11 febrero, 2020
Itai Hagman: “La investigación de la deuda se puede poner en marcha de manera inmediata”
El diputado nacional por el Frente de Todes analizó los distintos aspectos de la reestructuración de la deuda externa argentina y planteó la necesidad de auditar los préstamos adquiridos estos últimos años haciendo hincapié en la fuga de capitales.


Santiago Mayor
La deuda externa es un tema de primer orden para la economía argentina desde hace décadas. Se trata de un problema estructural que periódicamente regresa. En ese marco, el gobierno de Alberto Fernández ha iniciado un proceso de reestructuración tanto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como con los bonistas y acreedores privados.
Frente a este escenario el economista y diputado del Frente de Todes, Itai Hagman, explica que “hoy tal cual están los compromisos externos de Argentina son absolutamente impagables”. Por eso es necesario abordar la problemática de la “sostenibilidad” de la deuda y que esta sea “compatible con el objetivo de la reactivación productiva, el mejoramiento de los indicadores sociales básicos y la recuperación de la autodeterminación financiera y económica de la Argentina”.
Asimismo, el también dirigente de Nueva Mayoría y el Frente Patria Grande, plantea la importancia de hacer “hincapié en la fuga de capitales” que fue “el centro de la estrategia del poder económico en estos últimos cuatro años”.
– Alberto Fernández ha puesto como uno de sus ejes centrales de trabajo la reestructuración de la deuda, tanto con el FMI como con los bonistas, como condición necesaria para poder ordenar la situación económica interna. ¿A grandes rasgos, de qué forma la ley aprobada recientemente por el Congreso ayuda a concretar este objetivo?
– El proyecto fundamentalmente lo que hace es brindar un apoyo y una autorización al Ministerio de Economía para encabezar las negociaciones. En este caso con un grupo particular de acreedores externos que son quienes tienen bonos emitidos bajo legislación extranjera. Luego están los acreedores privados con otros tipos de títulos y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La deuda externa es un paquete complejo donde hay distintos tipos de acreedores y la estrategia del gobierno se orienta a establecer negociaciones paralelas a fin de poder tener una restructuración completa.
Creo que lo más importante de la ley que se aprobó es que establece claramente cuál es el sentido de la búsqueda de sostenibilidad de la deuda. Hoy tal cual están los compromisos externos de Argentina son absolutamente impagables. Pero el horizonte de sostenibilidad que se busca no es solamente que sea pagable, sino además que sea compatible con otros objetivos de la política económica que son lo que podríamos llamar la deuda interna.
Por eso la sostenibilidad de la deuda tiene que ser compatible con el objetivo de la reactivación productiva, el mejoramiento de los indicadores sociales básicos y la recuperación de la autodeterminación financiera y económica de la Argentina.
Es decir, traducido: no nos sirve una deuda que tenga que ser pagada con el ajuste o la recesión. No nos sirve una deuda que implique no tener soberanía para decidir cuál es la política económica que requiere la Argentina.
– Cristina habló en Cuba de la posibilidad de plantear una quita de la deuda que Argentina tiene con el FMI ya que, si bien esto está prohibido por los estatutos del organismo internacional, tampoco puede prestar dinero para la fuga de capitales, algo que sucedió de manera masiva durante el macrismo ¿Creés que es posible dar esa discusión con el Fondo?
– Obviamente no hay antecedentes de una reestructuración con quita de la deuda con el FMI porque justamente sus estatutos no lo permiten. Pero el planteo de Cristina es muy claro: así como pudieron violar sus estatutos para prestarle a un país en situación de fuga de capitales, podrían también establecer una quita.
Pero lo más interesante de lo que dijo Cristina el sábado -y lo ha planteado también Alberto en la campaña- es establecer la corresponsabilidad del FMI en la crisis que está padeciendo la Argentina.
Necesitamos que el Fondo asuma esa corresponsabilidad porque cuando prestó el dinero sabía que el país había llegado a una situación de imposibilidad de enfrentar los compromisos externos y que se vivía una constante fuga de capitales. Y además porque acordó un compromiso de pagos que era absolutamente incumplible, independientemente del resultado de las elecciones.
Aunque hubiera ganado Mauricio Macri, hoy igual estaríamos hablando de la reestructuración de la deuda.
Por eso que el FMI asuma su corresponsabilidad es condición para establecer un acuerdo que realmente sea justo para la Argentina. Una forma de asumir eso es aceptando una quita o mecanismos de compensación donde se hagan cargo de su rol en la crisis que vive el país.
– Más allá del préstamo del FMI, desde hace tiempo que la discusión sobre la revisión y auditoría de las distintas deudas que tomó el país ha sido un eje de intervención los sectores progresistas y de izquierda. En tu discurso en el Congreso hiciste un planteo similar respecto a los créditos tomados por el macrismo que fueron utilizados para la fuga ¿De qué forma se puede llevar a cabo ese proceso? ¿Existen las condiciones para hacerlo en el contexto actual?
– La investigación de la deuda, así como de la fuga de capitales, que es un tema en el que estamos haciendo particularmente hincapié nosotros, se puede poner en marcha en el Congreso de manera inmediata. Existe una comisión bicameral de seguimiento de la deuda externa que en el momento que se constituya puede empezar un proceso de auditoría e incorporar la investigación sobre la fuga de capitales. O crear una comisión específica como se hizo por ejemplo en el año 2002.
El sentido de esta investigación es primero echar luz y que sea de conocimiento público como fue el proceso de endeudamiento y fuga de capitales. En segundo lugar encontrar irregularidades, connivencias entre la deuda, la fuga y los funcionarios del Banco Central, el Poder Ejecutivo y grupos económicos que puedan haber participado de ese ciclo. Y en tercer lugar plantear cambios hacia adelante, porque el proceso de investigación no solamente es necesario para saber lo que pasó sino para ver cómo evitamos que vuelva a pasar en el futuro. Es decir, cómo evitamos a través de cambios normativos que un gobierno de cualquier signo político pueda iniciar un ciclo de endeudamiento y avalar la salida de capitales con la intensidad que ocurrió en estos años.
No es solamente una cuestión jurídica de encontrar responsabilidades penales (que eso es una responsabilidad principalmente del Poder Judicial), sino encontrar las vías para que este problema estructural de la economía Argentina lo podamos resolver.
– Una consigna histórica de algunos sectores de la izquierda y que tuvo mucha llegada en los años de la crisis de 2001 fue directamente el no pago de la deuda lo que implicaría que el país entre en default (de hecho eso sucedió por decisión de Adolfo Rodríguez Saá) ¿Qué implicaría hoy avanzar en ese camino y por qué desde el Frente Patria Grande se plantea una posición diferente?
– Hay varias diferencias con el contexto de 2001. A veces creo que hay sectores de la izquierda o el progresismo que repiten mecánicamente consignas casi como un libreto prefabricado en lugar de estudiar en el momento las características del problema que enfrentamos y cuáles son las mejores alternativas para los sectores populares.
En la década del ‘90 se hacía hincapié fundamentalmente en el carácter fraudulento del endeudamiento. Porque la deuda venía de la dictadura, pero sobre todo porque una porción muy importante era deuda privada que había sido estatizada durante la dictadura. Entonces el centro estaba en el cuestionamiento a la deuda.
Creo que hoy, y eso es lo que planteamos desde el Frente Patria Grande a diferencia por ejemplo del Frente de Izquierda, el centro del cuestionamiento no está en el carácter de la deuda sino en la fuga de capitales. Este es un planteo mucho más de fondo porque va al centro de la estrategia del poder económico en estos últimos cuatro años.
Por eso para nosotros en este momento hay que hacer hincapié en la fuga y ahí hay que apuntar los cañones para tratar de recuperar esos recursos para la reactivación económica y mejorar las condiciones de vida de los sectores populares.
Respecto a por qué a la Argentina no le conviene declarar una suspensión de pagos, es muy sencillo: si hoy hiciéramos eso los precios de los bonos se derrumbarían y eso haría que lo compren fondos buitres con quienes después no hay ninguna posibilidad de negociación porque esa es su naturaleza.
Entonces lo que más conviene en este momento es no declarar la suspensión de pagos, encarar un proceso de renegociación con los acreedores de la deuda, al mismo tiempo que se inicia una investigación centrada en la fuga de capitales. Esa es la posición hoy más conveniente para Argentina desde el punto de vista de su soberanía y desde los sectores populares. Por eso planteamos esa posición desde el Frente Patria Grande.
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