17 diciembre, 2019
Los Simpson: a 30 años de un debut que casi no fue
Este 17 de diciembre la serie animada más exitosa de todos los tiempos cumple tres décadas de transmisión ininterrumpida como proyecto autónomo. Había comenzado a emitirse dos años antes como cortos en otro programa de televisión.

La noche del 17 de diciembre de 1989 la todavía joven cadena FOX hizo una apuesta fuerte pero arriesgada: volver a transmitir una serie animada en el prime-time de la televisión. Desde Los Picapiedras, más de veinte años antes, nadie se había animado a tal desafío.
Además todo indicaba que esas historias de una familia amarilla y disfuncional estaba destinada a fracasar. El boceto ideado en unos minutos por un caricaturista del underground como Matt Groening, con los nombres de su familia real y de su pueblo natal, había funcionado en el formato de cortos en el Tracey Ullman Show. Pero ahí a dar el salto a una serie autónoma en horario central había un paso grande.
Ni sus guionistas -que habían encarado la tarea como un trabajo temporal- le daban, en los casos más optimistas, más de una temporada de vida.
Como relató Mike Reiss, el guionista más longevo de Los Simpson en su reciente libro Springfield Confidencial, un día antes de que se estrenara el primer episodio le preguntó a los demás escritores: “¿Cuánto creen que va a durar la serie?”. “Todos tenían la misma respuesta”, recordó, “seis semanas”. El “único optimista” fue el productor ejecutivo Sam Simon que apostó por las trece semanas pero aclaró: “No se preocupen. Nadie la va a ver así que no arruinará sus carreras”.
Es que el camino recorrido hasta allí no planteaba un futuro venturoso.
Por empezar el propio Reiss aseguró que obtuvo su trabajo porque otros dos escritores, de más trayectoria y más reconocidos, lo rechazaron antes. La FOX no los puso a trabajar dentro su estudio, los ubicó en una casa rodante (la posibilidad de desarmar todo a gran velocidad estaba latente). A esto se sumó una catastrófica primera presentación del piloto que, a la postre, no fue el capítulo estreno sino el último de la primera temporada.
Era “Una noche encantadora” donde Marge y Homero salen a cenar y dejan a sus hijos con la niñera ladrona.
“Cuando los guionistas y los ejecutivos de FOX se reunieron a verlo les pareció, como poco, espantoso”, relató Reiss. “El guión les pareció torpe -suele ser el caso de los pilotos-, pero lo que menos les gustó fue la animación: la vivienda de los Simpson estaba torcida, Homero parecía ondulante y todo Springfield parecía hecho de goma”, añadió.
Quizás la serie podría haber muerto ese día, pero había otro detalle: debido a los costos de producción, la cadena no podía financiar solo un piloto y luego decidir si seguir adelante o no. Para ese momento ya se habían gastado 13 millones de dólares por los 13 capítulos de la primera temporada, aún sin emitir.
No quedaba otra opción.
Sin embargo los siguientes episodios fueron un éxito entre las autoridades de FOX lo que dio nuevos ánimos para continuar.
“Una noche encantadora” fue relegado al final de la temporada para corregir los errores de animación (aunque en Argentina fue el primer episodio emitido en la historia, en 1990) y el elegido para el estreno fue el “Especial de navidad” en el que la familia adopta al perro que los acompañó los siguientes 30 años: Número 8, digo Ayudante de Santa.
De allí en más todo fue furor y simpsonmanía. Apenas un día después de la primera emisión la prensa de todo EE.UU. elogió el programa por “innovador” y “revolucionario”. Todo el equipo estaba sorprendido y feliz, excepto el propio Sam Simon.
Los medios no le daban ningún crédito y todos los focos apuntaban a Groening. Esto derivó en una tensión interna que llevó a que, unos años después, Simon -que falleció en 2015- abandonara el programa. Pero antes, sacando virtud de su desgracia, dejó para la posteridad uno de los mejores capítulos de Los Simpson. Inspirado en su propia historia en la que el crédito por uno de sus logros se lo llevó otra persona, escribió el guión de “Llamarada Moe”.
La serie animada ha roto todos lo récords que un dibujito pueda alcanzar. En ese camino ha ido cambiando considerablemente, modificando su humor, su estética y su estilo en un intento de adaptación a los nuevos tiempos. Cambios que no han estado exentos de controversias.
En realidad no hay nada de malo en el programa, pero después de tantos años los personajes no tienen el mismo impacto que antes.
Más allá de todo, Los Simpson ya son un mito y un fenómeno cultural que quedará en la historia. Por eso preferimos recordarlos en sus años de gloria. Y ahora, lo que todos queríamos ver, escenas de desnudos.
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