probablemente le pongan fin a sus campañas el mismo miércoles o incluso en la noche del martes. Esto se explica por la cuestión matemática: nadie que obtenga pocos o ningún delegado el 3 de marzo va a tener chances de obtener la candidatura.

Pero sobre todo tiene que ver con lo económico: después de invertir varias decenas de millones en hacer campaña en varios estados al mismo tiempo (incluyendo California y Texas, que entre ambos suman casi 70 millones de habitantes), es imposible seguir adelante con una campaña que va hacia la derrota.

Los próximos martes también serán importantes: el 10, cinco estados van a las primarias, entre ellos Ohio y Michigan; y el 17 lo hacen otros dos estados de mucha importancia: Florida e Illinois.

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