23 diciembre, 2019
Laura Chazarreta: “Está en el ADN del pueblo mendocino defender el agua”
La legisladora provincial, integrante del Frente de Todes, fue una de las pocas que votó en contra de la modificación de la ley 7722 que habilita el desarrollo de proyectos megamineros y la utilización de químicos contaminantes en el agua.


Santiago Mayor
Desde hace varios días que la provincia de Mendoza está convulsionada. El gobernador radical Rodolfo Suárez, impulsó la reforma de la ley 7722 que protegía los recursos hídricos de la provincia. El viernes pasado logró que ambas cámaras del Poder Legislativo provincial aprobaran su iniciativa abriendo la puerta a la instalación de proyectos megamineros.
El pueblo mendocino salió a la calle masivamente para exigir que no se modifique la normativa y este lunes una movilización multitudinaria llegó a la capital de la provincia para exigirle al propio Suárez que vete la nueva ley. Sin embargo la respuesta gubernamental fue la represión.
Ante este escenario Notas dialogó con Laura Chazarreta, una de las pocas voces legislativas que se manifestó y votó en contra de la reforma. La diputada provincial pertenece a la organización La Colectiva -que integra el Frente Patria Grande y el Frente de Todes- y es referente del colectivo Ni Una Menos.
Su voz fue discordante hasta con su propio frente que, tras incluir algunas modificaciones, acompañó la propuesta del gobierno radical. “Representamos a sectores del pueblo que claramente plantearon que no”, dijo.
– ¿Cómo surgió y cuál es la historia de la ley 7722 en la provincia de Mendoza? ¿Hubo intentos anteriores de modificarla?
– La ley surge en 2007. Emerge del pueblo, fundamentalmente del departamento de San Carlos que está a dos horas del Gran Mendoza.
Imaginémonos que la ciudad de Mendoza está hecha sobre un desierto; que todo el sistema de agua es a través de riego; que actualmente hay escasez hídrica y pasa todo el tiempo; que se cuida el agua muchísimo porque hay lugares donde directamente la gente no tiene acceso como por ejemplo en Lavalle. Es un gran problema, por eso lo tenemos muy apropiado como pueblo mendocino -diría que en nuestro ADN-, cuidar el agua.
Desde que somos chiquitos, chiquitas, en la escuela se hacen campañas de cuidado del agua. Por lo tanto es parte de la vida de Mendoza.
De ahí surge esta ley que protege el uso y la no contaminación del agua. Es constitucional. Los gobiernos que estuvieron antes quisieron cambiarla y modificarla, pero no se animaron.
Suárez durante toda la campaña se manifestó a favor de la minería y con intenciones de modificar la 7722. Ganó las elecciones con el 53% y su primer proyecto de ley fue este.
– Si bien plantearon una serie de modificaciones, la mayoría de los legisladores y legisladoras peronistas acompañaron la modificación de la ley para facilitar el desarrollo de la megaminería en la provincia ¿Cómo y por qué se llega a este acuerdo con el gobierno de Rodolfo Suárez en este momento?
– El proyecto que presentó Suárez era básicamente un mamarracho donde no había controles ambientales. A eso había que sumar los cuatro años de gobierno de Alfredo Cornejo (también de Cambia Mendoza) que había tenido una política ambiental bastante desastrosa, muy precaria.
Entonces desde el Frente de Todes, desde el peronismo, surge con mucha preocupación y necesidad -teniendo en cuenta la realidad provincial- poder colocar diferentes aportes a la modificación de la ley. Porque hay que tener en cuenta que en ambas cámaras el oficialismo tiene mayoría. Por lo tanto para sacar esta ley, que era un mamarracho, no necesitaba de nadie.
Por lo tanto el peronismo entendió que había que obstaculizar, a través de controles ambientales, para que no hicieran lo que se les diera la gana. En esto surge la policía ambiental (que ya está contemplada en la 7722 pero nunca han cumplido) y así otros requisitos.
En eso, obviamente los puntos más complejos eran el Artículo 1° que tenía que ver con las sustancias químicas, habilitando el cianuro; y el artículo 3° que le quitaba la participación a la Legislatura.
Entonces el oficialismo toma estos requisitos y los agrega al proyecto que fue cambiando varias veces a través de las comisiones. Por eso la mayoría del Frente vota a favor.
– ¿Por qué vos, en tanto integrante del Frente de Todes, decidiste adoptar otra posición y votar en contra?
– En mi caso, pertenezco a La Colectiva, al Frente Patria Grande y soy referente del espacio Ni Una Menos compuesto por más de 70 agrupaciones. Todos esos sectores no están de acuerdo con tocar nada de la 7722.
Ante eso yo plantee que no iba a estar a favor y no hubo ningún pero a mi posición. Esto tiene que ver con la pluralidad del Frente. Fuimos muy poquitos los legisladores y legisladoras que nos manifestamos en contra porque representamos a sectores del pueblo que claramente plantearon que no.
Por eso en el caso nuestro decidimos que no había posibilidad alguna de que se tocara. Además porque nosotras no confiamos para nada en este gobierno de Suárez y dudamos que no vayan a contaminar el agua, más allá de los controles.
Aparte de eso le sumamos nuestra mirada feminista que tiene que ver con la relación de la megaminería y los territorios masculinizados donde hay una relación directa con las redes de trata y prostitución. Hay ejemplos demostrados, con varios informes de diferentes organismos en San Juan, Neuquén. Allí hay prostíbulos y trata de mujeres, adolescentes y niñas con fines de explotación sexual.
Acá sufrimos la trata laboral, en el ámbito de la vitivinicultura, pero no es un lugar de destino de la trata de mujeres con fines de explotación sexual.
Hicimos todo ese planteo, así como el de la precarización de la vida de las mujeres y la ruptura de los lazos sociales a partir de este tipo de actividades completamente masculinizadas. Ese aporte y esa posición fueron tomadas. De hecho la ley habla de que parte de las regalías vayan a programas contra la trata, pero eso no cambió nuestra posición.
Eso lo entendemos como lo dijimos desde el momento en que juramos y ocupamos este espacio: es del feminismo, de las diversidades y las luchas populares.
– La reacción popular, incluso antes de la aprobación de la ley el viernes pasado, fue notable ¿se podía prever este nivel de movilización en defensa de los recursos hídricos por parte del pueblo mendocino? ¿por qué creés que se está dando esta resistencia?
– Esto tiene que ver un poco con lo que respondía al principio. Es muy difícil comparar Mendoza con otras provincias. Tiene características propias que tienen que ver con la idiosincrasia, lo cultural, lo social donde, insisto, está en el ADN del pueblo defender el agua.
Creo que lo peor en la política es la soberbia. Suárez intenta promulgar esta ley a espaldas del pueblo. Su equipo habla de que él tiene el poder porque ganó las elecciones y que dijo que iba a hacer minería. Por eso se agarra de ahí.
Esta ley surgió en San Carlos y esta gran movilización del lunes comenzó el domingo a las 7 de la mañana en ese departamento. Esto habla de la importancia y la sensibilidad que tiene Mendoza respecto al agua.
– Considerando el clima de movilización social y la represión que se dio este lunes ¿cuál es para vos la solución para este conflicto?
– La exigencia de la movilización es que se vete la ley. Deseo fuertemente que eso suceda porque es mucho el daño.
Este lunes se reprimió, a la tarde hubo un cacerolazo. Entendemos que la represión sucedió porque había un grupo de infiltrados ya que la movilización era absolutamente pacífica. Pero el pueblo no va a dejar de movilizarse.
Es una pena llegar a las fiestas de esta manera. Es triste, es angustiante y es mucho el daño. No había necesidad de llegar a esto. Pero acá estamos. Es la resistencia, la organización, la politización y la defensa de la vida.
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