12 febrero, 2020
El dengue: un problema individual, colectivo y político
Mientras el mundo está preocupado por el coronavirus, el continente sudamericano registró el mayor número de casos de dengue en diez años.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante 2019 la región sudamericana presentó el mayor número de casos de dengue la última década. Más de tres millones de personas enfermas y más de 1500 defunciones.
Brasil, Bolivia y Paraguay concentran la mayor cantidad: 2,5 millones. En estos países, el registro de casos se produce durante todo el año por lo que la enfermedad se considera endémica. En cambio, en Argentina por cuestiones climáticas, (que condicionan la supervivencia del vector), la enfermedad presenta picos de casos para luego descender a valores nulos. Por esto nuestro país es considerado epidémico, dependiendo de la dinámica estacional del vector y el arribo de personas enfermas.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, desde el comienzo del verano hasta el 20 de enero, se registraron 141 casos importados (concentrados en CABA y provincia de Buenos Aires) y 70 positivos (43 en Misiones, cuatro en CABA y 11 en territorio bonaerense).
En la actualidad siempre se aborda la temática desde una perspectiva médica cuando se habla de los casos o síntomas; o científica/biologicista cuando se habla del vector. Es desde esta perspectiva que surge una de las principales campañas de prevención: el descacharrado y eliminación de cualquier recipiente que contenga agua. Esto se debe a que el mosquito presenta un estado de larva que se cría en el agua que se acumule en cualquier receptáculo.
También desde esta perspectiva han surgido estrategias de prevención como productos químicos y hasta especímenes genéticamente modificados para reducir a la población del mosquito vector. Sin embargo, desde que existe la enfermedad el número de casos va en aumento, aparecen otros virus (como el Zika y Chikungunya) y regresa la amenaza de Fiebre Amarilla.
Entonces, ¿qué estamos haciendo mal? Pensar que un producto químico es lo único que soluciona el problema es un error dado que los mosquitos pueden generar resistencia. Por eso una estrategia integral focalizada en la eliminación de los sitios de cría es importante. Pero para eso se necesita un Estado más presente. No solo en campañas de prevención y en planes educativos, sino también en infraestructura y control de empresas de servicios.
En la actualidad existen varias localidades del país con problemas de falta de agua o de luz (que también genera déficit de agua). Esta problemática produce hábitos de acumulación del agua que incluso en muchas regiones se vuelven culturales.
Otro factor que incide en la enfermedad es la estigmatización en asociarla a la pobreza (que incluso presenta aristas xenófobas). Este año la mayor cantidad de casos importados provienen de Paraguay, pero esto no siempre es así. Las vacaciones en países endémicos (como Brasil) de la clase media/alta fueron la fuente de casos importados para la generación de brotes en Argentina. Asociar esta enfermedad a la pobreza o a una cuestión de clase no solo estigmatiza a los enfermos sino también traslada el problema a otro lugar en el que las personas no se hacen cargo de la situación.
Por lo tanto, es necesario empezar a ver la problemática desde una perspectiva individual, en cuanto a la caracterización de la enfermedad, tomar conciencia de las formas de prevención y generar hábitos que eviten la proliferación del vector. Pero para eso es necesario presentar una perspectiva colectiva y política, considerando que el Estado es quien debe garantizar los servicios básicos de la población y generar una estrategia integral que no solo reduzca los casos de dengue, sino que también mejore la calidad de vida de las personas.
* Biólogo
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.